Libertad de Expresión


Opinión ciudadana, manipulada o maniatada por los nuevos generadores de opinión

Querétaro, 29 mayo 2023
Carmen Loyola, periodista de Observatorio

          Podríamos definir la opinión pública como esa suma de actitudes, preferencias y tendencias de una sociedad hacia ciertos hechos de interés colectivo. Y como un fenómeno ciudadano general que invoca la existencia de una ética básica, una búsqueda de justicia y una dimensión humana de la vida, con una trascendencia que rebasa todo límite cultural, geográfico o ideológico.

          Sin duda, ésa debería ser la auténtica opinión pública, desde la más absoluta libertad personal de expresión de cada ciudadano. No obstante, hoy en día esa opinión pública ha sido suplantada por la opinión publica, o esa suma de intereses ocultos, al servicio de los instrumentos de poder, que lo que tratan es de violentar las situaciones para generar todo tipo de cambios a su más particular antojo, tanto a nivel político como ecológico o social.

          Por supuesto, la tecnología está permitiendo a este tipo de opinión publicar hasta la saciedad sus interesadas (o tergiversadas) opiniones, llevando a través de la repetición, y más repetición, a la esclavitud de expresión. Y por eso hemos de cuestionar siempre la autenticidad de este tipo de opinión pública.

          Dos hechos concretos muestran este proceso de manipulación llevado a cabo por los gobiernos, a la hora de manipular la opinión pública.

          El 1º caso lo tuvimos en el caso del presidente Clinton con la becaria Mónica Lewinsky. La primitiva opinión pública (la espontánea, de los ciudadanos) se manifestó totalmente en contra del presidente Clinton, por sus abusos sexuales contra la becaria. Sin embargo, pronto comenzó a ponerse en marcha la maquinaria publica, a través del diario francés Libération: «La emisión sólo revela una cosa: el deseo feroz de los republicanos de debilitar a Clinton». Y así repetidamente, hasta que Clinton apareció como el héroe de la película, y Lewinsky como la felona.

          Otro ejemplo lo tenemos en las más recientes incursiones estadounidenses por Oriente Medio, en que durante años los gobiernos aliados no cesaron de manejar los medios de tal forma que, si encendías la televisión, siempre aparecían aquellas crueles e imborrables imágenes de las Torres Gemelas derrumbándose. Y sin embargo, ni una sola imagen de los muertos en Afganistán o Irak, que durante años tuvieron lugar.

          La responsabilidad de mostrar la auténtica opinión pública recae, en principio, en los comunicadores y periodistas. Pero ¿quién pone y quita periodistas? Posiblemente aquellos que no se dedican a mostrar, sino a moldear, la opinión pública internacional, diciendo lo que está bien y lo que está mal.

          Me gustaría concluir con una cita del periodista mexicano Luis Medina Lizalde: "Mi visión del futuro es esencialmente optimista. Creo que nos tocará conocer un ejercicio periodístico que combinará la tecnología del siglo XXI con los valores del periodismo del siglo XIX, antes de que las ideas cedan espacio al mercantilismo omnipresente de la actualidad".

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 Act: 29/05/23         @noticias del mundo              E D I T O R I A L    M E R C A B A    M U R C I A