Vivimos entre Guerras
Córdoba,
7 marzo 2022 En las 2 guerras mundiales del siglo pasado se devastó el mundo entero, pero cuando éstas cesaron todas las naciones fueron reconstruidas, ayudándose unas naciones a otras y cada una como creyó conveniente. Por eso la situación que vivimos hoy día es mucho peor que aquella post-guerra de 1950, porque aquí no hay guerra directa pero sí una guerrilla indirecta indefinida. En efecto, asistimos hoy día a la guerrilla incesante de un mismo Régimen que tiene atados y bien atados todos los poderes internacionales occidentales, y que sigue avanzando en su destrucción de los valores tradicionales de sus sociedades, tiranizando a sus ciudadanos e imponiendo una agenda que sólo beneficia a los oligarcas que lo dirigen (y a sus monaguillos los políticos). Como ya hemos comentado en alguna ocasión, su eslogan principal es que luchan por la democracia, y que lo opuesto a ellos es la dictadura, para cerrar así la puerta a cualquier otra opción y perpetuarse ellos como los garantes de la democracia. Por supuesto, la falacia está bien estudiada, y son ya millones de personas (sus ciudadanos) las que se la han creído, dispuestas a tragar y tragar lo que a estos oligarcas se les ocurra. Por supuesto, el que se oponga o haga resistencia a esta guerrilla, será absolutamente perseguido y aniquilado por negacionista. Ante este panorama, una vez más queremos aportar algo de luz y de esperanza, aunque el mal lleva ya décadas actuando, mientras que el bien no ha hecho nada para evitarlo, de momento. El bien tiene que saber que tiene de su parte a Dios, y que contra eso no hay poder en el mundo que pueda, como se ha demostrado mil veces a lo largo de la historia. Y que también tiene de su parte a la verdad, un muro infranqueable para los embusteros y dispuesta a salir a la luz en cualquier momento. Con estos 2 pilares tenemos que empezar a trabajar, pero ¡ya! En 1º lugar no participando en la agenda del Régimen para nada, y en 2º lugar creando grupos de opinión social, así como organizando asociaciones y plataformas paralelas. Para sobrevivir a este bombardeo beligerante que está asolando Occidente por dentro, por parte del Régimen masónico, hay que crear una fuerza de oposición mundial y multitudinaria, y con unas propias reglas si hace falta. Eso sí, unas reglas que pongan en el centro de operaciones a Dios, para que él nos dirija, hable, alimente y provea. Al final, será él quien consiga la victoria, si nosotros nos hemos puesto a luchar por él. Porque "sin mí no podemos nada" (Jn 15,1-8), nos dijo el Señor. .
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