9 de Mayo
Viernes III de Pascua
San
Juan
Apocalipsis 10, 1-11
Oficio, I
Yo, Juan, vi otro ángel vigoroso que bajaba del cielo envuelto en una nube. El arco iris aureolaba su cabeza, su rostro parecía el sol y sus piernas columnas de fuego. Llevaba en la mano un librito abierto. Plantó el pie derecho en el mar y el izquierdo en la tierra, y dio un grito estentóreo, como rugido de león. Al gritar él, hablaron las voces de los siete truenos.
Cuando hablaron los siete truenos, me dispuse a escribir, pero oí una voz del cielo que decía: "Guárdate lo que han dicho los siete truenos, y no lo escribas ahora".
El ángel que había visto de pie sobre el mar y la tierra levantó la mano derecha al cielo, y juró por el que vive por los siglos de los siglos, por el que creó el cielo y cuanto contiene, la tierra y cuanto contiene, el mar y cuanto contiene: "Se ha terminado el plazo. Cuando el séptimo ángel empuñe su trompeta y dé su toque, entonces, en esos días, llegará a su término el designio secreto de Dios, como lo anunció a sus siervos, los profetas".
La voz del cielo que había escuchado antes se puso a hablarme de nuevo, diciendo: "Ve a coger el librito abierto de la mano del ángel que está de pie sobre el mar y la tierra".
Me acerqué al ángel y le dije: "Dame el librito". Él me contestó: "Cógelo y cómetelo. Al paladar será dulce como la miel, pero en el estómago sentirás ardor".
Cogí el librito de mano del ángel y me lo comí. En la boca sabía dulce como la miel, mas cuando me lo tragué sentí ardor en el estómago. Entonces me dijeron: "Tienes que profetizar todavía contra muchos pueblos, naciones, lenguas y reyes".
Act:
09/05/25
@tiempo
de pascua
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