1 de Octubre

Martes XXVI Ordinario

Equipo de Liturgia
Mercabá, 1 octubre 2024

c) Meditación

         Cuando se iba cumpliendo el tiempo, nos dice hoy el evangelista, Jesús tomó la decisión de ir a Jerusalén. Se trata del tiempo de la misión que debe llevar a término en Jerusalén, tal como indicaban las Escrituras (profecías): No conviene que ningún profeta muera fuera de Jerusalén.

         En el trayecto hacia ese final y principio de etapa, que tenía su punto geográfico en Jerusalén, Jesús y sus acompañantes se encuentran con el rechazo de los samaritanos, en una de las aldeas donde habían previsto alojarse. La razón estaba clara: ellos eran judíos que peregrinaban a Jerusalén (su centro religioso), mientras que los samaritanos eran enemigos de los judíos, y tenían su propio monte Garizim (su centro religioso).

         Aquel rechazo fue muy mal recibido por algunos de los discípulos que acompañaban a Jesús en su travesía. El evangelista señala especialmente a Santiago y a Juan, que son los que le hacen a su Maestro su propia propuesta: Señor, ¿quieres que mandemos bajar fuego del cielo que acabe con ellos?

         La propuesta parece desorbitada, pero es algo que ya había hecho algún profeta como Elías (con los sacerdotes de Baal). Eso sí, tampoco parece una propuesta inspirada en la mansedumbre cristiana, sino en la venganza.

         Jesús, que sí conserva la mansedumbre frente a la contrariedad, hace ver a sus discípulos que ese no era el camino a seguir, y por eso se volvió expresamente a ellos y les regañó. Y les vino a decir que ese pensamiento no procedía del Dios que hace salir su sol sobre buenos y malos y manda la lluvia a justos e injustos. Por eso merecieron su reproche y descalificación. Tras lo cual, señala el evangelista, se marcharon a otra aldea, como había aconsejado el mismo Jesús.

 Act: 01/10/24     @tiempo ordinario         E D I T O R I A L    M E R C A B A    M U R C I A