Carta a un Suplantador


Periodistas de hoy, expertos en todo sin saber de nada, y mucho menos del papa

Lima, 5 diciembre 2022
Donato Jiménez, licenciado en Filosofía

           Hace tiempo leí en las páginas de Religión, del periódico La Razón, la crónica de insultos que Sánchez Dragó dedicaba al papa. Se trata de una crónica en la que su autor, que no pasa de ensayista y columnista, trata de suplantar nada más y nada menos que a Jesucristo, para escribirle en su nombre una carta al papa, en un truco que tan sólo hubiera podido haber copiado, de esa manera, uno de los volterianos más desbocados. Se trata, por supuesto, de una sarta de insultos al papa, pero también a la historia, a la filosofía e incluso a casi media humanidad, por no decir también a la otra media.

           Los enemigos de Cristo y de la Iglesia, Sr. Dragó, hace tiempo que van por otros derroteros. Así que Ud. se ha quedado fosilizado, culturalmente, en los vómitos protestantes del s. XVI. O a nivel político en aquellos borregos que siguieron los eslóganes más retardados de la España republicana, llenando para ello sus venas de sangre, odio y poco más.

           Para inyectarse un poco de nobilísima inquietud humana, podría haber leído usted algo de San Agustín, o siquiera de Unamuno. Porque llamar fraude a la religión es ignorar el abecé de la antropología y de la historia, y hacer quedar como impostores a los más grandes y serios científicos de la humanidad, desde Newton hasta Einstein.

           Pero es que, Sr. Dragó, usted demuestra que sabe poca historia. Podrá ser usted todo lo irreligioso o ateo quiera, pero lo que no puede es ignorar las incontables y más brillantes páginas de la historia y de la civilización, escritas por innumerables personas que, con su ejemplo y enorme acierto (santos se llaman, canonizados o no en cualquier religión) han conseguido que la humanidad sea un poco más humana, de esa humanidad de la que también usted, aun a pesar suyo, es uno de sus insolventes deudores.

           Pero el colmo de su blasfemia panfletista es querer ofender al papa, porque hasta sus enemigos más históricos han reconocido el enorme esfuerzo del papado, y del papa, por querer ser más bueno y más fiel cada día a este mundo, con una sinceridad de palabras que por lo visto usted no capta, aunque él reinsista en ello y en pedir perdón por lo que no haya sabido hacer bien. Por supuesto, él sí representa a casi 3.000 millones de seres humanos, y usted y sus ideologías a casi nadie.

           Sr. Dragó, hace tiempo que quienes quieren pasar por inteligentes, aun sin tener inteligencia, ya no hablan así. En el mismo artículo veo que un teólogo agustino, el p. Galindo, le ha respondido en un libro. Ahí encontrará teología. Y filosofía. E incluso historia, que no le vendrá mal. Y también humanismo, mucho humanismo. A él me remito y lo remito a usted. Sólo quería advertirle que, aun queriendo ser lo que usted quiera ser (o no ser), se ponga, al menos, al corriente de lo que pasa.

           Es probable que un día oiga usted la noticia de la muerte del papa. Y verá a miles de millones de personas de todo el mundo (muchos de ellos no creyentes en Jesucristo) acudiendo a honrar a ese hombre intrépido, sincero y abnegado, que usted se ha negado a reconocer. Sin duda verá también lágrimas de cariño y agradecimiento. Ése podría ser también, quien sabe, el momento de su arrepentimiento y de su puesta en razón. Que Dios le ayude.

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 Act: 05/12/22         @noticias del mundo           E D I T O R I A L    M E R C A B A    M U R C I A