Encender la Televisión


Gente de hoy en día, enganchada a cualquier tipo de pantalla que sea artificial

Querétaro, 19 junio 2023
Jaime Septién, periodista de Observatorio

          Con mucha frecuencia se hace alusión a la adicción que niños y adolescentes tienen a la televisión. Pero cuando los adultos nos ponemos a pensar, y reflexionamos sobre el tema, caemos en la cuenta de que también nosotros hacemos lo mismo, e incluso somos quienes hemos propiciado, por temor y comodidad, esta actitud.

          Pero ¿temor a qué? Actualmente existe un horror generalizado, consciente o inconsciente, a los niños, a sus actividades normales y a su necesario desenvolvimiento (juegos, gritos, brincos...). Es decir, a su ruido. Y por eso solemos tomar la decisión más cómoda: sustituir ese molesto ruido por el ruido de la televisión.

          Los padres no hemos incluido la paciencia dentro del ejercicio de nuestras virtudes, y por eso evadimos la responsabilidad de conducir y educar esa energía molesta que tienen nuestros hijos. Pero hay que saber que la televisión tampoco va a hacerlo, y sin ese acompañamiento adulto los niños no van a saber crecer como personas, ni va a ser capaces de discernir el amor, ni van a saber sacrificarse en el trabajo, ni van a descubrir desde sus primeros años el sentido de la vida. ¿Y eso por qué? Porque les prendemos la tele, que está llena de porquería y que es capaz incluso de interactuar con ellos, mirándolos a los ojos y diciéndoles: "Me importas".

          El temor a los niños se ha ido acentuando en toda la sociedad, y en la mayoría de las escuelas los profesores sientan a los niños a ver la televisión cuando tienen un ratito libre. En los cursos de verano tampoco falta la "pantalla digital", y hasta en las fiestas de cumpleaños los cumpleañeros se sientan a ver una película durante toda la tarde.

          En los transportes, sobre todo si es el caso de un transporte escolar, los conductores les ponen un video a sus pequeños pasajeros, evitando así que miren por la ventanilla. Y hasta en las escuelas de natación les prenden la televisión a los niños, y hasta en el consultorio del doctor. ¿Y por qué? Por comodidad, y para no permitirles ser lo que ahora son: niños.

          Cuando esos niños de hoy sean adultos, y nosotros ancianos, tal vez también ellos sentirán un cómodo terror a tener que convivir con nosotros, y serán ellos quienes nos sienten a nosotros frente a un televisor. Así nos habrán quitado a nosotros del medio, y ellos tendrán las manos libres para hacer cualquier otra cosa, ignorando nuestra existencia por completo.

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 Act: 19/06/23         @noticias del mundo              E D I T O R I A L    M E R C A B A    M U R C I A