Otra gran Mentira


Valla de Gibraltar, acordona con concertinas, mientras la UE presume de legalidad

Córdoba, 4 octubre 2021
Ramón Meléndez, empresario autónomo

          Hace 20 años que, en su plan de desintegración de la familia tradicional, comenzaron los medios comunicativos del Régimen masónico un discurso sospechoso acerca de la falta de nacimientos y mano de obra social. Y digo sospechoso porque son ellos mismos los que también desfavorecen las políticas natalicias, y cortan todo tipo de ayudas al sostenimiento de la familia tradicional. Como parece obvio, algo comenzaron a barruntar, y ese algo no tenía nada que ver con la natalidad familiar, sino con esa "mano de obra social".

          Porque no es normal que la campaña masiva de "falta gente que trabaje", de la noche a la mañana, cobrara una relevancia machacona, y más cuando las cifras de paro nacionales eran escandalosas en la mayoría de países, y millones de trabajadores no encontraban trabajo ni siquiera estando cualificados.

          Dicho discurso tenía, además, varias lagunas, que el Régimen trató de solventar aludiendo a que "hay trabajos que nadie quiere hacer". Lo cual era falso, porque la gente siguió echando sus curriculum a esos trabajos, y hubieran estado encantados de poder trabajar en ellos.

          Lo que hoy día está claro es lo que aquellos secuaces del Régimen buscaban conseguir con ello: un nuevo orden social, que a través de la migración masiva (su llave inglesa del momento) lograra extorsionar todavía más la sociedad precedente. Aparte, por supuesto, de conseguir su efecto colateral: la explotación laboral, o estado de servidumbre estatal, por salarios algo más que irrisorios.

          Como siempre pasa con esta gente, el gato apareció de repente, y había que traer extranjeros como fuera y a mansalva, sin petición de papeles ni contrato laboral, y si era a través de pateras mejor. Pues a mayor caos y desorden, mayor destrucción del orden social previo, y más rápida nacería la nueva sociedad.

          Lógicamente, dicha obra de ingeniería social chirrió. Pero no porque saturara los sistemas de ayudas sanitarias y asistenciales de cada país receptor (UE, USA...), sino porque los inmigrantes empezaron a llevarse el dinero a sus bancos y familias de sus países de origen (África, India...), y allí empezó a coger fuerza la natalidad y la familia tradicional.

          Lo normal es que cada país resuelva sus propios problemas, y que entre todos los países se ayuden de forma generosa y fraternal, a la hora de resolver, e incluso compartir, los problemas comunes. Y sobre lo de mezclar "carne y naranjas", a nivel de reestructuración social, ya dejaron claro Ronald Reagan y Yasuhiro Nakasone, en 1987, que ese tipo de negocios sólo podría beneficiar a un 3º (China), y que es mejor mantener la relación del "Ron y Yasu" (sus iniciales), la de las afinidades contrastadas.

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 Act: 04/10/21          @noticias del mundo             E D I T O R I A L    M E R C A B A    M U R C I A