Afrontar con valentía la adversidad, sin huir de ella

Shkodra,.18.septiembre.2023
Arzob.
.Angelo.Massafra,.primado.de.Albania

          Queridos hermanos y hermanas, estamos reunidos hoy en este Santuario de Nuestra Señora del Buen Consejo, siguiendo la invitación que nos hace María: "Haced lo que él os diga" (Jn 2, 5). Así que nosotros, obispos de Albania, saludamos a todos y cada uno de los asistentes, uno por uno, agradeciéndoos vuestra presencia hoy aquí tras la peregrinación que habéis hecho a este lugar santo.

          En efecto, hemos escuchado una de las pocas palabras que la madre de Jesús nos dirige en los evangelios: "Haced lo que él os diga" (Jn 2, 5). Unas palabras que para nosotros son una orden, un buen consejo que la madre de Dios dirige a los discípulos de su Hijo.

          Hace 30 años que, entre las ruinas dejadas por la dictadura comunista, vino a este lugar Juan Pablo II, y escuchó de primera mano la oración y súplica que aquí le dirigió el pueblo albanés. En tales circunstancias, el papa polaco no pronunció aquí discursos, sino que se concentró en una oración silenciosa, que sólo el corazón de la madre del cielo escuchó y que seguramente dirigió al corazón de su amado hijo Jesús. Seguramente se trató de una oración de intercesión por aquella Iglesia que en este país necesitaba un acto de resurrección, tras el doloroso sufrimiento al que se veía sometida.

          Ayer, en la catedral de Shkodra, conmemoramos aquella visita apostólica de hace 30 años, y recordamos las palabras de aquel papa que en privado nos animaba a no olvidar el pasado (para no repetir los mismos errores), a mirar al futuro con esperanza y a mantener una actitud de perdón hacia los perseguidores.

          Con el tiempo hemos visto cómo la Iglesia en Albania ha sido verdaderamente fiel a ese mandato privado que nos hizo Juan Pablo II. Y por eso renovamos hoy dicho mandato, teniendo en cuenta los nuevos desafíos y sabiendo que es hora de que todos los cristianos nos levantemos y los afrontemos juntos, en el espíritu del Sínodo que celebramos en este momento.

          No podemos dejar, ni debemos dejar, que este Sínodo caiga en saco roto. Eso sería hacer oídos sordos a la invitación de María a hacer lo que Jesús nos dice que hagamos. Sí, porque Jesús, según su promesa, está presente allí donde está presente su Iglesia: "Donde dos o tres están unidos en mi nombre, allí estoy yo también entre ellos" (Mt 18, 20).

          Por eso, no echaremos en saco roto la invitación de María, e incluso continuaremos reflexionando sobre este tema a lo largo de todo este mes, tratando de trasladar el Sínodo como acontecimiento a un Sínodo como estilo eclesial. Pastores y creyentes todos, unámonos para escuchar la voz de Dios y para ser de verdad la Iglesia de hoy.

          El NT nos presenta un modelo de Iglesia siempre actual, caracterizada por la presencia del Resucitado, la compañía de la madre de Jesús y la acción poderosa del Espíritu Santo. Es lo que hemos escuchamos en las lecturas de hoy.

          La presencia del Resucitado es una llamada constante a vivir las desgracias de la vida como un solo cuerpo eclesial, como paso obligado para alcanzar la gloria. Cuando Jesús se apareció en el Cenáculo no ocultó sus heridas y tribulaciones, sino que las mostró en toda su gloria, y vinieron a ser la prueba decisiva para los discípulos. No pasemos nuestras vidas, por tanto, huyendo de la adversidad, sino afrontémosla con valentía y fe.

          El acompañamiento de la madre de Jesús en este proceso de renovación es más necesario que nunca, porque nos recuerda cuánta perseverancia se necesita en la vida. El evangelista Juan nos la presenta de pie frente a la cruz de su Hijo, utilizando para ello un fuerte verbo que en latín viene a decir stabat (lit. se mantuvo) de pie. María se mantuvo con pies firmes al pie de la cruz, imbuida en la fe que ella creía, en la esperanza de los que saben esperar y en el amor que no teme nada.

          La acción poderosa del Espíritu Santo, aún hoy, sigue dando alas a la Iglesia, y la hace volar hacia lo alto y hacia adelante, como nos dijo el papa Francisco I en su visita apostólica de 2014. Volar significa no conformarse con menos, sino atreverse a más.

          Al comienzo de la democracia era necesario que partiéramos de lo poco que teníamos, y las energías que teníamos apenas alcanzaban para curar las heridas de nuestro pueblo. Pero ahora es el momento de ¡atreverse a más!

          Nos enfrentamos a la situación extrema de la despoblación, que nos priva de los mejores recursos de la juventud y nos reduce a un cúmulo de familias que avanzan rápidamente hacia el envejecimiento. Nos enfrentamos al fenómeno de la degradación, algo que no esperábamos ver pero que rebaja "a bajo precio" nuestros valores más importantes, a cambio de recibir humo.

          Queridos hermanos y hermanas, ¿vamos a estar siempre esperando a que otros resuelvan por nosotros estos problemas? ¿Y los nuestros también? El peligro es delegar siempre en otros la responsabilidad.

          Como Iglesia, si somos realmente conscientes de la presencia del Resucitado, de la compañía de María y de la acción poderosa del Espíritu Santo, tenemos todo lo necesario para afrontar los desafíos de hoy en día, y de ser los creadores de nuestro futuro. Es hora de retomar lo que nos pertenece: nuestra religión.

          "Haced lo que él os diga" (Jn 2, 5), nos dijo María en el evangelio. Algo que San Pablo también nos recordó en la segunda lectura de hoy: "En él fuimos hechos herederos, y predestinados... para ser la esperanza de Cristo" (Ef 1, 11-12).

          ¡Ánimo, oh Iglesia de Cristo en Albania! Fortalece tu fe en el Resucitado y sigue adelante los pasos del Espíritu Santo. Estad seguros de la presencia materna de María, y de que ella os sigue sosteniendo con su oración, con su poderosa intercesión y con sus consejos.

          Ella no nos abandonó cuando su icono fue quitado de Gjenacan, y siguió irradiando su rostro en nuestros corazones, durante las diversas persecuciones y en todas las casas de los albaneses. Por eso, ella ahora no nos abandonará. Continúa mirando a tu Iglesia en Albania, Madre y Reina María. Bendita seas, Virgen María.

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  Act: 18/09/23         @primados de la iglesia            E D I T O R I A L    M E R C A B A     M U R C I A