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Jugando a Escandalizar
Córdoba,
28 junio 2021 "Al que escandalice a uno de estos pequeños, más le valdría atarse al cuello una piedra de molino y arrojarse al mar". Se trata de una frase de nuestro señor Jesucristo, que bien podría aplicársela esta sociedad actual. Porque vivimos en un estado pornográfico, pederasta y pervertidor de los niños, de forma escandalosa y escandalizante. Es decir, a caso hecho para escandalizar. En efecto, ya desde la mas tierna infancia, el Régimen (o estado global actual) abruma a los adolescentes con todo tipo de contenido sexual, con todo tipo de inversión logística y con todo un despliegue de leyes obligatorias a ese respecto. Y no lo hace de forma genérica, sino plastificando ejemplos y dibujos para cada etapa educativa. Todo ello busca la perturbación mental de los adolescentes, y no sólo a nivel educativo (en la escuela) sino también a nivel social (cuando salen de la escuela), con un organigrama que exalta la trasgresión sexual a cualquier hora del día (incluido el infantil), en cualquier expresión pública de cualquier medio de comunicación, y con una ideología de género que condena (por odio social) a cualquier padre que se niegue a financiar (con sus impuestos) la cabalgata de homosexuales y maricones. Todo ello bajo unos mismos objetivos, que son los de crear unos cuerpos adictos al sexo y unas mentes acostumbradas a todo lo anti-natural, desde la más tierna edad. Todo esto está generando daños irreparables en nuestra juventud, está creando un mar de descontrol emocional, está multiplicando fantasías que luego son imposibles de realizar, está ofreciendo algo que luego siempre acaba mal. Porque cuando esos jóvenes se dan cuenta de que han sido engañados mediante sueños fabulosos y falsos, tienen ya su mente incapacitada para razonar, y no encuentran salida por donde escapar. Y empieza el paro, el fracaso sentimental y la depresión. Hacia ese camino se dirige la sociedad actual, como marioneta en manos del Régimen global actual, que es el que está detrás de todo eso (aunque para él, esto sea lo de menos, pues ¡si son niños o niñas, a mí qué!). Otra de las consecuencias de todo esto es que se está robando a las personas su niñez, una etapa fundamental para el equilibrio mental y emocional de las personas. Porque se está quitando a los niños (y por ende, a las personas) su inocencia natural, sus costumbres y arraigo familiar, sus propias ideas, su propia conciencia sobre lo bueno y lo malo, así como un equilibrado desarrollo de su formación intelectual. En el día de mañana esos niños serán mayores, y estarán incapacitados para saber distinguir lo natural de lo anti-natural, el verdadero del falso amor, las ideas correctas de las que no lo son. Pero que no lo duden sus responsables: Jesucristo está ahí, y hubo un día en que todo esto lo condenó. .
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