No es Racismo; es Realismo


Niños inmigrantes, necesitados de un proceso real de adaptación, por su bien

Madrid, 3 julio 2023
Eulogio López, director de Hispanidad

          Hace años se celebró la Conferencia de Durban de la ONU sobre racismo (ca. 2011), y por lo visto todos los racistas del mundo fueron a ella para denunciarse contra sí mismos ante la ONU, si echamos mano a las conclusiones de la Conferencia: negros africanos reclamando indemnizaciones a Occidente, palestinos denunciando la política racista de Israel, homosexuales protestando contra la homofobia de los heterosexuales, castas hindúes contra castas no hindúes, grupos nacionalistas (que no étnicos) contra su nación... y siga usted contando.

          Y es que la mejor manera de anular una conferencia internacional es ampliar la agenda, hasta los límites inabarcables. Incluso el propio secretario general de la ONU, en su momento Kofi Annan, se vio rodeado de grupos vocingleros, con la suficiente capacidad económica para hacer oír su voz.

          Naturalmente, las demandas de unos y otros fueron, y siguen siendo, absolutamente contradictorias entre sí, con lo que se hace realidad aquello de que "no se puede contentar a todos todo el tiempo", y también eso de que sin un consenso moral "no hay manera de satisfacer a nadie, en ningún caso". En conclusión, que como sigan así las cosas, auguramos un fracaso rotundo a estas conferencias sobre racismo de la ONU, en la que participan 114 países e incontables grupos racistas de todas las vertientes.

          Y esto por falta de consenso, y de una adecuada utilización de los conceptos. Pues de la misma forma que ETA no era fascista (sino leninista), o que los homosexuales no son perseguidos en ninguna parte (salvo en los estados islámicos), la realidad es que las personas son como son, y en su inmensa mayoría lo son heterosexuales, partidarios de su nación, judíos de Israel.... Y es cierto, el gobierno de Israel está cometiendo muchas bestialidades con los palestinos, pero no por racismo. Así como el problema de las castas indias es filosófico y hasta moral, pero no étnico.

          Por cierto, los dos grandes problemas con los que se está enfrentando el siglo XXI, y en eso sí que podríamos hablar de ataques contra una raza, son el aborto (contra los bebés no nacidos) y los regímenes estatales autoritarios (contra los ciudadanos de otra ideología). Pero eso, por lo visto, no cuenta para la ONU, como ataque sistemático contra la raza humana.

          Para luchar contra el racismo, lo primero que se necesita es una convicción generalizada de la sacralidad de todos los seres humanos, y de los derechos inherentes que conlleva esa sacralidad. Los hombres no somos iguales, ni individual ni colectivamente, ni étnicamente ni psicológicamente. Pero sí tenemos la misma naturaleza, racional y libre. No sé por qué, pero no todos podemos dar razón de nuestra existencia (niños abortados...), aunque la poseamos.

          De esta convicción se derivan toda una serie de normas de absoluto respeto, y no de mera tolerancia. Sobre todo en el mundo musulmán, cuando los estados musulmanes prohíben a la raza femenina conducir coches o vestir como quieran, y echan la culpa de esa situación al mundo occidental, culpable de que sus mujeres tengan que vivir así.

          La lucha contra el racismo no es una cuestión legal, sino moral. Y exige respeto. La tolerancia surge ante la falta de convicciones, y lo que solucionaría el racismo es la convicción y no la imposición de tolerancia. Pues por medio de este legalismo lo toleraremos todo (que es lo que la ONU, por lo visto, busca), pero no respetaremos nada. De este modo, el relativismo occidental sí que estará imponiéndose racistamente contra lo que no piense igual que él, y llegaría a resultar tan nocivo como el fundamentalismo.

          Y una segunda cuestión: el principal síntoma de racismo, en el mundo actual, es el proceso de globalización con fronteras cerradas, toda una contradicción interna que la ONU debería afrontar. Es decir, que el racismo constituye hoy, para la era de la mundialización, una cuestión preferentemente económica, pues no puede construirse la planetización suprimiendo las barreras a los productos, y manteniéndolas para las personas. La historia del buque noruego Tampa, con 460 refugiados inmigrantes-refugiados afganos a borde, es una buena muestra de ello.

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 Act: 03/07/23         @noticias del mundo              E D I T O R I A L    M E R C A B A    M U R C I A