Origen de la Filosofía

 

Oviedo, 1 diciembre 2021
Ceferino González, catedrático de Filosofía

            La palabra filosofía trae su origen histórico de Pitágoras, el cual, interrogado sobre su profesión, respondió que era filósofo, es decir, amador de la sabiduría, puesto que dicha palabra está compuesta de las griegas philos (lit. amante) y sophos (lit. sabio). De aquí el nombre de filosofía, la cual, considerada etimológicamente, no es otra cosa más que el amor de la sabiduría.

            Luego bien podrá afirmarse que la filosofía para los antiguos era lo mismo que “amor de la verdad”, toda vez que la verdad constituye el fondo y la realidad de la sabiduría[1]. Y también puede afirmarse que los antiguos, al apellidar así a la filosofía, se manifestaban más sobrios y prudentes que los modernos (cuando apellidan a la misma la “ciencia de las ciencias, universal y trascendental”, en su intento por emanciparse de toda subordinación a la razón de Dios, y proclamar su independencia absoluta a la hora de juzgar soberanamente todas las cosas).

            Pero no puede olvidarse que el origen primitivo de la filosofía coincide con su origen divino y preternatural. Porque como enseña Tomás de Aquino, “así como el primer hombre salió perfecto en el orden físico de las manos del Creador, así debió recibir de este la perfección necesaria en el orden intelectual para poder enseñar a sus hijos”[2].

            Concretándonos al origen humano de la filosofía, diremos que este es incierto o desconocido. Pues aunque tenemos por probable que la India fue el país en donde la filosofía adquirió por 1ª vez un organismo pensante, es cierto que graves críticos atribuyen este honor a los filósofos griegos. En efecto, cuando se habla del origen emocional o racional de la filosofía, hay que mirar a Grecia, y empezar a buscar:

en la admiración. Porque como dice Tomás de Aquino, “todos los hombres tienen naturalmente deseo de saber las causas de aquello que observan”. Y así es que los hombres comenzaron a filosofar, impulsados por la admiración de los fenómenos que veían y cuyas causas les eran desconocidas;

en la naturaleza misma del hombre. Porque como observa el citado doctor, “toda naturaleza tiene inclinación natural a la operación que le es propia”. Siendo así el entender una operación propia del hombre (puesto que por esta operación se diferencia de las demás cosas), síguese de aquí que “el deseo del hombre se inclina naturalmente a entender, y por consiguiente a saber”.

            La 1ª de estas causas puede ser considerada la causa ocasional de la filosofía, y la 2ª puede ser considerada la causa eficiente de la filosofía.

a) Noción o idea general de la Filosofía

            Para determinar cuál sea la idea o noción de la filosofía, es preciso determinar su objeto. porque la naturaleza y propiedades de cualquiera ciencia (o facultad) se hallan en relación con la naturaleza y las condiciones de su objeto.

            El objeto cuyo conocimiento ha constituido el fondo y ser de la filosofía, no ha sido el mismo en todos los tiempos. La filosofía griega, en su 1º período de formación y evolución, se halló reducida a la física (o Cosmología), como se ve en los trabajos y sistemas de Tales, Heráclito y demás representantes de la escuela jónica.

            Con Pitágoras, Sócrates y Platón, la filosofía hace entrar en su objeto a las matemáticas, algunas nociones más o menos completas de Lógica y Metafísica, y principalmente la Moral y Política. Finalmente, la inteligencia profunda y enciclopédica de Aristóteles desarrolla y perfecciona la Lógica y la Metafísica, a la vez que imprime a las demás partes de la filosofía un organismo propiamente científico.

            De aquí tuvo origen la división de la filosofía entre los antiguos en Lógica, Física (o Cosmología), Metafísica, Moral y Matemáticas, división adoptada después por la generalidad de los escolásticos medievales, si bien algunos de estos excluyeron de esta división las matemáticas, así como excluían también la Medicina y la Historia Natural (al considerarlas derivaciones auxiliares de la Física, más que como partes propias de la filosofía rigurosamente tomada).

            Después que Descartes y Bacon, secundando el movimiento pagano del Renacimiento y el racionalista del Protestantismo, separaron a la filosofía del principio católico y de las tradiciones científicas de la filosofía escolástica, fue tal la confusión filosófica que se introdujo, que apenas se encontrarán 2 escritores que presenten la misma noción sobre la filosofía, ni la misma división de la filosofía.

