Generar Valores

Valor del esfuerzo, que sólo puede ser aprendido con el ejemplo... y el esfuerzo

Querétaro, 27 noviembre 2023
Sergio Ibarra, periodista de Observatorio

—Oiga, ¿me vende una sandía?, dice un cliente entrando a una frutería.

—Con mucho gusto, escójala usted mismo, exclama el dependiente.

—Mire, me gusta ésta, pero sólo quiero la mitad.

—Señor, aquí en la frutería vendemos las sandías completas.

—Es que luego se me echan a perder, ¿sabe usted?

—Lo lamento, señor, pero no se puede. Es la política de empresa y yo estoy cumpliendo mi trabajo.

—Y si no puede usted, ¿entonces quién puede?

—Supongo que el dueño.

          En ese momento, el dependiente se dirige a la trastienda, entra al privado del jefe y le dice:

—Señor, fuera hay un necio que quiere que le venda la mitad de una sandía.

          Justo en ese momento aparece el cliente en el privado, y el dependiente rápidamente agrega:

—... y el caballero quiere la otra mitad.

          Acto seguido, el dueño autoriza la venta de la mitad de la sandía, y una vez que el cliente se ha retirado, el dueño llama al dependiente a su oficina, le felicita por el tacto mostrado y le pregunta:

—Los inspectores y sus políticas de calidad (ISO, el PMC...), ¿serán estúpidos? ¿Tán difícil es de entender?

          Ése es el dilema que os planteamos durante esta semana. ¿Cuánto cuesta ser flexibles? ¿Y el sentido común? ¿O es que nos hemos vuelto estúpidos? ¿Y frívolos? Será más bien que nos hemos vuelto modernos, y por ende estúpidos y frívolos, sin flexibilidad ni sentido común.

          Es curioso notar cómo hoy día las empresas productivas del Bajío están viviendo una especie de fiebre por adquirir certificaciones estatales, tras haber demostrado que sus usos y prácticas son siempre las mismas en cualquier circunstancia, cuando día a día se hace más evidente que la sociedad necesita ser atendida particularizadamente. ¿Nos estamos volviendo locos?

          Usted que tiene un negocio, o es gerente o ejecutivo, o atiende detrás de un mostrador: ¿Que prefiere para sus clientes? ¿Estándares cumplidos a rajatabla, o flexibilidad?

          Por supuesto, los "valores agregados al cliente" no son gratuitos. Pero lo que necesitan no es una propina ni compensación, sino otra serie de valores que hagan realidad esa otra parafernalia gerencial llamada "generación de valores al cliente". ¿Seremos capaces de generar valores con valores, y no con dinero ni más estupidez?

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