Manipulación Mediática


Medios de Comunicación, hoy día en manos de un puñado de personas

Córdoba, 17 enero 2022
Ramón Meléndez, empresario autónomo

          Fue en la década de 1950 cuando la televisión empezó a entrar en nuestras vidas, pues hasta entonces había habido algunas emisiones pero con pocos medios y poca repercusión. A partir de entonces, los países más desarrollados empezaron a emitir televisiones con programación continua, y los aparatos empezaron a estar al alcance de todos.

          En aquella época solía haber una cadena, o a lo sumo dos en cada país. Y aunque se trataba de televisiones estatales, éstas solían ser bastante asépticas a la hora de difundir propaganda, y se dedicaban sobre todo a informar y entretener.

          En la década de 1970, y sobre todo en la de 1980, la tecnología empieza a permitir que numerosas cadenas privadas empiecen a salir a la luz, con la finalidad teórica de aportar mayor variedad y diversidad de opiniones. Pero el Régimen masónico ya se encargó de irse haciendo con todas ellas, comprándolas una a una y formando su propia macro-empresa de comunicación. Un Régimen que, al ver el poder de influencia que la televisión empezó a ejercer en el pueblo, empezó a meter todo tipo de adoctrinamiento puro y duro, en todas sus dimensiones. Los estados masónicos ya tenían su propia televisión.

          Y así es como llegamos a una de las mayores aberraciones de los últimos tiempos, que fue el apagón digital de la década de 1990, y que obligaba a pasar (nunca mejor dicho) por el tubo a quien quisiera montar su propio canal de TV. Empezaron a limitarse las licencias sin motivo alguno, y a concedérselas cada estado (masónico) a quienes el Régimen considerase adecuado, para evitar cualquier tipo de opinión contraria.

          En España, por ejemplo, hubo dos grupos que controlaron todos los canales, produciéndose la absurda situación de no saber qué hacer con ellos cuando apenas tenían emisión, con adivinadoras del futuro o simplemente apagados y sin programación. Pero era imposible acceder a una licencia para cualquier empresa, o para cualquier persona que no fuese de los suyos.

          Hoy día nos encontramos con una televisión occidental salvajemente propagandista, que propaga todas y cada una de la ideas del Régimen, con cientos de canales que repiten la misma idea política, abiertamente y sin rubor, y con el objetivo de manipular y mentir en su beneficio.

          Se trata de una aberración que ha sumergido al mundo en la era de la post-verdad, y en la que se hace creer al ciudadano que lo único que existe, o lo que está bien y está mal, es lo que sale por sus malditos canales de televisión. A lo que que hay que añadir que cualquier tipo de voz contraria es tachada de negacionista, si es que esa voz ha logrado crear su propio medio de televisión. Así, es imposible crear una corriente de opinión contraria a la ofrecida por la macro-masonería.

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 Act: 17/01/22          @noticias del mundo             E D I T O R I A L    M E R C A B A    M U R C I A