25 de Octubre

Sábado XXIX Ordinario

Libros Proféticos
Jeremías 19,1-5.10-20,6

Oficio, I

         El Señor me dijo: "Ve a comprar una jarra de loza, acompañado de algunos concejales y sacerdotes, sal hacia el valle de Ben Hinón, adonde da la Puerta de los Cascotes, y proclama allí lo que yo te diré".

         Esto dice el Señor, reyes de Judá y vecinos de Jerusalén: "Yo haré venir sobre este lugar una catástrofe que, a quien la oiga, le zumbarán los oídos. Lo haré porque me abandonaron, extrañaron este lugar y sacrificaron en él a dioses extranjeros, que ni ellos ni sus padres conocían. Los reyes de Judá lo llenaron de sangre inocente y construyeron ermitas a Baal, donde quemaban a sus hijos como holocaustos en honor de Baal. Esto es algo que yo no mandé, ni dije, ni se me pasó por la cabeza. Llegarán días en que este lugar ya no se llamará El Horno ni Valle de Ben Hinón, sino Valle de las Animas. Yo haré fracasar en él los planes de Judá y Jerusalén, a quienes derribaré a espada ante el enemigo, por mano de los que los buscan para matarlos. Daré sus cadáveres en pasto a las aves del cielo y a las bestias de la tierra. Haré de esta ciudad espanto y burla, y los que pasan junto a ella se espantarán y silbarán a la vista de tantas heridas. Haré que se coman a sus hijos e hijas, que se coman unos a otros, cuando les aprieten y estrechen el cerco sus enemigos".

         Tras lo cual, me dijo el Señor: "Rompe la jarra en presencia de tus acompañantes, y diles lo que yo te diré".

         Esto dice el Señor, pueblo de Judá, ciudad de Jerusalén: "Del mismo modo romperé yo a este pueblo y a esta ciudad, como se rompe un cacharro de loza y no se puede recomponer. Os enterrarán en El Horno, por falta de sitio. Así trataré a este lugar y a sus habitantes. Haré de esta ciudad un horno, y las casas de Jerusalén y los palacios reales de Judá serán inmundos, como las casas en cuyas azoteas se ofrecían sacrificios a los astros del cielo, y se libaba a dioses extranjeros"'.

         Jeremías volvió de la puerta de donde el Señor le había ordenado profetizar, se plantó en el atrio del templo y dijo a todo el pueblo: "Así dice el Señor de los ejércitos, Dios de Israel: Yo haré venir sobre esta ciudad y su comarca todos los males con que la he amenazado, porque se pusieron tercos y no escucharon mis palabras".

         Pasjur, hijo de Imer, comisario del templo del Señor, oyó a Jeremías profetizar aquello, e hizo azotar al profeta. Tras azotarlo, lo metió en el cepo que se encuentra en la Puerta de Benjamín, en el templo del Señor.

         A la mañana siguiente, cuando Pasjur lo sacó del cepo, Jeremías le dijo: "El Señor ya no te llama Pasjur, sino Cerco de Pavor; pues así dice el Señor: Serás el pavor tuyo y de tus amigos, que caerán a espada enemiga, ante tu vista. Entregaré a todos los judíos en poder del rey de Babilonia. Él os desterrará a Babilonia, y os matará con la espada. Entregaré todas las riquezas de esta ciudad, junto con sus posesiones, objetos preciosos y tesoros reales a los enemigos. Ellos lo saquearán, lo cogerán y se los llevarán a Babilonia. Y tú, Pasjur, con todos los de tu casa, irás al destierro, a Babilonia. Allí morirás y serás enterrado con todos tus amigos, a quienes profetizabas tus embustes".

 Act: 25/10/25     @tiempo ordinario         E D I T O R I A L    M E R C A B A    M U R C I A