Cadenas de la ONU a los pobres


Agencias de la ONU, casi siempre jugando con fuego con los pobres

Madrid, 10 febrero 2025
Eulogio López, director de Hispanidad

          Cuando surgió el Club de Roma, éste comenzó a lanzar espantajos sobre la superpoblación. No obstante, hoy en día ya no es necesario dicho Club, pues su grosera mentalidad ha empezado a asumirla, y desarrollarla, la ONU. A asumirla, porque hacia ello van hoy sus mensajes (muy preocupados por el futuro del planeta), y a desarrollarla porque por lo visto ésa es hoy su preferencia por excelencia: el aborto.

          En efecto, desde hace años la ONU viene presentando su Informe Anual del Fondo de Población, más conocido como FNUAP, en el que no para de recordar que los 49 países más pobres del mundo van a triplicar su población en 50 años. O lo que es lo mismo, que estos pobres no van a hacer otra cosa que copular, y comerse todos los recursos.

          Así mismo, afirma reiteradamente dicho Informe que el uso de agua se ha multiplicado por 6 en 70 años. Y eso, según la ONU, no es vivir 6 veces mejor que hace 70 años, sino erosionar el planeta 6 veces más. Por otra parte, la sublime organización de la ONU no dice para nada que la tecnología ha multiplicado la capacidad de aprovechamiento del agua, y no por 6 sino por mucho más.

          La verdad es que no hay demógrafo ni actuario capaz de prever lo que va a ocurrir dentro de 50 años, pero la ONU se aprovecha de estas profecías catastróficas porque tienen una ventaja: inocular el miedo, para tener ellos pretextos para actuar.

          En resumidas cuentas, el auténtico objetivo de la ONU es el que tenía antaño el Club de Roma: quitarse del medio a los pobres, para vivir mejor los que aquí quedemos. Y si no, ahí está lo que la ONU promueve por viento y marea: el aborto masivo, promocionado y provocado entre los pobres.

          ¿Y por qué lo podemos saber? Porque la ONU no habla de luchar contra la pobreza aumentando la riqueza, sino de reducir el número de pobres. A perro muerto, se acabó la rabia. Y en eso, todo vale.

          Recuerdo que, durante la presentación del informe ONU en Madrid, el director de la Fundación Ortega y Gasset, Joaquín Arango, en referencia a África, afirmaba que "a todos sus problemas de pobreza y enfermedades se añaden los cinco o seis hijos de fecundidad no deseada que arrastran sus mujeres".

          Dejando a un lado el sentido despectivo de la frase, que etiqueta a los africanos de pobres y enfermos, ¿quién le ha dicho al señor Arango que se trata de una fertilidad (podría haber hablado de maternidad) no deseada? ¿Ha interrogado, quizás, a todas las mujeres de África? Si lo hubiese hecho, a lo mejor habría caído en la cuenta de que la mayor riqueza del pobre es su familia, y la mayor riqueza de la madre africana es sus hijos.

          El diario El País, mentor de la Fundación Ortega, naturalmente no podía acabar ahí, y unió al informe de la ONU, en la misma noticia, las aportaciones de Nature, otra revista dispuesta a defender a cualquier especie animal menos la humana. En definitiva, Nature venía a decir que los pobres ya no son sólo los culpables de copular, sino también de contaminar más (por lo visto, con su nefanda presencia).

          Colin Clark fue el demógrafo que hace años desmontó demoscópicamente el Mito de la Superpoblación, expandido por el Club de Roma y ahora por la ONU y toda su progresía. Y fue el primero en recordar que "la verdadera riqueza de un pueblo está en sus personas", y que "la bomba demográfica no consiste en que haya mucha gente, sino en que haya pocos jóvenes". Por supuesto, el Premio Nobel de la Paz no se lo dieron a él, sino a Kofi Annan.

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 Act: 10/02/25         @noticias del mundo              E D I T O R I A L    M E R C A B A    M U R C I A