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Etiquetado de Hiperactivo
Querétaro,
25 septiembre 2023 Nos escribe una lectora con afán de ayudar, respecto a lo que en el colegio hicieron con su hijo, al etiquetarlo de hiperactivo: "Tengo un hijo de 12 años que es bastante tranquilo, aunque en los primeros años de escuela lo tenían etiquetado como hiperactivo e incluso pusieron una doctora de planta para atenderlo. Y eso le generó muchos problemas. Cuando en primaria lo cambié de colegio, la nueva maestra me comentó que el niño no se estaba quieto en ningún momento, y que enseguida le pedía permiso de ir al baño. Y que eso eran síntomas de hiperactividad. Tras escuchar todo esto que me decían en los colegios, alguien de mi familia me sugirió la conveniencia de ir a un doctor y pedirle que revisara al niño sus vías urinarias, con tan buen tino que le detectaron al niño una infección precisamente en sus vías urinarias. Eso era lo que motivaba su aparente hiperactividad, detalle que a los directores del colegio, y a la psicóloga y a varias maestras les había pasado desapercibido. Se le dio el tratamiento adecuado y, como decimos, con mano de santo quedó curado, y se terminó su constante brincar y cambiar de postura". Menciona usted dos puntos que todo padre de familia debería tener en cuenta: que no hay que prejuzgar a los hijos ni etiquetarlos. Porque cualquiera de estas dos actitudes perjudica el sano crecimiento y cancela muchas oportunidades. Cuando prejuzgamos, ya damos por cancelada la búsqueda de la verdad. Y por supuesto, no podemos conocer verdaderamente al otro. Y si además le ponemos a alguien la etiqueta de nuestro prejuicio, el chico puede llegar a creérselo. Etiquetas de inútil, torpe, travieso, enojón... han hecho mucho daño a muchas personas. Por cierto, esto de no prejuzgar ni etiquetar es válido también para el resto de relaciones humanas, no sólo para la infancia y adolescencia.
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