Forrados y Cobardes


Políticos de hoy día, que se proclaman católicos y tragan lo que haga falta

Madrid, 24 abril 2023
Eulogio López, director de Hispanidad

¿Cuántos políticos católicos han presentado hoy su dimisión?

—Hijo, ¿cuántas veces?, susurró el padre Vázquez desde el otro lado de la rejilla.

—¡Ay padre!, contestó el penitente. Así, al pronto, 27 votaciones parlamentarias, 114 ominosos silencios en cenas del partido, 457 restricciones mentales en ruedas de prensa, 21 omisiones en las comisiones de subsecretaría, 3 periodos vacacionales a la hora de elaborar el programa electoral y 364 votaciones forzadas.

—¡Hijo mío! ¡Esto es demasiado! Lo suyo es un gravísimo pecado de silencio.

—Recuerde, padre, que soy ministro.

—¿Ah sí? Pues mire, ahora lo tiene más difícil todavía, porque el papa ha restringido la absolución para los altos cargos, e incluso ha amenazado con la excomunión en caso de involucrarse en ciertos casos. A la luz de la nueva norma, lo suyo no tiene casi arreglo.

—¡Pero padre!

—Y luego está lo del propósito de enmienda. Porque tú, hijo mío, después de esto, seguramente presentarás la dimisión. ¿Verdad?

—¿La dimisión dice usted, padre? ¿Qué dimita?

—Bueno, pudiera ser la única salida al asunto, aparte de mera coherencia. Pero mira, vamos a ponerlo más fácil. Como penitencia deberás hacer una declaración pública, abjurando de tus errores pasados y prometiendo que, en adelante, vas a tener más coraje para defender tus planteamientos cristianos.

—¡Pero padre, eso no será una dimisión, sino un cese fulminante y oprobioso!

—Pues hijo, no sé que decirte. Por lo menos plantea en el Congreso una serie de iniciativas legales, encaminadas a enmendar los errores pasados. ¿Qué te parece?

—...

—Hijo, ¿Estás ahí? ¡Que raro, se ha marchado!

          Es sabido que la Iglesia apenas tiene influencia en la sociedad moderna, pero por si acaso ha elaborado un vademécum para los católicos que se meten en política. Es lo que hizo el papa Ratzinger, que ante la encrucijada actual deja la puerta abierta al propósito de enmienda o a la dimisión, o a ambas cosas a la vez.

          También cabe la opción de reinterpretar las órdenes del papa, pero en su caso el papa Ratzinger lo puso tan difícil que hay que ser muy, pero que muy centro-reformista, para conseguirlo.

          El documento no tiene desperdicio. En pocas palabras, venía a decir Benedicto XVI que los políticos católicos no pueden admitir componendas, y les pedía:
-aumentar las 2 c: coraje y coherencia,
-evitar otras 2 c: cobardía y clericalismo.

          Esto último porque la laicidad implica "la autonomía de la esfera civil y política de la esfera religiosa y eclesiástica, pero nunca de la esfera moral".

          Así que, ya puestos, el papa llama cobardes a los países católicos "que han permitido ensañamientos con los más débiles, como el aborto, la experimentación con embriones o la eutanasia, la fecundación artificial o las parejas de hecho".

          Recuerda también el papa que el desprecio a los deficientes mentales fue el comienzo del horror del nazismo. Y pasando de los votados a los votantes, recuerda que un católico "no puede votar ni apoyar a movimientos políticos contrarios a la enseñanza moral".

          A ver si nos entendemos. Que yo recuerde fueron 5 las advertencias que ya Juan Pablo II realizó sobre el porvenir, yendo todas ellas en la misma dirección:

-o hay un rearme moral, y rezamos más,
-o el futuro se plantea muy negro, porque vivimos "el final de una época, en la incertidumbre ante la nueva que emerge en el horizonte".

          Y todo ello por una idea muy juanpaulina y muy chestertoniana (dicho sea de paso), pues:
-una cosa es el pluralismo político, que el papa polaco aplaudía con fervor,
-otra cosa es el relativismo moral, "como si todas las ideas tuviesen igual valor".

          La razón es sencilla: si todas las ideas (concepciones, doctrinas, prácticas...) tienen igual valor, ninguna de ellas tiene valor, o al menos el valor suficiente como para dar la vida por ellas. Dicho de otra forma, si no hay principios absolutos, ¿por qué hay que respetar a la persona?

          En cualquier caso, los papas han dicho alto y claro que un católico no puede votar ni participar en un partido que defiende el aborto o cualquier tipo de atentado contra la vida y la ley natural, así como sus consecuentes perversiones morales.

          Por el momento no se sabe de ningún político católico que haya pedido la dimisión, o por lo menos ha cambiado de partido para buscar otro con mayor orientación religiosa. A lo mejor es que están reinterpretando a los papas de la Iglesia.

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 Act: 24/04/23         @noticias del mundo              E D I T O R I A L    M E R C A B A    M U R C I A