2 de Octubre

Jueves XXVI Ordinario

Libros Históricos
Libro II de Crónicas 29,1-2; 30,1-16

Oficio, I

         Cuando Ezequías subió al trono tenía 25 años, y reinó en Jerusalén 29 años. Hizo lo que el Señor aprueba, igual que su antepasado David. Su madre se llamaba Abí, hija de Zacarías.

         Ezequías envió mensajeros por todo Israel y Judá, y escribió cartas a Efraín y Manasés para que acudiesen al templo de Jerusalén, con el fin de celebrar la Pascua del Señor, Dios de Israel.

         El rey, las autoridades y toda la comunidad de Jerusalén decidieron en consejo celebrar la Pascua durante el mes de mayo, ya que no habían podido hacerlo a su debido tiempo porque quedaban muchos sacerdotes por purificarse y el pueblo no se había reunido aún en Jerusalén.

         Al rey y a toda la comunidad les pareció acertada la decisión. Entonces acordaron pregonar por todo Israel, desde Berseba hasta Dan, que viniesen a Jerusalén a celebrar la Pascua del Señor, Dios de Israel, porque muchos no la celebraban como estaba mandado. Los mensajeros recorrieron todo Israel y Judá llevando las cartas del rey y de las autoridades, y pregonando por orden del rey:

"Israelitas, volved al Señor, Dios de Abraham, Isaac e Israel, y el Señor volverá a estar con todos los supervivientes del poder de los reyes asirios. No seáis como vuestros padres y hermanos, que se rebelaron contra el Señor, y éste los convirtió en objeto de espanto, como vosotros mismos podéis ver. No seáis tercos como vuestros padres. Entregaos al Señor, y acudid al santuario que ha sido consagrado para siempre. Servid al Señor vuestro Dios, y él apartará de vosotros el ardor de su cólera. Si os convertís al Señor, los que deportaron a vuestros hermanos e hijos sentirán compasión de ellos y los dejarán volver a este país. El Señor vuestro Dios es clemente y misericordioso, y no os volverá la espalda si volvéis a él".

         Los mensajeros recorrieron de ciudad en ciudad la tierra de Efraín y Manasés, hasta Zabulón, pero la mayoría se reían y se burlaban de ellos. Sólo algunos de Aser, Manasés y Zabulón se mostraron humildes y acudieron a Jerusalén. Los judíos, por gracia de Dios, cumplieron unánimes lo que el Señor había dispuesto por orden del rey y de las autoridades.

         El mes de mayo se reunió en Jerusalén una gran multitud para celebrar la Fiesta de los Azimos. Fue una asamblea numerosísima. Suprimieron todos los altares que había por Jerusalén y eliminaron todas las aras de incensar, arrojándolas al torrente Cedrón.

         El 14 de mayo inmolaron la Pascua. Los sacerdotes levíticos confesaron sus pecados, se purificaron y llevaron holocaustos al templo. Cada cual ocupó el puesto que le correspondía, según la ley de Moisés.

 Act: 02/10/25     @tiempo ordinario         E D I T O R I A L    M E R C A B A    M U R C I A