|
Decir la verdad, frente a la ideología homosexual de género
En nombre de la Conferencia Episcopal de Eslovaquia, permítanme darles una calurosa bienvenida a la conferencia titulada "Comprender la dignidad humana; la visión de la Iglesia Católica sobre la ideología de género". Quiero saludar especialmente a nuestros preciosos oradores que aceptaron la invitación de la Conferencia Episcopal de Eslovaquia, y decirles que apreciamos mucho que hayan venido a Eslovaquia a familiarizarnos más con este tema. Hasta hace poco no sabíamos casi nada sobre el tema de la ideología de género, y la mayoría de la gente asociaba este tema con la cuestión de la igualdad salarial entre hombres y mujeres, pues por supuesto es justo que hombres y mujeres reciban el mismo salario por el mismo tipo de trabajo. Pero hoy, sin embargo, hemos de hablar de una ideología que trata de impregnar las condiciones culturales, sociales y políticas que a todos afectan, a través de una cultura globalizada. Y hemos de decir que la difusión de esta ideología de género está influenciada por la secularización, que en su forma radical intenta llevar la religión al borde de la vida social, así como mostrar su contenido como algo que no sea cuestionado. Esta relativización es consecuencia de un agnosticismo cada vez más extendido, en que mucha gente empieza a no creer en la posibilidad de saber la verdad. Por lo tanto, es necesario agradecer a todos los funcionarios públicos que han resistido, y resisten, a esta presión. La ideología de género, por decirlo de una manera simple, considera que yo soy hombre o mujer no por una cuestión de naturaleza, sino como resultado de las influencias culturales que se van transmitiendo en mi entorno. Lo describe muy sucintamente un documento de la Conferencia Episcopal Española, titulado "La verdad sobre el amor humano", cuando dice:
De esta manera, el público puede elegir entre varios géneros (masculino, femenino, homosexual, bisexual, transexual...), liberando así su sexualidad de la determinación natural de su cuerpo y desmantelando el significado objetivo de la diferencia sexual entre hombre y mujer. Pero el papel más importante en la difusión de esta ideología de género lo juega la manipulación del lenguaje, utilizando conceptos antiguos para que éstos adquieran un contenido nuevo, hasta el punto de oscurecer la verdad básica sobre las relaciones humanas. El matrimonio, por ejemplo, es la institución tradicional entre un hombre y una mujer, y de ahí su interés en llamar matrimonio a cualquier tipo de unión entre los distintos géneros de esta ideología. Los partidarios de la ideología de género intentan introducir esta ideología en el proceso educativo de los jóvenes y los niños, para que la sociedad considere normales las pretensiones que esta teoría proclama. Y también la intentan introducir en las diversas legislaciones nacionales e internacionales, para castigar a las personas que expresen un juicio moral contrario. Desde este lugar, y en nombre de la Conferencia de Obispos de Eslovaquia, hago un llamamiento a todos los funcionarios públicos a que no sólo apoyen y protejan a las verdaderas familias y matrimonios, sino que tomen medidas concretas que testimonien la defensa de la vida desde el momento de su concepción. La ideología de género es pseudo-científica, pero tiene muchos seguidores y unos efectos impredecibles en toda la sociedad. Respecto a la homosexualidad, la Iglesia Católica respeta la dignidad de toda persona humana y rechaza cualquier discriminación injusta contra una persona. Así como declara que cualquier relación sexual fuera del matrimonio, basada en una relación permanente entre un hombre y una mujer, no está moralmente regulada. En concreto, nos dice el Catecismo de la Iglesia Católica que "la homosexualidad se refiere a la atracción hacia personas del mismo sexo", así como "las relaciones homosexuales son una perversión gravísima, están por su naturaleza interior desordenadas, van contra la ley natural, no provienen de una genuina complementariedad emocional ni sexual y no podrán ser aprobadas bajo ningún concepto" (CIC, 2357). Así como nos dice el Catecismo de la Iglesia que "las personas con tendencias homosexuales arraigadas, y afecto objetivamente desorganizado, deben ser recibidas con respeto, compasión y delicadeza, porque también ellas están llamadas a cumplir la voluntad de Dios" (CIC, 2358). En resumidas cuentas, acaba diciendo el Catecismo que "las personas homosexuales están llamadas a la castidad, mediante el dominio de sí, la libertad interior, la oración y la ayuda de la gracia sacramental, para acercarse gradual y decididamente a la perfección cristiana" (CIC, 2359). En nuestro caso concreto, la Iglesia en Eslovaquia está ayudando a las personas con sentimientos homosexuales a través de OZ Rieka y Linka Valentín. Espero que estas conferencias de Bratislava contribuyan a una mayor toma de conciencia y a la formación de nuestra conciencia, así como a despertar en nosotros el deseo de ser más celosos anunciadores del evangelio. El evangelio es la buena noticia que trae la verdad. La verdad sobre Dios, la verdad sobre el mundo y la verdad sobre el hombre. Que Dios despierte en nosotros el deseo de luchar por el bien común, por la dignidad humana, por la gente de nuestras ciudades y pueblos, por las comunidades cristianas y por lo que ciertamente vale la pena para nosotros. Gracias por prestar atención. .
|
