Dignidad Humana


Persona humana, compuesta de ser y actuar, sin olvidar la motivación interior

Barcelona, 9 diciembre 2024
Francesc Torralba, catedrático de Filosofía

          El termino dignidad es un termino polisémico cuyo contenido difiere según contextos y autores. En primer lugar, se puede definir como una característica que se predica universalmente de la persona humana. Así, decir que una realidad es digna, o tiene dignidad, significa reconocerla con respeto y consideración.

          La dignidad no es, evidentemente, un atributo de carácter físico, sino un atributo que se predica indistintamente de los caracteres físicos o de sus manifestaciones individuales. En ese sentido, la dignidad no tiene que ver con el tener (como elemento cuantificable), sino con el ser. Coloquialmente hablando, la dignidad no se tiene, sino que se es o no se es.

          En segundo lugar, el término dignidad indica un atributo universalmente común a todos los hombres, sin cuyo reconocimiento no se puede ejercer la libertad ni la justicia. Se trata de una característica específica que coloca al ser humano en un nivel superior de la existencia, según el cual debe ser respetado por todos los existentes.

          Existen distintas formas de comprender la idea de dignidad. Veámoslas.

          La dignidad ontológica se refiere al ser. Dicho de otra manera, la persona goza per se (por lo que es) de dignidad, aunque sus actos o planes sean indignos. A este respecto, dice Guardini que "sacrificar la integridad de la persona por un fin cualquiera, incluso el mas elevado, significaría no sólo un crimen, sino también una dilapidación", pues "la persona goza de dignidad absoluta".

          La dignidad ética se refiere al obrar. Dicho de otra manera, a la naturaleza de nuestros actos, pues hay actos que sí son dignos y otros que no. Los primeros dignifican todavía más al ser humano, y lo hacen más digno, mientras que los segundos ensucian su dignidad, e incluso la pueden llegar a oscurecer.

          Santo Tomas de Aquino hace radicar la superioridad de la persona, sobre el resto de la creación material, en el hecho de haber sido creado a imagen y semejanza de Dios. Es decir, en estar dotado de una voluntad libre, por la cual puede dirigirse por sí mismo hacia su propia perfección o depravación. En concreto, dice en su Suma Teológica que "el hombre es imagen de Dios en cuanto es principio de sus obras, está dotado de libre albedrío y es dueño de sus actos".

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 Act: 09/12/24         @noticias del mundo              E D I T O R I A L    M E R C A B A    M U R C I A