Batalla del Libro


Lectura habitual de libros, un rara avis en medio de la sociedad

Querétaro, 22 mayo 2023
Santiago Norte, periodista de Observatorio

          Cuando el escritor mexicano Carlos Fuentes describió al libro como "esperanza del pasado y memoria del futuro", durante la presentación del Plan de Cultura del CNCA, por lo visto estaba hablando del libro en abstracto, sin considerar las características actuales de la sociedad mexicana.

          Se ha repetido hasta la saciedad que a los mexicanos nos toca medio libro leído por año. Creo que es una exageración, a no ser que por libro leído se cuente a las novelas semanales de vaqueros, de matones y de ligues. A lo mejor, sí. Lo cierto es que las grandes capas de la población de nuestro país no leen ni en defensa propia.

          Todo el mundo recuerda, con malsana frescura, la campaña que emprendió José Vasconcelos, siendo ministro de Instrucción Pública, durante el cuatrienio de Alvaro Obregón. Hace casi 80 años, y a la sombra de un generalote.... Desde entonces, ninguno de los gobiernos "emanados de la Revolución" ha hecho nada significativo para que el libro, el buen libro, llegue a manos de los mexicanos. Porque libros sí que llegan, pero la mayoría ni le dicen nada al mexicano, ni le hacen ser de otro modo, ni mucho menos le hacen ser más y mejor, que es lo que intentan los buenos libros.

          Gabriel Zaid ha escrito maravillas sobre cómo difundir el libro en México, y la industria editorial se muerde las uñas para sacar libros de calidad. No obstante, acaban triunfando Cohelo y Cornejo, Harry Potter y Marcial Lafuente.

          Por cierto, que ahora quieren poner el IVA a los libros, y también a los periódicos y a las revistas. Pero con IVA o sin IVA, la verdad es que la gente no lee. Y por lo que se ve, tampoco tendrá muchas ganas de leer. Razones hay muchas, pero me quedo con una: porque la gente prefiere ver la televisión, que es más fácil.

          La campaña que emprendió Vasconcelos, según los manuales de historia, era doble. Por un lado, poner buenos libros, con buenas traducciones, en las manos de todos. Y por otro lado poner buenos precios, a través de las subvenciones gubernamentales (a cañonazos de 50.000 pesos, por medio del ministro de Instrucción).

          Es posible que si los libros tienen IVA circulen menos. Pero no demasiado posible, porque de medio libro a ningún libro al año leído, por cada mexicano, poca diferencia es la que existe. La verdadera batalla por el libro pasa por el amor a la lectura. Y una vez enganchados en aquello que formaba el título de un libro que leyó mi generación de bachiller (el Galán Arte de Leer), con IVA o sin IVA habrá lectores.

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 Act: 22/05/23         @noticias del mundo              E D I T O R I A L    M E R C A B A    M U R C I A