10 de Junio

Martes X Ordinario

Antiguo Testamento
Josué 2, 1-24

Oficio, I

         En aquellos días, Josué, hijo de Nun, mandó en secreto dos espías desde Acacias, con el encargo de examinar el país. Ellos se fueron, llegaron a Jericó, entraron en casa de una prostituta llamada Rajab y se hospedaron allí. Pero llegó el soplo al rey de Jericó, que dijo: "¡Cuidado! Han llegado aquí esta tarde unos israelitas a reconocer el país".

         El rey de Jericó mandó decir a Rajab: "Saca a los hombres que han entrado en tu casa, porque han venido a reconocer todo el país". Ella, que había metido a los dos hombres en un escondite, respondió: "Es cierto, vinieron aquí, pero yo no sabía de dónde eran. Cuando se iban a cerrar las puestas al oscurecer, ellos se marcharon, y no sé adónde. Si salís en seguida tras ellos, los alcanzaréis".

         Rajab había hecho subir a los espías a la azotea, y los había escondido entre los haces de lino que tenía apilados allí. Los guardias salieron en su busca por el camino del Jordán, hacia los vados. En cuanto salieron, se cerraron las puertas de la villa.

         Antes de que los espías se acostaran, Rajab subió donde ellos, a la azotea, y les dijo: "Sé que el Señor os ha entregado el país, que nos ha caído encima una ola de terror, y que toda la gente de aquí tiembla ante vosotros. En efecto, hemos oído que el Señor secó el agua del mar Rojo ante vosotros cuando os sacó de Egipto, y lo que hicisteis con los dos reyes amorreos de Transjordania, tras examinarlos. Al oírlo, nos descorazonamos, y todos se han quedado sin aliento ante vosotros, porque el Señor, vuestro Dios, es Dios arriba en el cielo y abajo en la tierra. Ahora juradme por el Señor que, como os he sido leal, vosotros lo seréis con mi familia. Dadme una señal segura de que dejaréis con vida a mi padre y a mi madre, a mis hermanos y hermanas, y que nos libraréis de la matanza".

         Ellos le juraron: "¡Nuestra vida a cambio de la vuestra, con tal que no nos denuncies! Cuando el Señor nos entregue el país, te perdonaremos la vida".

         Entonces ella se puso a descolgarlos con una soga por la ventana, porque la casa donde vivía estaba pegando a la muralla, y les dijo: "Id al monte, para que no os encuentren los que os andan buscando, y quedaos allí escondidos tres días, hasta que ellos regresen; luego seguís vuestro camino".

         Ellos contestaron: "Nosotros respondemos de ese juramento que nos has exigido, con esta condición: que al entrar nosotros en el país, ates esta cinta roja a la ventana por la que nos descuelgas, y a tu padre y tu madre, a tus hermanos y toda tu familia los reúnas aquí, en tu casa. El que salga a la calle será responsable de su muerte, no nosotros. Nosotros seremos responsables de la muerte de cualquiera que esté contigo en tu casa, si alguien lo toca. Si nos denuncias, no respondemos del juramento que nos has exigido".

         Rajab contestó: "De acuerdo". Y los despidió.

         Ellos se marcharon, y ella ató a la ventana la cinta roja. Se marcharon al monte y estuvieron allí tres días, hasta que regresaron los que fueron en su busca. Y por más que los buscaron por todo el camino, no dieron con ellos. Los dos espías se volvieron monte abajo, cruzaron el río, llegaron hasta Josué y le contaron todo lo que les había pasado; le dijeron: "El Señor nos entrega todo el país. Toda la gente tiembla ante nosotros".

 Act: 10/06/25     @tiempo ordinario         E D I T O R I A L    M E R C A B A    M U R C I A