Sencillo o Complicado
Querétaro,
29 abril 2024 Es increíble ver los avances a los que el hombre ha llegado a través de la tecnología actual, y hace no mucho resultarían impensables cosas que ahora se logran con oprimir un solo botón. Con todo, lo curioso es percibir cómo el hombre se sigue sintiendo impulsado a seguir rompiendo barreras, hasta la más difícil frontera de la innovación. Sin embargo, este beneficioso y legítimo afán lleva sus riesgos, y de no tener cuidado puede hacer caer en círculos perjudiciales. Dicho de otra forma, la tecnologización de las cosas puede hacer la vida más sencilla para unos, y terriblemente más complicada para otros. E incluso inclina a las personas a hacerse más flojas y dependientes, y hasta más superficiales e inútiles. Hasta no hace mucho los cálculos matemáticos ayudaban a agilizar la mente, y no era extraño encontrar personas que habían desarrollado una gran capacidad para resolver mentalmente operaciones complejas, con gran habilidad. Con ello no pretendo oponerme a los avances logrados, ni renunciar a las conquistas ya conseguidas. Pero sí lanzar un aviso sobre la simplificación de las cosas, y de los riesgos que conlleva volver simplistas a las personas, o incapacitadas para ejercitar sus dones intelectuales. Para ejemplificar esto, me gustaría poner un ejemplo sucedido en el mundo comercial. Piense usted en cualquier producto, como por ejemplo el champú para el cabello. Si lo que usted necesita es simple y sencillamente lavarse el cabello, no vaya a los grandes centros comerciales, porque lo que allí va a encontrar le va a crear un estrés y pérdida de tiempo terrible, sobre si esta marca, o color, o producto diferenciado, tiene tal o cual ventaja sobre el que tiene al lado. Y si no, vaya Ud. a un cajero mecánico bancario, donde nadie le atenderá para saber cómo hacer un ingreso de 100 pesos a un pariente lejano. Pero la más peligrosa sofisticación actual es la que sucede con el mundo digital, porque si lo que Ud. quiere es tener un teléfono y televisión en casa, a lo que se enfrenta es a un pack de Android TV + TCL Smarth + Tivify Plus + AF de 32'', y aquí el escenario puede ser dantesco, o cuanto menos algebraico. Recuerdo que en una ocasión un amigo mío, después de haber experimentado situaciones dramáticas y complejas para salir de Cuba, me platicó sobre su primera experiencia con el capitalismo de México, cuando tuvo que ir comprar leche para su niña pequeña. Todo parecía muy sencillo, él tenía algunos pesos y sabía lo que necesitaba, que no era nada complicado. Cuando llegó al supermercado experimentó uno de esos maravillosos dones que el hombre tiene: la libertad, con posibilidad de escoger. El sencillo acto de comprar leche fue para él un acto casi traumático, pues ¿cuál era la que él se quería llevar? Mi amigo no sabía ni lo que era la leche pasteurizada, ultrapasteurizada, descremada, enriquecida o vitaminada, y fue tal su asombro, y el tiempo de análisis que empleó, que hasta uno de los supervisores del establecimiento le preguntó si era inspector de salud. No olvidemos aquello que en alguna ocasión nos decían los abuelos: "Las cosas están hechas para el hombre, y no al revés". Salgamos al rescate de lo sencillo, antes que la IA nos venga a rescatar. .
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