Crear comunidades alternativas, insertadas en lo social

Jakarta,.11.julio.2022
Arzob.
.Ignacio.Suharyo,.primado.de.Indonesia

          Hermanos y hermanas, el evangelio de hoy es una parte del Sermón de la Montaña de Jesús (Mt 5-7), que con un lenguaje familiar enseñó a sus oyentes a vivir los 10 mandamientos del Monte Sinaí. Así pues, Jesús es el nuevo Moisés que salva a la humanidad de la esclavitud del pecado, y la lleva con amor a la Tierra Prometida. Eso sí, Jesús añadió a la enseñanza del Sinaí un nuevo mandamiento: amar a Dios en los demás (Mt 25, 31-46), incluso en los enemigos (Mt 5, 44). Y esto no sólo para que el pueblo de Dios pueda ser santo (Lv 19, 1), sino también para que pueda ser "perfecto, como perfecto es el Padre" (Mt 5, 48).

          Se trata de un evangelio (Mt 5, 38-48) que nos invita a construir nuestras vidas en comunión, en torno a Jesús y a sus discípulos, y dentro de una comunidad que en su tiempo estuvo llamada a ser una comunidad alternativa y de contraste. Convirtamos nuestra Iglesia, pues, en una comunidad imbuida por los valores del evangelio, que no se acompleje de mostrar y comparar estos valores con los que hoy en día se adoptan de forma habitual. Sobre todo porque estos contrastes fueron sacados ya a la luz por el propio Jesucristo, cuando dijo: "Habéis oído que se dijo... pues Yo os digo", así como "eso ya lo hacen los paganos, luego vosotros ¿qué hacéis de extraordinario?".

          Queridos hijos amados de Dios, estamos comenzando en nuestra archidiócesis de Jakarta un año dedicado a la justicia social, respondiendo como católicos al mandato de la Iglesia de estar continuamente renovándonos, a nivel personal y comunitario. Hemos sumariado ya las dinámicas de este año bajo el eslogan "más fe, más hermandad y más compasión", expresando con la palabra más nuestra esperanza de que esta renovación nunca cese, y que lo que hagamos tenga continuidad.

          Pero esta renovación tendrá lugar si entre todos somos capaces de responder a una cuestión: ¿Qué debemos nosotros hacer, para que nuestros esfuerzos humanicen más este mundo? Porque el propio Dios se hizo humano, y porque hay áreas de la vida humana (como los culturales, educativos, sanitarios, económicos...) en los que el reino de Dios quiere hacerse presente también, de una forma real. Por decirlo en lenguaje de hoy día, la civilización en que vivimos está rápidamente actualizándose, al igual que los ideales de Indonesia están independizándose cada vez más. Y en todo ello quiere estar presente también el reino de Dios.

          Dios ha puesto este año de la justicia social de una forma providencial para nosotros, como un tiempo de gracia que nos debe llevar a buscar caminos creativos a la hora de abordar la cuestión social. Imbuyamos el mundo con los valores cristianos, y llamemos a esto los "valores del amor", desde la convicción de que estamos llamados a ser una alternativa comunitaria a la sociedad actual.

          Cuando las sociedades se van convirtiendo en más prósperas, van olvidando sus raíces y volviéndose más indiferentes. Incluso empiezan a decir "vosotros sois ya viejos y nuestros hijos no seguirán vuestros pasos" (1Sm 8, 5), que en el lenguaje de la Biblia vendría a ser sinónimo de "no queremos ya a Dios en nuestra vida". Por eso es necesario que la Iglesia envíe a esas sociedades a los profetas de Dios, firmes en la ley de Dios y sensibles a la situación de los tiempos, a ejemplo del profeta Amós: "Yo odio vuestros festivales, pero la justicia y el derecho sí que me importan y comprometen" (Am 5, 21-24).

          Hermanos y hermanas, me gustaría terminar esta reflexión con la letra de una famosa canción: "Señor, lleva nuestros pasos hacia los tuyos, y encamínanos a todos a un mundo sin violencia, lleno de justicia y esperanza. Enséñanos a enriquecer a los demás, como tú nos enriqueces a nosotros, y a ser una señal de paz y fraternidad para los demás". Las bendiciones del Señor desciendan sobre todos vosotros y sobre vuestras familias.

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  Act: 11/07/22         @primados de la iglesia            E D I T O R I A L    M E R C A B A     M U R C I A