Economía o Vértigo


Política económica en Detroit, y sus desplomes de 1973, 1979, 1991 y 2007

Querétaro, 11 abril 2024
Sergio Ibarra, periodista de Observatorio

          Hace unos días se lanzó a circulación una nueva revista con un trabajo editorial-comercial orientado hacia una serie de interpretaciones y conceptos que, lejos de orientar, lo que buscan es descalificar, con o sin razón, la situación global actual de la economía.

          En el caso de México, los mexicanos expresan su voluntad a través de las votaciones federales, y a través de ellas propician el comienzo y final de los gobiernos, en alternancia política. Los gobiernos tienen la obligación de hacer funcionar las cosas, a través de la unión de las diversas variables y nunca al azar. De hecho, la política, la economía, la educación, la tecnología, la ética, y la sociedad misma, son elementos interdependientes, pues lo que ocurre a una variable afecta a las demás.

          Parece ser, o por lo menos eso parece a la editorial anti-sistema a la que me refiero, que no queremos aceptar que las reglas van cambiando, y que la calidad siga siendo un requisito a tener en cuenta. Por supuesto que resultaría una gran tentación devaluar el peso, y vivir con una mano de obra barata y con una moneda barata, pero eso supondría meterse por una puerta falsa hacia un callejón sin salida.

          Por supuesto, esto no consiste únicamente en controlar la inflación, sino que requiere un verdadero liderazgo político y un cambio radical en las estructuras productivas de bienes y servicios. Requiere también un cambio en la cultura de las organizaciones (más orientadas al talento humano, y no tanto a la eficacia inmediata), y un ir más allá de las practicas gerenciales (que se han importado como panaceas), del ISO 9000 y de todo lo que se quiera inventar.

          La cultura no se certifica, sino que se transforma con la inteligencia y la unión de voluntades. Y esto no se consigue tan solo con nuevos códigos o regulaciones económicas, sino con la firme decisión política de hacer frente al dilema ético-humano de la economía: compartir y difundir conocimientos, enseñar y dar formación...

          Para que el futuro de la economía no se convierta en un devenir vertiginoso hay que ser más productivos, por supuesto. Pero no a través de los resultados espectaculares, o convirtiendo la productividad en el valor que hay que poner en acción, sino poniendo al hombre como valor económico central. Y esto tanto tanto en el taller mecánico de General Motors como en los VIPS de las garnachas de la esquina, tanto en el gobierno federal como en el ayuntamiento más alejado. Ya lo dice el refrán: No les des pescado, sino enséñales a pescar.

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 Act: 11/03/24         @noticias del mundo              E D I T O R I A L    M E R C A B A    M U R C I A