            De aquí la multitud y diversidad de definiciones y divisiones de la misma que se observa entre los modernos[3]. Es justo observar que a esta confusión y diversidad de opiniones en orden a la noción y división de la filosofía, ha contribuido también el descubrimiento y desarrollo de algunas ciencias naturales y físicas, que tienen relaciones más o menos directas con la filosofía, y que antes, o se hallaban en un estado imperfecto, o eran completamente desconocidas.

            Para evitar semejante confusión, y poder formar una idea racional de la filosofía y de sus partes, convendrá no perder de vista las siguientes observaciones:

            1ª Hay algunos que toman la filosofía en un sentido tan lato y universal, que parecen encerrar o comprender en ella casi todas las ciencias, identificándola en cierto modo con la enciclopedia de los conocimientos que el hombre puede adquirir con sus fuerzas naturales.

            Semejante pretensión es menos disimulable entre los modernos que entre los antiguos, en atención al incremento y desarrollo que han recibido las ciencias naturales, algunas de las cuales ni siquiera eran conocidas de los antiguos. Así no es de extrañar que estos dijeran con Cicerón que la filosofía era “rerum divinarum, et humanarum, causarumque, quibus hae res continentur scientia”[4].

            2ª Hay otros por el contrario, entre los modernos, que limitando demasiado el objeto de la filosofía, puede decirse que la reducen a una ciencia puramente subjetiva, o sea al conocimiento de la naturaleza, fuerzas y leyes del yo humano como ser inteligente; resultando de aquí que la filosofía queda en realidad reducida a la psicología humana (o Antropología).

            Esta filosofía del yo, que encierra una concepción incompleta e inexacta de la ciencia filosófica, constituye el fondo y la esencia de los sistemas racionalistas y panteístas que tanto abundan en la época presente; empero su origen primero debe buscarse en la filosofía semi-racionalista de Descartes, el cual al romper y anular las tradiciones de la filosofía escolástica, y sobre todo al exagerar la importancia científica de su principio de conciencia y la del método psicológico, echó los cimientos de esa filosofía del yo, cuya última evolución ha sido y es el panteísmo y la divinización del hombre bajo diferentes formas[5].

            En armonía con esta concepción exclusivamente psicológica de la filosofía, vemos a filósofos modernos de los más notables que definen la Filosofía de una manera evidentemente incompleta, y por lo mismo inexacta e inadmisible. Así, por ejemplo, para Reid la filosofía no es otra cosa más que la “ciencia del espíritu humano”, desterrando de ella por consecuencia la Ontología, la Cosmología y la Teología.

            Para Kant, la filosofía es la “ciencia de las leyes según las cuales se desenvuelve el conocimiento”, o ciencia de los principios y leyes que presiden al desarrollo de las facultades cognoscentes del hombre. Para Fichte la filosofía no es más que la “ciencia del yo puro, en cuanto se pone y afirma por medio de la tesis, de la antítesis y de las síntesis” (es decir, en cuanto se conoce y se pone a sí mismo como yo, como no yo, y como identidad del yo y del no yo).

            Para Hegel la filosofía es solamente la “ciencia del desarrollo de la Idea, por medio de sus tres momentos”. De donde se deduce que para Hegel la filosofía se reduce a una especie de Psicología Dialéctica. Para Cousin la filosofía es la “evolución de los elementos contenidos en la espontaneidad de las facultades del yo, por medio de la reflexión libre e independiente de toda autoridad”. Para Herbart la filosofía es solamente la “elaboración de los conceptos”.

            Pondremos término a este catálogo haciendo notar que todas estas definiciones de la filosofía, y otras análogas que pudiéramos citar, pueden ser consideradas como derivaciones más o menos inmediatas y directas, y como la expresión (múltiple en la forma pero idéntica en el fondo) de la definición de Descartes, cuando decía que la filosofía es el “conocimiento o análisis del sujeto pensante o sea del espíritu humano, deducido de principios evidentes”.

            En el fondo de todos los sistemas indicados se halla la filosofía cartesiana, como la base y el sustrato general de los mismos, verdadero origen de esa filosofía del yo (que se revela y termina generalmente en el panteísmo bajo diferentes formas).

