24 de Octubre

Viernes XXIX Ordinario

Libros Proféticos
Jeremías 22, 10-30

Oficio, I

         Así dice el Señor a Salún, hijo de Josías, rey de Judá, sucesor de su padre Josías: "El que salió de este lugar no volverá a él, sino que morirá en el país de su destierro, y esta tierra no lo volverá a ver. ¡Ay del que edifica su casa con injusticias, piso a piso e inicuamente, porque hace trabajar de balde a su prójimo sin pagarle el salario! Tú piensas que te construirás una casa espaciosa con salones aireados, y que abrirás ventanas, y la revestirás de cedro, y la pintarás de bermellón. ¿Piensas que eres rey porque compites en cedros? Si tu padre comió y bebió, y le fue bien, es porque practicó la justicia y el derecho, e hizo justicia a pobres e indigentes. Eso sí que es conocerme. Tú, en cambio, tienes ojos y corazón sólo para el lucro, para derramar sangre inocente, para el abuso y la opresión".

         Así dice el Señor a Joaquín, hijo de Josías, rey de Judá: "No te harán funeral cantando ¡Ay hermano mío, ay Señor, ay majestad!, porque te enterrarán como a un asno. Te arrastrarán y te tirarán fuera del recinto de Jerusalén. Sube al Líbano y grita, alza la voz en Basán, grita desde Abarín, porque están desechos tus amantes. Te hablé en tu bienestar, pero tú dijiste: No quiero oír. Esa es tu conducta desde joven, y nunca me obedeciste. Pues bien, el viento se llevará a tus pastores, y tus amantes irán al destierro. Entonces sentirás vergüenza y sonrojo por todas tus maldades".

         Así dice el Señor a Jeconías, hijo de Joaquín, rey de Judá: "Tú, señora del Líbano, anidas entre cedros, pero sollozarás cuando te lleguen las ansias, y dolores como de parto. Por mi vida, aunque fueras el sello de mi mano derecha, te arrancaría y te entregaría en poder de tus mortales enemigos, de los que más temes. De Nabucodonosor, rey de Babilonia, y de las manos de los caldeos. Te expulsaré a ti y a tu madre, que te dio a luz, a un país extraño, donde no nacisteis, y allí moriréis. No volveréis a ver vuestra tierra, aunque ansiéis volver".

         Yo respondí: "Ese Jeconías, ¿es una vasija rota, despreciable, un cacharro inútil? ¿Por qué lo expulsas con su estirpe y lo arrojas a un país desconocido?".

         Así me contestó el Señor: "Inscribe a ese hombre como estéril, como varón malogrado en la vida, porque de su estirpe no habrá ninguno que se siente en el trono de David, para reinar en Judá".

 Act: 24/10/25     @tiempo ordinario         E D I T O R I A L    M E R C A B A    M U R C I A