Gobierno y Dinero
Querétaro,
9 junio 2025 El actual presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, está empeñado en servirse del dinero para gobernar, y en intervenir en todo con el fin de obtener más dinero. Para ello, no escatima en descontrolar su lengua y sus instintos, amenazando con aranceles a cualquier otro tipo de inversor e incluso poniendo en peligro el trabajo de miles de trabajadores de su propio país, con tal de unir poder y dinero. Como se ve, muy alejado está del auténtico mandato de un gobernante. Por ello, no limita Trump la producción de armas ni a las empresas bélicas, porque generan mucho dinero. Por ello, culpa a todo mundo de la degradación que las drogas (sobre todo el fentanilo) han causado a muchas personas, pero no evita su mercado interno. Detiene también Trump los procesos migratorios de quienes buscan mejores condiciones de vida. ¿Y por qué? Porque, para él, el dinero ha de dominarlo todo, aunque sea a costa de comprar y destruir conciencias. A nivel general, muchos electores de cualquier país definen su voto analizando, como criterio definitivo, quiénes les ofrecen mejorar su economía. E incluso muchos administrativos y legisladores no se atreven a llevar la contraria a quienes están arriba, por el miedo a no seguir ascendiendo puestos y perder sus ingresos económicos. Los cárteles y grupos armados de delincuencia tienen como máxima aspiración tener más y más dinero. Para ello, fuerzan a los jóvenes a vender y traficar droga, y de ahí pasan a la extorsión, secuestro y aniquilamiento de quienes se oponen a sus planes. Adolescentes y jóvenes, y también adultos, acaban teniendo como ideal llegar a ser narcos, y eso que al principio les espeluznaba. ¿Y por qué? Para tener acceso al dinero y a los placeres. Hay padres de familia que compran con regalos a sus hijos, aunque su vida sea poco recomendable. En conflictos conyugales, compran su benevolencia a base de recursos económicos. Cuando hay pleitos por herencias, el dinero es el que destruye familias. En nuestra vida personal, el dinero es el que acaba dominándonos, y no al revés. Cuando tenemos dinero, nos creemos más de lo que valemos, y pasamos a querer tener un mejor vehículo, y una casa mejor, y cuentas bancarias más voluminosas. Es entonces cuando empezamos a viajar por todos lados y a darnos a la buena vida. Insensatos, cuando muráis, ¿para qué os habrá servido todo lo acumulado? Para que os corroan los gusanos, y os reclamen vuestra alma. Os lo dice el mismo Jesucristo. .
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