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Dejar el destino de la Iglesia en manos de Dios
Queridos hermanos, tenemos que ser hombres de esperanza. Pero hay que saber que el futuro está tan sólo en manos de Dios, y que él es el único que lo sabe todo. Todos deseamos que triunfe la verdad, el bien y la misericordia, y por eso estamos aquí, para contribuir a la victoria de Cristo. Pero es Dios quien guía la historia de la Iglesia, y lo hace por caminos insospechados, hasta que llegue a su final feliz. Por eso no hay que alarmarse ni ponerse nerviosos, a pesar de los momentos de tanta inestabilidad como nos ha tocado vivir. Así es la vida. Os puedo decir que, hasta hace poco, la mayor parte de los ciudadanos de Turkmenistán eran nómadas, y de hecho aun hoy se pueden ver éstos por doquier, con sus ovejas y camellos y con las mujeres haciendo hermosas alfombras. Aunque el cultivo del algodón sigue teniendo una gran importancia, hoy ha surgido la industria del gas y del petróleo. En líneas generales, desde nuestra independencia de Rusia hemos adquirido la tan ansiada libertad, pero a costa de pagar un elevado precio. La mayor parte de la población turkmenia, de apenas 5 millones, es musulmana. Se trata de gente pobre y sencilla, abierta al Señor y a las personas, solidaria y totalmente apta al espíritu de las bienaventuranzas. Son los verdaderos anawim, o pobres de Yahveh. Oficialmente, la Iglesia Católica en Turkmenistán está registrada bajo el nombre de Nunciatura Apostólica, de la que tengo el honor de ser el "adicto cultural" y formar parte del cuerpo diplomático del país. ¡Que cansancio frecuentar las distintas recepciones! En todo caso, el gobierno actual está creando las condiciones para el reconocimiento de la Iglesia Católica, y la convivencia con los musulmanes es de buena vecindad e incluso de amistad. Eclesiásticamente, formamos una missio sui juris, lo que quiere decir que dependemos directamente de la Santa Sede. En total, tenemos una gran parroquia-catedral y 12 pequeños centros católicos por todo el país, a cargo de los sacerdotes Tomasz Koscinsnky y del norteamericano McLean. Este año hemos bautizado a 50 neófitos en Asjabad y tenemos otros 30 catecúmenos esperando su turno, bajo el cuidado de la catequista Ana y la religiosa Galina. El catecumenado dura de 4 a 5 años. Todos los domingos tenemos una misa en ruso (a las 10.00) y otra en inglés (a las 18.00) para los diplomáticos y trabajadores que vienen de diversos países. También ofrecemos a diario la liturgia de la palabra para la comunidad catecumenal, y un Rosario diario para todos los que quieran (a las 8.30). Dos días a la semana celebramos la eucaristía en cada centro católico (a las 9.00), y hacemos la oración de Laudes a continuación. Finalmente, hemos editado un Breviario de oraciones en ruso, para su divulgación. ¡Son tantas las posibilidades para ser verdaderamente católico aquí! Y la gente del Turkmenistán ¡merece tanto! La lástima es que los católicos de aquí no seamos aun santos, aunque no paremos de pedírselo a Dios, y a todos vosotros, y al mismo papa Francisco, al que mantenemos constantemente informado a cambio de que rece por nosotros. .
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