E.P: ¿Qué le parece haber quedado en Radnor Lake, y no en un café?

            Me parece bien. Pero llevo 30 minutos viendo senderos por delante y por detrás, y tengo que ir al baño.

E.P: ¿Por qué vive Ud. aquí en Nashville, Tennessee?

            Porque hay privacidad total. Aquí se permite a las personas vivir su vida en paz. Además, te puedes entrenar en la vida salvaje real. Por eso vivo aquí desde hace 13 años.

E.P: ¿Va Ud. por Australia, alguna que otra vez?

            Sí, allí voy con mi marido e hijas dos veces al año, para pasar las vacaciones. Y también para participar en el Sydney Children's Hospital, y poder visitar a los niños enfermos y llevarles algún obsequio.

E.P: ¿Cómo se definiría Ud?

            Soy una chica decidida y luchadora.

E.P: ¿Cómo vivió Ud. su infancia, en Australia?

            Mi hermana y yo fuimos criadas por intelectuales. Nuestra madre Janelle era instructora de enfermería en Sydney, y nuestro padre Antony era bioquímico clínico. Durante las cenas siempre salían conversaciones sobre política y filosofía, y desde temprana edad nos enseñaron a pensar por nosotras mismas, a cuestionar y a retribuir. Nuestra madre nos decía que siempre tuviésemos una buena causa.

E.P: ¿Qué le motivó a Ud. a entrar en el mundo del cine?

            A mí me gustaba el Podcast Goop del Día de la Madre de Gwyneth Paltrow, y la posibilidad que ofrecía de explorar la relación entre madre e hija, así como compartir papeles entre varias personas. Así, a los 13 años decidí empezar a trabajar en películas de la TV australiana.

E.P: Hábleme de su carrera en el mundo del cine

            En 1989 obtuve un papel para Dead Calm, que fue lo que encendió la mecha de mi carrera cineasta. En 1995 decidí hacer un giro arriesgado en To Die For, de Gus Van Sant. Luego me mantuve ocupada con grandes películas de estudio como Eyes Wide Shut, Moulin y The Others, hasta que en el 2002 interpreté a Virginia Woolf en The Hours y obtuve el Óscar. Siguieron algunas aventuras artísticas como Dogville, y películas comerciales como The Interpreter. Hasta que el año pasado decidí probar en la pantalla chica con Big Little Lies, cosa que no hacía desde que era adolescente en Australia.

E.P: ¿Y no le parece mejor centrarse en un sólo genero?

            He hecho películas raras, y he hecho cosas obtusas que me han comprometido. Pero me gusta el arte del performance, y no me conformo con lo que la gente espere de mí. Yo no pienso en términos normales. Como dice mi marido Keith, no soy tan corriente.

E.P: Hábleme de Big Little Lies, su último trabajo.

            Big Little Lies está basada en un libro de Liane Moriarty sobre la vida de cinco mujeres, todas madres, en la acomodada comunidad de Monterey, en el norte de California. Se trata de un auténtico tour sobre la complejidad femenina, en toda su belleza y fealdad. Y también sobre la violencia doméstica, con un drama oscuro que se mantiene en secreto, a forma de historia abierta.

E.P: ¿Y cómo lleva su vuelta a la pantalla chica?

            Ahora estamos rodando la segunda temporada, con Reese Witherspoon, Laura Dern, Zoe Kravitz y Shailene Woodley. Ellas son muy agradables, y grabar con cinco protagonistas femeninas es un placer que nunca había tenido. Y eso que se burlan de mí, por llevar siempre al rodaje una pequeña bolsa de refrigerios, llena de caramelos de menta. Todas somos muy diferentes, pero nos complementamos muy bien. Siento que es una experiencia singular, que nunca volveré a tener.

E.P: ¿Y la nueva incorporación de Maryl Streep?

            Ella es muy divertida. Como dice Reese, ¿te imaginas tener que ir a cenar con Meryl todas las semanas, y escuchar sus historias? Es como si años y años de actrices se hubieran separado, y finalmente nos hubieran dejado entremezclarnos.

E.P: ¿Cómo le gusta a Ud. trabajar en los rodajes?

            Trato de ser ágil en el trabajo diario, y de involucrarme en él sin que los desfases horarios de los viajes me influyan.

E.P: ¿Ha vivido algún momento malo, en el mundo del cine?

            El año pasado en Los Ángeles, cuando comí valientemente gusanos para el Secret Talent Theatre.

E.P: ¿Qué ha sido lo mejor de su vida?

            Haberme casado con Keith en Australia, y haber dado a luz.

E.P: ¿Qué tal se lleva con su marido?

