Aprovechar el tiempo presente, y ganar el eterno

Washington,.15.abril.2024
Arzob.
.Timothy.Broglio,.primado.de.Estados
.Unidos

          Queridos hermanos, el 3 febrero 1943 un submarino torpedeó al USAT Dorchester, barco de tropas del ejército en el Atlántico, y éste empezó a hundirse. Como no había suficientes chalecos salvavidas a bordo para todos, los 4 capellanes (un rabino, el padre Washington y dos protestantes) se quitaron los suyos y se los entregaron a 4 soldados.

          Cuando los supervivientes volvieron la vista atrás para ver cómo se hundía el barco, vieron a los 4 capellanes juntos y de pie, con las manos unidas, rezando al unísono y dando su vida por aquellos a quienes servían. Los supervivientes esperaban ser rescatados, y los capellanes su encuentro con el Señor.

          La palabra de Dios de hoy nos aconseja permanecer despiertos ante la venida del Señor, sabiendo usar nuestros talentos y sacarles provecho.

          En la 1ª lectura el pueblo elegido se llena de dolor y tristeza por sus pecados. Los hebreos han experimentado las terribles consecuencias de su infidelidad (exilio, profanación del templo...), e Isaías se dispone a examinar la responsabilidad a adquirir, ante las difíciles situaciones de su tiempo. ¿Podrá ser ese Isaías también escuchado por nosotros?

          Tras ese análisis de la situación, el pueblo de Dios considera que lo único que realmente necesita es la palabra de Dios, tantas veces olvidado pero aún capaz de conmover corazones, suscitar aspiraciones e inspirar el coraje para realizar tareas difíciles. Es lo que hemos escuchado.

          En el evangelio Jesús nos dice que estemos vigilantes en todo tiempo, porque no sabemos el día ni la hora. Se trata de una llamada de atención, con la que Jesús nos invita a reconocer al Dios todopoderoso en nuestras vidas y a ajustarnos a su plan. Pero no como fruto o resultado del miedo, sino como un momento de alegría, como bien recordó hace poco el papa Francisco I: "Preparemos con cuidado la casa del corazón, para que esté ordenada y sea hospitalaria. De hecho, vigilar significa mantener el corazón atento" (Angelus, 3-XII-2023).

          Ya el papa Benedicto XVI nos animó en la misma línea hace algunos años, cuando dijo que "todos decimos que no tenemos suficiente tiempo, porque el ritmo de la vida diaria se ha vuelto frenético para todos. Pues bien, también a este respecto la Iglesia tiene una buena noticia que traer: que Dios nos da su tiempo. Nosotros siempre tenemos poco tiempo para dedicar al Señor, pero él ¡siempre tiene tiempo para nosotros!" (Angelus, 30-XI-2008).

          Pero la parábola evangélica de hoy también insiste en otro aspecto a tener en cuenta: preparar la venida del Señor, o momento culminante de nuestra vida. El esquema de 12 horas que presenta Marcos recuerda la pasión de Cristo, cuando éste dice que ha llegado su hora, el final de su peregrinación y su encuentro personal con el Padre. No debemos olvidar nunca esta cuestión: que algún día seremos llamados por el Señor, y habremos de presentarnos ante él.

          Nos reunimos hoy en esta magnífica Basílica de la Inmaculada de las Fuerzas Armadas, para comenzar la preparación para el año santo 2025. Permitidme aseguraros que vamos a vivir momentos extraordinarios de gracia, y oportunidades únicas en nuestro camino de fe.

          El lema "Peregrinos de la Esperanza" señala claramente que los cristianos no somos otros viajeros pesimistas más en el camino de la vida, sino viajeros plenos de vida que vamos llevando un mensaje de esperanza a un mundo desesperadamente necesitado de este regalo.

          Pensemos en los horribles combates de Tierra Santa, donde Israel quiere seguridad y los palestinos un lugar al que llamar hogar. La guerra hace estragos en Ucrania, donde un pueblo inocente se ve agredido de repente. Recordemos también Siria, donde la gente corriente vive en una desesperación constante. También habremos de llevar esperanza a nuestros vecinos de Haití, donde el hambre de estabilidad y desarrollo busca un plan resolutivo.

          Hay muchos más lugares y pueblos que desean experimentar esta esperanza. Sobre todo muchas personas que luchan por ver reconocida su dignidad, respetados sus valores y satisfechas sus necesidades, en una sociedad donde la gente se respete y escuche en armonía. Ayudémosles a ello, y preparémonos por dentro durante esta preparación al año jubilar. Como ya dijo hace tiempo Pablo VI:

"La celebración del jubileo, con esta simbólica apertura de sus puertas de la misericordia y del perdón, quiere comunicar el paso hacia una metamorfosis interior, un paso valiente hacia la verdad moral, el paso del hijo pródigo que regresa a la casa del padre, el paso de ese Padre que espera ansiosamente. He aquí el paso de la conversión del corazón, y verdadero motivo de este año jubilar: Me levantaré e iré a mi Padre" (Misa de Medianoche, 24-XII-1974).

          Los capellanes del USAT Dorchester tomaron la dramática decisión de dar sus vidas por los demás, porque con ello servían también a Dios. Dieron su vida por aquellos que habían sido confiados a su cuidado, y se mantuvieron en todo tiempo, como dice el evangelio y lema jubilar de hoy, vigilantes y laboriosos.

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  Act: 15/04/24         @primados de la iglesia            E D I T O R I A L    M E R C A B A     M U R C I A