            Apartándonos, por lo tanto, de los 2 extremos indicados, diremos que la filosofía no es ni el conjunto de todas las ciencias naturales, ni tampoco el mero estudio del hombre, sino el “conocimiento científico pero general de todas las cosas naturales, en cuanto se hallan representadas y contenidas en Dios, el mundo y el hombre”, ya considerados en sí mismos estos objetos, ya considerados en sus elementos, causas y leyes universales (de ser y de conocer).

            La filosofía, tomada en su sentido natural y más racional, extiende sus investigaciones a todos los seres, pero de una manera peculiar y como característica. Con respecto a Dios y al hombre, que constituyen los 2 objetos más importantes para la humanidad, la filosofía no se contenta con un conocimiento general, sino que desciende a conocimientos más determinados y concretos sobre los atributos, relaciones, causas y leyes de dichos objetos.

            Pero aun en este caso, la filosofía se mantiene en cierto grado de generalidad. Pues ni la Teología desciende a examinar todas las relaciones de algunos atributos divinos entre sí y con el mundo (o las que cada ser determinado tiene con Dios), ni la Psicología desciende al terreno propio de la Fisiología o de la Medicina.

            Con respecto al 3º objeto de la filosofía, el conocimiento del mundo, la filosofía se limita al conocimiento general de sus elementos, causas, propiedades y leyes comunes, sin descender a la investigación especial de los seres particulares que contiene (la cual deja a las ciencias físicas, exactas y naturales).

            En relación con estas aclaraciones, sobre la noción o descripción de la filosofía antes consignada, podrá definirse esta de una manera más precisa y acomodada a las reglas de la lógica, diciendo que ésta es el “conocimientos cierto y evidente, y relativamente general, de Dios, del mundo y del hombre, adquirido por las fuerzas propias de la razón humana”. Es decir:

-conocimiento cierto, porque excluye la probabilidad y las hipótesis que no forman parte de la ciencia rigurosamente tomada,
-conocimiento evidente, por separar la filosofía de la fe y de la teología (cuyos principios son ciertos, pero no evidentes, para la razón humana).

            Así, se puede decir que la filosofía:

1º no desciende a ciertos conocimientos especiales, sobre los objetos;
2º se mantiene en un orden de investigaciones más o menos elevado y general, según la naturaleza y la importancia de los mismos respecto del hombre
[6].

            Toda vez que no pocos de nuestros conocimientos e investigaciones en orden a los objetos indicados, consisten y se apoyan en probabilidades, analogías e hipótesis. Las cuales, aunque no sean conocimientos científicos rigurosos, constituyen una parte importante de la filosofía, y pueden apellidarse conocimientos racionales, si queremos definir la filosofía en cuanto abraza también esta clase de conocimientos e investigaciones podremos hacerlo en los siguientes términos: “Conocimiento científico y racional, pero relativamente general de Dios, del mundo y del hombre, adquirido con las fuerzas propias de la razón humana”.

b) División de la Filosofía

            De lo que acabamos de exponer en orden a la idea y definición de la filosofía, fácil es inferir que, en nuestra opinión, aquella debe dividirse en filosofía objetiva y filosofía subjetiva.

            La filosofía objetiva abraza:

-la Ontología, que trata del ente (de sus propiedades o atributos) y de las nociones generales y fundamentales relacionadas con el ente;
-la Cosmología (o Física), que trata del mundo o naturaleza material, de sus elementos primitivos y de las propiedades principales de las sustancias corpóreas, bajo un punto de vista universal;
-la Ética, que trata de los principios y leyes generales que constituyen, determinan y modifican las acciones del hombre, considerado éste como ser moral;
-la Teología, a la que pertenece investigar la existencia, naturaleza y atributos de Dios, según que se hallan al alcance de la razón humana.

            La filosofía subjetiva comprende:

-la Lógica, que investiga y expone las diferentes operaciones, las leyes y el orden con que la razón humana realiza la investigación científica y el conocimiento de la verdad),
-la Antropología (o Psicología), que trata del alma humana, de sus facultades sensibles, intelectuales y morales, y de sus propiedades y manifestaciones),
-la Ideología, que trata del origen, naturaleza y formación de las ideas consideradas en general.

