Hacia la Semana Santa


Oración y retiro, con todas las miradas fijas en la Pasión del Señor

Cieza, 18 marzo 2024
Pascual Saorín, colaborador de Mercabá

          Oración, ayuno y limosna no son compartimentos estancos, sino actitudes y acciones que interactúan dentro de una misma espiritualidad. Cuando se reza por los necesitados, la oración puede quedar solo en palabrería vacía o en sentimientos estériles si no se sacrifica algo propio (ayuno) para donarlo gratuitamente y a fondo perdido (limosna).

          La oración viene a ser como la atmósfera o el escenario en el que ayunamos y hacemos limosna. Sin una actitud orante, tanto el ayuno como la limosna se convierten en acciones meramente éticas. Evidentemente no se trata de que la ética sea mala, pero cuando esta carece de un fundamento firme y un horizonte trascendente puede hacernos mucho daño; este sería uno de los errores que no solucionaron los fariseos: fieles cumplidores de la ley, pero con un corazón endurecido. De ahí a la hipocresía hay un paso.

          Hemos de valorar mucho la oración personal tal y como Jesús la muestra en los evangelios: en nuestro cuarto, con la puerta cerrada y orientados a un Dios que está en lo más profundo de nuestro corazón. Podríamos pensar que rezar es perder el tiempo.

          Sin embargo, la oración forma parte de una de las dimensiones fundamentales de la vida: la dimensión lúdica, hermana de la litúrgica. Junto con la dimensión comunitaria (koinonia), dialogal (martyria) y laboral (diakonia), la dimensión lúdica (liturgia) es la que da sentido a las otras. En esta dimensión entendemos el valor de la fiesta, del juego o de cualquier arte; sin ella, el ser humano no pasaría de ser un mero animal ilustre.

          Si aún así, nos resulta difícil entender el sentido de la oración, podríamos empezar por valorar actividades muy cercanas a ella: la poesía, la música, la danza, la arquitectura... o cualquier arte que nos ayude a desconectar de nuestro lado racional para dar más protagonismo al sensitivo.

          Para las personas con dificultades con la oración lo mejor es acercarse al arte según los carismas de cada uno. Se trata de practicar las artes no sólo como espectadores, sino también como creadores, porque toda obra exige abrirse a la inspiración, dando como fruto la expresión de nuestro ser más profundo. Encontrar ahí a Dios no es tan difícil.

          Pero si damos un paso más al interior del arte, nos encontramos con la oración y sus diferentes tipos. Básicamente podemos dividirla en cuatro clases: Oración de perdón, de petición, de gracias y de bendición o alabanza. Estos cuatro tipos de oración emanan de las cuatro experiencias humanas fundamentales.

          La experiencia del fracaso (bien por error o por maldad); la experiencia de los límites que nos lleva a tener que pedir ayuda a otros (u Otro); la experiencia de ser amados, que nos lleva a la alegría y al agradecimiento, y finalmente la experiencia del ensimismamiento ante una realidad misteriosa y fascinante. Esta última tal vez sea la más difícil, porque supone no dejar nunca de ser niños y su capacidad de dejarse sorprender.

          Al no ser ángeles, cualquier tipo de oración ha de ser un acto profundamente enraizado en la antropología; así entenderemos mejor por qué cada una de las cuatro formas de orar están íntimamente emparentadas con las expresiones lingüísticas más básicas, que son las que solemos aprender primero en otros idiomas (perdón, por favor, gracias...) y cualquier tipo de interjección similar fonéticamente en cualquier idioma (ah, oh, ay...). Esta última es la más apasionante porque supone acudir al lenguaje más primitivo, en el buen sentido del término. Veamos estos 4 tipos de oración con sus palabras clave de referencia.

Oración de perdón

          Es lo 1º que Jesús reclama cuando comienza su misión: conversión. Pedir perdón supone humildad para reconocer que nos hemos equivocado, así como una oportunidad para rehacer el error. La necesidad de perdón puede venir motivada por razones morales (tras un pecado) o intelectuales (tras un error). El pecado atenta contra el bien, el error contra la verdad, lo cual si cabe es más peligroso que el pecado; solemos estar más predispuestos a reconocer una ofensa contra el bien que contra la verdad.

