Tucídides y Trump
Querétaro,
28 julio 2025 Quizás la lectura más provechosa de toda mi vida profesional haya sido Historia de la Guerra del Peloponeso de Tucídides. Por supuesto, no se trata de una lectura fácil ni entretenida, pero es la explicación más contundente y clara de cómo funciona el fenómeno del poder en las relaciones internacionales y la política en general. No existe en toda la cultura occidental un libro político más importante. No en balde, Thomas Hobbes lo tradujo al inglés. Al referirse a este libro, todo el mundo cita el Discurso Fúnebre de Pericles, desde una visión idealizada y propagandística de la democracia ateniense, digna de cualquier demagogo político o de nuestros ingenuos intelectuales. Yo creo, más bien, que lo más importante de este libro es la crudeza realista del Diálogo de los Melios, en que los emisarios de Atenas dialogan con los dirigentes de Melos. En el marco de la guerra entre Atenas y Esparta, los atenienses lanzan un ultimátum a los melios: o se rinden y pagan tributo a Atenas, o serán aplastados. Los melios argumentan que ellos son una nación neutral, y que no tienen nada qué ver con el conflicto entre Atenas y Esparta. No obstante, los atenienses insisten, pues si admiten la neutralidad de Melos, otros estados menores tampoco querrán aliarse con Atenas en su guerra contra Esparta, y pensarán que Atenas no tuvo la fortaleza de someter a los melios. Los melios contra-argumentan que, de ser así, los estados pequeños se unirán en rebeldía contra Atenas. Los atenienses les recuerdan que los débiles nunca se han unido, ni tienen capacidad de derrotar al fuerte. Los melios argumentan que por mínima que sea su capacidad para pelear, podrían asumirla. Los atenienses responden que es iluso y estúpido luchar cuando la posibilidad de victoria es ínfima, y las consecuencias de la derrota resultarían devastadoras. Los melios insisten en que los dioses les ayudarán, pues su causa es moralmente justa. Los atenienses se ríen, y contestan que los dioses no apoyarán a Melos porque fueron los dioses los que crearon el orden actual de las cosas. Por último, los melios amenazan con pedir ayuda a los espartanos... y fueron aplastados por Atenas. Más de 2.500 años después, la izquierda política argumenta que se puede vencer a Trump en una negociación de tú a tú, o a través de una unión de enanos contra Estados Unidos, o incluso recurriendo a China. Por poner un ejemplo, ya desde hace varias décadas Estados Unidos ha pedido a México que asuma su guerra contra los traficantes de fentanilo. Inicialmente, el gobierno mexicano respondió literalmente a Washington pidiéndole "abrazos, no balazos". No se rían, por favor, pues ése es el nivel de nuestra izquierda. Más adelante, el gobierno mexicano trató de ¡poner restricciones! a las operaciones de las agencias de inteligencia norteamericanas. Estados Unidos, por supuesto, tuvo paciencia (un lujo del poderoso), así como los atenienses la tuvieron con los melios. Recientemente, la Casa Blanca ha amenazado con más aranceles a México si su gobierno no rompe su alianza con la delincuencia organizada, los carteles de la droga y las organizaciones terroristas. Por su parte, el gobierno mexicano le ¡amenaza! con acudir a China para sus negocios. Como se ve, el final de esta historia ya está escrito desde hace varios milenios, y no tiene nada que ver con Donald Trump sino con la inoperancia del gobierno mexicano. Se me olvidó decir que, cuando Atenas colmó su paciencia hacia Melos, asesinó a todos sus varones, esclavizó a todas sus mujeres y secuestró a todos los niños, tras lo cual repobló la isla con ciudadanos atenienses. Éste fue el comienzo de la democracia, que Pericles inventó en su Discurso Fúnebre y Tucídides relató crudamente a lo largo de su Historia de la Guerra del Peloponeso. .
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