            Bajo otro punto de vista puede dividirse la filosofía en teórica y práctica, comprendiendo la 1ª todas las partes indicadas (a excepción de la Ética, que constituye la filosofía práctica).

c) Importancia y utilidad de la Filosofía

            La importancia y utilidad de la filosofía es una verdad práctica y de sentido común. Si se considera la filosofía por parte de su etimología, nada más digno del hombre, como ser inteligente, que el amor a la sabiduría. Si se considera la misma por parte de su significación real, para reconocer a 1ª vista su importancia y utilidad basta tener presente 3 elementos:

            1º Que por medio de la filosofía se desarrollan, robustecen y perfeccionan las facultades del hombre, y principalmente las facultades intelectuales, por razón de las cuales el hombre se distingue y se eleva sobre todos los demás seres del mundo. Lo cual vale tanto como decir que la filosofía constituye la perfección más noble y característica del hombre como ser inteligente en el orden natural.

            2º Que el oficio y efecto de la filosofía es dirigir y conducir al hombre al conocimiento y posesión de la verdad (por una parte), así como ordenar y dirigir sus acciones morales en armonía con el conocimiento y posesión de Dios (como último fin del hombre por medio de la práctica de la virtud) y de los bienes más excelentes (a los que a que debe el hombre aspirar en esta vida).

            3º Que la filosofía ha contribuido poderosamente a desarrollar todas las ciencias (así naturales y físicas, como morales y políticas), de una manera más o menos inmediata y directa. Lo mismo puede decirse del desarrollo y progreso de las instituciones sociales y políticas, de la legislación, y de los principales elementos y manifestaciones de nuestra civilización, todo ello salido del tronco de la filosofía.

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  Act: 01/12/21       @fichas de reflexión            E D I T O R I A L    M E R C A B A     M U R C I A  

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[1] Algunos pretenden que la palabra philosophia, trae su origen del hebreo, porque el sophos que entra en su composición tiene sus radicales en un verbo hebreo que significa contemplar.

[2] cf. TOMAS DE AQUINO, Suma Teológica, I, 94, 3.

[3] Como prueba y ejemplo de la diversidad que reina entre los filósofos modernos en orden a la división de la filosofía, indicaremos algunas de estas divisiones.

            WOLF dividía la filosofía en teorética y práctica. La 1ª comprende la Ontología y sus determinaciones universales (la Psicología, la Cosmología y la Teología), mientras que la 2ª abraza la Ética, la Política y el Derecho (natural y de gentes).

            BECK dividía la filosofía en teorética y práctica. La 1ª comprende la Lógica y la Metafísica (la cual se subdivide en filosofía ideal u Ontología, y filosofía real o Psicología, Cosmología y Teología). La 2ª comprende el Derecho, la Ética y el Arte (o ciencia ciencia de lo verdadero, lo bueno y lo bello).

            SCHULZE dividía la filosofía en Lógica y Psicología, Ética, Metafísica, Estética e Historia de la Filosofía. Sería fácil multiplicar los ejemplos, porque apenas se encuentran 2 filósofos que señalen a la filosofía las mismas partes, así como tampoco la misma noción o definición.

[4] Es curiosidad crítica digna de notarse que esta definición de la filosofía de CICERON se encuentra casi en idénticos términos en las obras de CLEMENTE DE ALEJANDRIA (Stromata, I, 5). Sin embargo, no es probable que el filósofo de Alejandría hubiera leído las obras de Cicerón.

[5] Entre nuestros filósofos españoles ha cundido también la idea o costumbre de reducir la filosofía a la Psicología, como se observa en la mayor parte de los manuales o elementos de filosofía publicados durante esta época. El mismo GUTIERREZ dice que esta, tomada en sentido estricto y riguroso, es la ciencia que investiga y explica los fenómenos sensibles, intelectuales y morales del hombre.

            Preciso es confesar que semejantes definiciones que destierran de la filosofía la Ontología, la Cosmología y la Teología, dan una pobre idea de esa ciencia que tanta importancia tiene en la historia de la humanidad y de la civilización, y que forma una aureola de gloria en torno de los nombres de PLATON, ARISTOTELES, AQUINO y LEIBNIZ.

[6] Esta definición no se diferencia en el fondo, y en cuanto al sentido de la que solían dar los escolásticos cuando decían que la filosofía es cognitio certa et evidens rerum per altiores causas naturali lumine parta (lit. el conocimiento cierto y evidente de las cosas por sus causas superiores, adquirido por la luz natural).