          El pecado suele despertar la conciencia, mientras que el error nubla la razón y esclaviza de forma permanente bajo el yugo de la mentira. De ahí la importancia de que la oración sea una experiencia cordial más que intelectual. Sólo el corazón es capaz de ablandar la razón para que esta se abra a la posibilidad de estar equivocada. Sin esa humildad, el error se enquistará disfrazándose de verdad, cayendo en el pecado más difícil de perdonar: la hipocresía.

Oración de petición

          Somos seres limitados. La constatación de los límites nos lleva a buscar ayuda en los demás desde nuestra primera bocanada de aire. Con el tiempo la autosuficiencia viene a disimular levemente esta realidad; hay personas que caen en el voluntarismo, prefiriendo hundirse antes que pedir ayuda; esta es la expresión máxima del egoísmo.

          Hay que ser muy humildes para pedir, aunque también hay que saber pedir bien. Pedir no nos exime de la responsabilidad de colaborar. Dios siempre responde, pero no como un mago de feria ni con una gracia que anula la naturaleza. Dios siempre ayuda desde el mundo en el que se encarna; por eso es tan importante estar atentos a sus respuestas.

          Una oración de petición que lleve a esperar que lo requerido caiga del cielo como por obra de magia es una oración falsa. En realidad, es la tentación que busca que Dios renuncie a su humanidad encarnada, desentendiéndose por completo de la realidad. Dios siempre responde, aunque su respuesta no coincida con lo que nosotros esperamos, como la respuesta de los padres no siempre se ajusta a las peticiones (muchas veces caprichosas) de sus hijos.

Oración de agradecimiento

          La palabra gracias tal vez sea la más bonita de todas. A buen seguro que sabemos decirla en varios idiomas; no es casual. Dice el refrán castellano que "es de bien nacidos ser agradecidos". A poco que nuestra humanidad sea sincera con ella misma no nos cabe más remedio que reconocer que somos inmensamente afortunados.

          Quien da gracias deja de centrarse en lo recibido; la autorreferencialidad queda así rota por el deseo de hacer partícipe al otro de la alegría que se siente. Todos sabemos la satisfacción interior que se siente cuando nos dan las gracias; podemos imaginar cómo se debe sentir Dios cada vez que nos olvidamos de nosotros mismos para reconocer su obra.

Oración de bendición y admiración

          El término bendecir significa "decir bien", pero no sólo a nivel de decir palabras coherentes, sino que muchas veces alude a cosas que se pueden decir de muchas maneras, como interjecciones, sonidos, gemidos, e incluso silencios. Y la admiración entraría a formar parte de este tipo de oración. Evidentemente se puede formular de forma racional mediante un lenguaje gramaticalmente ordenado, aunque la interjección, el gemido o simplemente el silencio son las expresiones que mejor expresan una alabanza y una bendición.

          La liturgia está llena de momentos de silencio e incluso de palabras cuyo sentido semántico desconocen la mayoría de cristianos (sacramento, amén, aleluya...). Orar no es solamente hablar, sino escuchar (en 1º lugar) para poder responder (en 2º lugar) adecuadamente, aunque sea con el silencio, una queja o un grito de admiración. Cuando la palabra se convierte en silencio adquiere un sentido nuevo, mistérico y divino. Es así como la palabra del hombre pasa a ser verdaderamente Palabra de Dios.

          Se trata de una Palabra que no viene llovida del cielo, ni está al margen de la vida, sino que emerge de la realidad, tal cual es. Por eso las interjecciones no son solamente hermosas y agradables; con frecuencia expresan miedo o dolor. También estos gritos forman parte de la alabanza porque no obligan al ser humano a vivir sometido al misterio de forma denigrante, sino hermanado con Dios en su pasión y muerte para poder ser así resucitar con él.

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 Act: 18/03/24          @noticias del mundo             E D I T O R I A L    M E R C A B A    M U R C I A