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Cuadrato
de Atenas (72-130) fue apologista griego y el autor de una Apología
dirigida al emperador Adriano (ca. 124), hoy en día muy identificada con la anónima Carta a Diogneto descubierta en
Constantinopla (ca. 1436) por Tomás de Arezzo. Vida.
Quadratus, transcripción de Kodrátos, es citado numerosas veces
por Eusebio, y lo que sabemos
de él se debe casi exclusivamente al obispo de Cesarea. En
efecto, en
un pasaje de su
Historia escribe Eusebio que, "después
del gobierno de Trajano, dirigió Cuadrato un discurso a su sucesor Elio
Adriano, en defensa de nuestra religión y dado que
algunos malvados trataban de molestar a los nuestros" (Historia
Eclesiástica, IV,
3). El
mismo Eusebio escribe también en su Crónica que dicho escrito tuvo
lugar
"el año noveno del reinado de
Adriano" (ca. 124), cuando
Cuadrato,
"discípulo de los apóstoles" (oyente, según la
traducción de San
Jerónimo)
envió al emperador su escrito, "junto con otro que le envió el
filósofo ateniense
Arístides".
Según
estos datos, Jerónimo identifica a este Cuadrato
con el obispo de Atenas Cuadrato, que vivió durante el reinado de Marco
Aurelio (Varones
Ilustres,
19; Epístolas,
LXX,
4).
Según el resto de contemporáneos, fue probablemente mártir y discípulo
de Ignacio de Antioquía.
Obras. Hasta el descubrimiento
del texto siriaco de la Apología de Arístides, se fechaban las dos obras, la de
Cuadrato y la de Arístides, en
el
año
124,
si bien hoy en día se supone que el escrito de Cuadrato fue conocido un
año después al de Arístides. En
todo caso, sobre la Apología de Cuadrato nos dice Eusebio que
"este escrito
lo conservan
todavía numerosos hermanos, y nosotros poseemos también una copia". Es
decir, que el propio Eusebio tuvo en sus manos una copia de la
Apología de Cuadrato,
mientras que de la
obra de Arístides solamente
"hablo por lo que
he
oído",
dando a entender la importancia de la obra de Cuadrato. Probablemente
Cuadrato
presentó su Apología al emperador Adriano en
algún momento de
la residencia de éste en
Asia Menor
(ca. 123-124), y no
explícitamente cuando éste visitó Atenas
(como dice
San
Jerónimo),
que fue cuando hizo lo propio Arístides (como hace notar Harnack). Por
último, hay que considerar frustrado el intento de Harris
por
demostrar que, en las homilías
pseudo-clementinas, y en la novela
Barlaam y Josafat, se hallan fragmentos
de la obra de Cuadrato.
Tampoco
está demostrada la hipótesis de Andriessen según la
cual la Apología de Cuadrato debe identificarse con la
Carta a Diogneto.
Doctrina.
En
la obra de Cuadrato
"pueden verse brillantes pruebas de ortodoxia apostólica",
según Eusebio. Sobre todo porque en ella
estuvieron siempre presentes, y vivas, las acciones que Jesús realizó.
Por
otro lado, el propio Cuadrato afirma en su Apología haber conocido
a "algunas personas curadas por Jesús, o resucitadas
por él de entre los muertos o presentes
mientras el Salvador vivía, que sobrevivieron mucho tiempo
después de la muerte del Señor,
hasta llegar a nuestros días".
Según
Harris, los
acontecimientos que narra Cuadrato recuerdan
los
fragmentos de Papías, en el que éste afirma que algunas de las personas resucitadas por Jesús
vivieron hasta el reinado de Adriano. Esto nos permite concluir que, a finales
del s. I y principios del s. II,
tuvose en gran valor la argumentación
apologética basada en el testimonio directo
de los testigos,
y en los milagros
vitales a los que ya aludía el
propio evangelio de
Juan. Ver
aquí la anónima Epístola a Diogneto (),
hoy en día cada vez más identificada con
la Apología de Cuadrato.
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