            Me encanta que Keith sea guitarrista y cantante, y que su pasión sea la guitarra y escribir música. Porque alrededor de eso estoy todo el día, y a mí también me gusta. Él ahora está vendiendo vinilos por todo el mundo, desde que el año pasado se convirtiera en el artista del año de los Premios de la Asociación de Música Country.

E.P: ¿Y cómo llevan su relación?

            Ambos somos extremadamente simples, con lo que queremos el uno del otro y lo que queremos de nuestra relación. A mí me encanta ser su "esposa de gira", memorizando su agenda de conciertos de un vistazo. Él es arrollador, como pareja.

E.P: ¿Y qué dicen sus hijas, de todo eso?

            Todos en casa amamos la música. Faith, de 8 años, toca el violín. El domingo pasado también me mostró una película de iPad, sobre un drama hospitalario que ella hizo con sus amigos. Sunday es algo más mayor y más reservada, y me llama "impopular" por no dejarle tener teléfono ni Instagram. Pero algún límite hay siempre que poner.

E.P: ¿Significa eso que Faith seguirá sus pasos?

            Quizás sea sólo una fase de Faith, y no voy a ser yo quien la presione para que siga mis pasos. Realmente puedes orientar a los niños en algo, pero motivarlos es algo más difícil. A mí tampoco me motivó nadie a ser actriz, e incluso algunos trataron de disuadirme para que lo dejara.

E.P: ¿Y sus otros dos hijos, que adoptó con Tom Cruise?

            Connor vive en Miami, inmerso en el mundo de la música. Bella está casada y vive en las afueras de Londres, lanzando su propia línea de camisetas BKC. Ella se siente realmente inglesa, y ambos mantienen sus acentos ingleses desde que eran pequeños.

E.P: ¿Cómo lleva Ud. la maternidad?

            La maternidad me ha permitido flexionar, y cambiar la mentalidad. Yo siempre he sido buena con los números, por ejemplo, pero nunca supuse que esto supusiera un desafío para mí, al no saber si ayudar a mis hijos o no, con su trabajo escolar.

E.P: Tiene Ud. ya 51 años. ¿Es esa la edad fatídica para las mujeres?

            Hoy vivimos más tiempo que antes, y por eso las mujeres somos más afortunadas. Pero tenemos que seguir poniendo de nuestra parte toda nuestra energía creativa, para no ir desvaneciéndonos en el pasado.

E.P: Ud. es embajadora de la ONU para las Mujeres. ¿Qué tiene que decirnos?

            Que hay niñas en diferentes partes de este mundo que no pueden poseer sus propios cuerpos, y que hombres desconocidos para ellas son sus dueños. Esto hay que reeducarlo, primero informando de forma suave y después marcando los pasos a seguir.

E.P: ¿Cree Ud. en Dios?

            Yo creo firmemente en Dios. Dios es lo más importante en mi vida, y no tengo miedo a decir esto en voz alta, aunque muchos de mis amigos se burlen de mí.

E.P: ¿De dónde le viene esa fe?

            De mi abuela, que era muy católica. Y también de mis padres, que me enseñaron de pequeña a rezar, y a ser en esto decidida y luchadora. Aunque siempre con tolerancia, pues como decía mi padre, hay que ser tolerantes.

E.P: ¿Y su marido?

            Los Urban-Kidman vamos todos los domingos a la iglesia, en familia. Así es como estamos educando a nuestras hijas. Keith tiene sus propias creencias, pero él también viene.

E.P: Entonces, ¿es Ud. absolutista?

            Yo no hablaría de absolutismo, pero sí de fuertes creencias, y de cuestionarse las cosas constantemente.

 

* Nicole Mary Kidman nació en Hawai en 1967, donde su padre se doctoró en Bioquímica al tiempo que se casaba y la engendraba. Vueltos a Australia, sus padres la matricularon en el colegio católico Mary McKillop Chapel de Sydney, dirigido por las Hermanas de la Misericordia, al tiempo que le permitieron asistir a su escuela de teatro. Tras varios balbuceos televisivos adolescentes, en 1989 dio el salto a Hollywood, donde ha ganado 1 Óscar, 4 Globos de Oro y 2 Emmy. En 1990 colaboró con Tom Cruise en Días de Trueno, casándose con él y adentrándose en el mundo de la cienciología. En el 2001 rompe con Cruise y con la cienciología, volviendo a sus raíces católicas y estudiando Teología en la universidad Pepperdine de Malibú, en California. En el 2006 se casó con el neozelandés Keith Urban, y empezó a ser la embajadora de Unifem, aparte de comprometerse con su parroquia de Nashville. Como dijo su director espiritual desde niña, viejo amigo de la familia Kidman y que le aconsejó separarse de Cruise, el jesuita padre Paul Coleman, "Nicole ha vuelto a ser bienvenida en la Iglesia, en su regreso a la fe y a la parroquia de su antigua infancia".