Relaciones Familiares


La familia, institución nº 1 mundial, en relaciones, valores y formación

Querétaro, 6 septiembre 2021
Yusi Cervantes, psicóloga del APSIC

          Me llegaba hace días un caso que, nada más llegar, me decía: "La relación con mi madre es para mí muy difícil de llevar, pese a que soy adulto y tengo ya mi propia familia. Siempre estoy a la defensiva con ella, es una persona con la cual uno no puede discutir. No se le puede persuadir de nada. Quisiera equilibrar mi relación con ella. Hemos tenido discusiones, peleas más bien, muy fuertes y duras en los últimos años. También hay muchos sentimientos de enojo por las cosas que ocurrieron en mi infancia. ¿Qué hacer?".

          En 1º lugar, no tienes por qué enganchar con las cosas que te hacen daño (críticas, comentarios negativos, quejas, intentos de manipulación). Cuando permitimos que los otros nos hagan sentir mal, tristes, enojados, estamos renunciando al poder sobre nosotros mismos, nos convertimos en títeres, ponemos el control de nuestra vida en manos de los demás. Es la diferencia entre actuar (por ejemplo, enojarme cuando hay un motivo real) y reaccionar (enojarme cuando el otro aplasta el botón adecuado).

          Estamos acostumbrados a creer que las emociones están fuera del alcance de nuestra voluntad. Como si llegaran y se fueran sin que tengamos control sobre el asunto. Pero no es así. Las emociones dependen del pensamiento, es decir, de la interpretación que damos a los acontecimientos. Si interpretamos algo como amenazante, como una pérdida o como un daño, sentiremos ansiedad, miedo, tristeza, ira.

          Claro que la liga la hacemos tan en automático que ni nos damos cuenta. Pero podemos aprender a darnos cuenta y a controlar nuestro pensamiento. Buscar alternativas, otras interpretaciones, ver las cosas desde otro punto de vista. No se trata de engañarnos a nosotros mismos, sino de hacer más amplio el mapa. La realidad es mucho más rica en matices de los que captamos cuando estamos atados a una sola interpretación.

          Si tú estás a la defensiva con tu mamá, puedo apostar que ella está a la defensiva contigo. Y ella está, además, en una situación más vulnerable: ella te necesita más a ti que tú a ella.  ¿Por qué está luchando ella? ¿Cuáles son sus miedos? ¿Qué es eso que teme perder?

          Los resentimientos hacia tu madre a causa de las cosas que ocurrieron en la infancia son con una madre que está en tu interior, que es la del pasado, y tienes que resolverlos tú. Esta otra mujer, la del presente, ya mayor, tal vez achacosa, que tal vez se siente sola o insatisfecha con su pasado, que yo no sé si  tenga claro un sentido para su vida, es otra mujer. Con ésta, la del presente, lo mejor para ti y para ella es tener una relación de amor, respeto y comprensión.

          Y aquí entra el asunto de la comunicación. Hay libros y más libros escritos sobre esto. Me pregunto, ¿por qué discutir con ella? No hay necesidad. ¿De qué hay que persuadirla? ¿De asuntos relacionados con tu vida? Esos no los pongas en la mesa de la discusión, y si ella los pone, puedes decir algo como: gracias por tu opinión, voy a considerarla. Incluso puedes pedirle que amplíe y fundamente su opinión. ¿Qué tal que hasta tiene razón en algo? ¿O hay que persuadirla de asuntos relacionados con su vida? Esos le corresponden a ella. Están los asuntos comunes, y para esos también hay modos de manejarlos.

          Si tú aprendes a ponerte en un nivel más alto de madurez, podrás ver las cosas con más serenidad.  Si interpretas las cosas negativas no como una daga contra ti, sino como producto de una cierta historia, de una cierta psique, podrás más fácilmente ejercer la libertad de aceptar o no lo que te dice. Es más, hasta podrías estar en disposición de encontrar la intención positiva de tu mamá en todas sus palabras y actitudes.

          Ama a tu madre, sé comprensivo y compasivo con ella, deja atrás tus miedos de la infancia y relaciónate con ella como el adulto que eres.

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 Act: 06/09/21          @noticias del mundo             E D I T O R I A L    M E R C A B A    M U R C I A