Zombies y Vampiros
Querétaro,
18 agosto 2025 Desde que el racionalismo rechazó la existencia del demonio como origen del mal, Occidente empezó a propagar una serie de mitos para compensar su ausencia. Los más conocidos son Drácula y Frankenstein. A éstos habría que agregar un tercero que, junto a las adiciones y deformaciones que ha sufrido el tema del vampiro, adquirió gran difusión: el zombi. Estos tres personajes tienen como característica común no la inmortalidad, como frecuentemente suele creerse, sino la experiencia de la muerte en vida. Son seres que murieron y que, por una extraña causa, volvieron a la existencia trayendo consigo lo que a la muerte pertenece: la oscuridad, la descomposición, el horror y el mal. Su mundo, por tanto, no es el de la vida, sino el de una muerte sin reposo. Su destino no es permanecer ellos en la Tierra, sino someter todo a su mundo infernal, creando para ello un umbral en que las dos realidades se imbriquen y creen un mundo monstruoso. Con todo, lo más inquietante de estos mitos no es su mundo ni su destino, sino sus vínculos, que no tratan ya de entroncar con las mitopoiesis religiosas (o deseo de dominar la muerte), sino el culto hacia sus personajes. Por poner un ejemplo, los vampiros y los zombies lo comparten todo en común menos una cosa: que los primeros son racionales y dominadores (emulando a los demonios) y los segundos irracionales y esclavos (emulando a los poseídos). Dejando de lado el fallido intento de Frankenstein, el vampiro y el zombi son las figuras que más seducen a los lectores hacia la desmesura y el mal, a la hora de hacer que se copien sus modas, modelos y leit motiv: la preferencia de la muerte, ante la vida. De hecho, la muerte imbricada en la vida se ha convertido en una fascinación social. Por poner un dato, la era del elogio zombie y vampírico coincide con la era de las mayores brutalidades criminales de la historia. Por poner otro dato, el modelo vampírico está vistiendo a los jóvenes con ropa negra de marca y metralleta, y llevándolos a continuos festivales de disfraces. El modelo zombie, por su parte, está llevando a muchos a volverse indiferentes al mal y al horror. El Mito de Drácula, padre de todos los vampiros (o demonios, emulando a Satanás), está sacado de la leyenda de Vlad III de Transilvania y sus métodos para someter la Tierra. El Mito de los Zombies (o poseídos) se remonta al vudú africano de la brutal época colonial, con que el gran brujo traía muertos a la vida para despojarlos de su voluntad y esclavizarlos. .
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