¡Neurótico! ¡Loca!


Discusiones familiares, lo peor para llevar una vida psicológica equilibrada

Querétaro, 18 septiembre 2023
Ignacio Díaz, periodista de Observatorio

          Recuerdo que hace años me fascinó la lectura del libro Incógnita del Hombre de Alexis Carrel, Premio Nobel de Medicina, pues muchas cosas que él pronosticaba en los años 50 son ahora pura realidad. Me refiero a la multiplicación de personas con desordenes mentales, como resultado de los modernos géneros de vida.

          Escribía el dr. Carrel que, "desde pequeños, un gran número de seres humanos es afectado de diversas maneras en su sistema nervioso, de tal forma que en la edad adulta multiplican los desordenes del sistema nervioso que aparecen después del matrimonio, como neurosis más o menos severas".

          Un papá o mamá neuróticos no pueden ser buenos padres de familia, ni buenas parejas para la vida conyugal, aunque haya psiquiatras que afirmen lo contrario (es decir, que los neuróticos se atraen recíprocamente, y que con sus desordenes mentales se complementan y se hacen indispensables el uno a la otra). ¡Misterio!

          Veamos la visión del dr. Carrel, porque según él "la mente no es tan robusta como el cuerpo, y las enfermedades mentales son, por sí mismas, más numerosas que todas las enfermedades juntas". Es decir, que tenemos que aceptar esta realidad: que la debilidad mental y la locura son, tal vez, el precio de la civilización industrial, y de los cambios producidos por nuestros géneros de vida. De hecho, entre la gente del campo, o en los medios rurales, no son tan frecuentes los desordenes mentales como en las grandes ciudades.

          Es preciso descubrir las causas de las enfermedades mentales, y de hecho los especialistas ya las están intentando detectar a través de la genética. Muy bien, pero también es necesario que el hecho mismo sea aceptado como lo que es: como un efecto de nuestros géneros modernos de vida, y no como un estigma ni como un blasón de nuestros apellidos familiares. Dicho de otro modo, es necesario que lidiemos con nuestra "trágica realidad cotidiana", como solía decir Bernanos.

          Por otra parte, conviene saber que los desordenes mentales tienen diversos niveles de severidad, y que éstos pueden ser simples o compuestos. Por ejemplo, hay casos de una simple ansiedad debido a la situación económica, y otros casos en los que a la vez aparecen síntomas de inestabilidad, depresión y fobia.

          De modo que un adulto que experimente algunos de estos síntomas de desorden mental, o a quien sus familiares o amigos le sugieran acudir a un neurólogo o psicólogo, no tiene por qué sentirse ofendido. Esto sucede hasta en las mejores familias.

          No debemos ofendernos por tener un desorden mental, al igual que no nos ofendemos por tener una afección de vías respiratorias o un dolor muscular persistente. Esas cosas le suceden a cualquiera, y para eso están los médicos y los especialistas. Lo mejor es acudir a ellos, y saber qué es lo que se debe hacer.

          Pero ojo, porque algún experto le dirá que esto es algo pasajero, y que se tome algunas pastillas durante 8 días y luego vuelva a su consulta... O bien, puede que descubra en usted un estrés severo causado por su crisis económica y consiguiente ansiedad, y le recomiende un cambio de alimentación y hasta algunos días de vacaciones. Podría incluso detectar en usted algún desorden mental más arraigado y progresivo.

          Como regla general, acuda usted a un experto de verdad, y empiece a combatir el mal de forma oportuna. Y ¿por que no aceptar, con humildad, que estoy necesitado de algo más de espiritualidad interior, y que también mi familia, y no las pastillas, pueden ser mi mejor apoyo?

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 Act: 18/09/23         @noticias del mundo              E D I T O R I A L    M E R C A B A    M U R C I A