11 de Diciembre

Jueves II de Adviento

Equipo de Liturgia
Mercabá, 11 diciembre 2025

Mt 11, 11-15

         El papel del Bautista en la obra redentora de Dios vuelve a cobrar viva realidad en cada Adviento, pues como dice San Ambrosio "la fuerza de Juan va delante de nosotros cuando nos disponemos a creer en Cristo". Nos disponemos a celebrar en la liturgia la venida de Cristo. Y cuanto más nos inclinamos ante el juicio de Juan, tanto más la Iglesia y nuestras almas se asemejan a la figura espiritual del Precursor; se convierten en heraldos de Cristo.

         Desde el momento en que la Iglesia (o el alma) entra en juicio consigo misma, Cristo está presente en ella y siente necesidad de anunciar lo que ve. Se desvanecen las sombras del pecado y de la gravedad del juicio surge la alegría de sentir a Dios cerca: Deus manifeste veniet, "Dios viene visiblemente" (Sal 49, 3).

         Con razón deja la Iglesia que el júbilo de este alegre mensaje prevalga sobre la seriedad de la predicación de la penitencia. Pues si Juan también anunció lo que vio, al Dios hecho hombre, la Iglesia ha visto más todavía que él: la redención del mundo y la gloria del hombre nuevo. Juan no pudo hacer más que vislumbrar este milagro en el bautismo del Jordán, que era, según sabemos hoy nosotros, una imagen de la muerte y resurrección del Señor.

         En consecuencia, según la palabra del Señor, el menor en el reino de Dios, que es la Iglesia, "es mayor que Juan el bautista". En el mensaje de Adviento de la Iglesia no reinan ya las tinieblas que reinaron durante tantos miles de años de irredención, sino que arde jubilosa la luz de una salvación que viene experimentando hace ya más de 2.000 años. Deus manifeste veniet, "Dios viene visiblemente", exclama. ¡Lo llevo dentro de mí; aquí está, míralo! Espera y a la vez anuncia lo que ya posee.

Emiliana Lohr

*  *  *

         En un mundo convulsionado como el que tenemos, en el que los ricos son cada vez más ricos, mientras los pobres buscan el sustento y no lo encuentran, las palabras que trae la liturgia de hoy nos dan un rayo de esperanza. Al ser humano desesperado, que se siente como un gusanito según las palabras del profeta, el Dios Salvador le dice que nada hay que temer porque él mismo vendrá en su auxilio.

         Jesús de Nazaret viene al mundo para ayudarnos a encontrar a Dios en medio de nuestra historia A su contemporáneos, Juan Bautista debió abrirles el camino, preparar la comprensión de su mensaje; como todo profeta (y así lo consideraba el pueblo) fue incomprendido; no contemporizó con los poderosos, vivió retirado de los lujos de la ciudad, y luchó siempre contra la violencia y a pesar de esto, o tal vez por esto, fue criticado.

         Pero Jesús lo alaba y lo reconoce como el más grande entre todos los que lo han precedido; sin embargo, cualquiera de los más pequeños (los discípulos) en el Reino es mayor que Juan.

         Juan anunció la proximidad del Reino, pero aunque sacó a muchos de la institución del judaísmo, pertenece al tiempo del AT. El nacimiento de Jesús da inicio a una nueva era, la del reino de Dios. Los que participan del Reino gozan de una realidad de la que Juan no ha podido participar.

Servicio Bíblico Latinoamericano

 Act: 11/12/25     @tiempo de adviento         E D I T O R I A L    M E R C A B A    M U R C I A