RELATOS SUMERIOS
Poema del Diluvio

"Yo quiero la destrucción de mi raza humana,
para Nintu quiero atajar la destrucción de mis criaturas.
Haré retornar a las gentes a sus establecimientos.
Construirán ciudades en todos los lugares
y haré que su sombra sea apacible.
Colocarán de nuevo los ladrillos de nuestros templos en los santos lugares,
y los lugares de nuestras decisiones los restablecerán en los lugares consagrados.
Yo prepararé convenientemente allí el agua santa que apaga el fuego,
completaré las divinas reglas y los sublimes decretos,
la tierra estará regada y estableceré allí la paz".

Después que An, Enlil, Enki y Ninhursag
hubieron creado el pueblo de los cabezas negras,
la vegetación se desarrolló, lujuriante, sobre la tierra,
los animales, de todos los tamaños, los cuadrúpedos,
fueron colocados como adecuado ornamento de las llanuras.

Después que el constructor del país hubo fijado los fundamentos,
cuando el cetro de la realeza hubo descendido del cielo,
después que la sublime tiara y el trono de la realeza hubieron descendido del cielo,
él completó las divinas reglas y los sublimes destinos.

Fundó las cinco ciudades en lugares puros;
pronunció sus nombres y las designó como centros de culto.
La 1ª de estas ciudades, Eridu, la dio al jefe Nudimmud,
la 2ª, Baltibira, la dio a Nugig,
la 3ª, Larak, la dio a Pabilsag,
la 4ª, Sippar, la dio al héroe Utu,
la 5ª, Shuruppak, la dio a Sud.

Él proclamó los nombres de aquellas ciudades y las designó como centros de culto;
no detuvo el anual diluvio, sino que excavó la tierra y trajo el agua,
y estableció la limpieza de los pequeños canales y las zanjas de irrigación.
...
el diluvio ...
...
así fue convencido.

Entonces Nintu lloró por sus criaturas como un ...
y la divina Inanna entonó un lamento por su pueblo;
Enki tomó consejo de sí mismo.
An, Enlil, Enki y Ninhursag,
los dioses del universo prestaron juramento por los nombres de An y Enlil.

Entonces el rey Ziusudra, el pashishu de ...
construyó ...
Humildemente, obediente, con reverencia él ...;
ocupado cada día, constantemente él ....
Aquello no era un sueño; saliendo y hablando ...
invocando al cielo y al mundo subterráneo, él ...

En el ki-ur, los dioses, un muro ...
Ziusudra oyó a su lado,
estando de pie en el lado izquierdo del muro ... dijo:

"Junto al muro, yo te diré una palabra, escucha mi palabra,
presta oído a mis instrucciones:
Un diluvio va a inundar todas las moradas, todos los centros de culto,
para destruir la simiente de la humanidad ...
Tal es la decisión, el decreto de la Asamblea de los dioses.
Tal es la palabra de An, Enlil y Ninhursag:
la destrucción de la realeza".
...
Todas las tempestades y los vientos se desencadenaron.
En un mismo instante el diluvio invadió los centros de culto.
Después que el diluvio hubo barrido la tierra durante 7 días y 7 noches,
y la enorme barca hubo sido bamboleada sobre las vastas aguas por las tempestades
Utu salió, iluminando el cielo y la tierra.

Ziusudra abrió entonces una ventana de su enorme barca,
y Utu hizo penetrar sus rayos dentro de la gigantesca barca.
El rey Ziusudra
se prosternó ante Utu;
el rey le inmoló gran número de bueyes y carneros, y dijo:
"Invocaréis por el cielo y por la tierra".

An y Enlil invocaron por el cielo y por la tierra ...
e hicieron aparecer los animales que surgieron de la tierra.
El rey Ziusudra
se prosternó ante An y Enlil.
An y Enlil cuidaron de Ziusudra,
le dieron vida como la de un dios,
hicieron descender para él un eterno soplo como el de un dios.

Entonces al rey Ziusudra,
que salvó de la destrucción la simiente de la humanidad en aquel tiempo,
allende los mares, en el Oriente, en Dilmun, le hicieron vivir.