En medio de lo pasajero camina el Tú eterno

Bogotá,.18.abril.2022
Arzob.
.Luis.José.Rueda,.primado.de.Colombia

          Queridos hermanos, reciban un saludo en Cristo Jesús, que pasa siempre por nuestra vida, y que nos recuerda lo que nos enseña el papa Francisco I: "La presencia del Señor habita en la familia real y concreta, con todos sus sufrimientos, luchas, alegrías e intentos cotidianos" (Liturgia del Amor, 315).

          La pandemia nos ha llevado a tomar conciencia de nuestra condición itinerante, nos ha permitido experimentar que somos transeúntes y nos ha permitido acercarnos de una manera más intensa a los bordes de nuestro camino. Hemos visto el proceso final, y acelerado, de tantas personas a nuestro lado a quienes conocimos, y con quienes compartimos diálogos, trabajos, oraciones, anhelos y sufrimientos. ¡Cuántos caminos recorridos y cuántos momentos vividos! Y ellos ya no están, pues repentinamente se fueron.

          Estábamos muy bien, demasiado bien, y no lo sabíamos. E íbamos deprisa en todo, y el modo acelerado se nos fue convirtiendo en estilo de vida. Y hasta es posible que hoy estemos muy bien, en comparación con lo que vendrá. Pero todavía podemos detenernos, y escuchar en silencio las múltiples voces del Tú eterno.

          La hermana vida nos llama a despertarnos, a levantarnos, a ponernos en camino y a redescubrirnos como una piedra viva, que hace parte de una obra donde muchas piedras vivas se interconectan para sostenerse. Entonces, es cuando el Tú eterno les da el equilibrio.

          Los cambios de nuestra forma de vivir deben pensarse desde el presente que vendrá, y no sólo desde el transitorio presente. Así seremos gestores de una cultura nueva, construida sobre valores que estén más cerca de cada uno de nosotros, y que al vivirlos nos permitan encontrar el sentido de la vida.

          Entre estos valores, yo os propondría cuatro, de manera especial:

1º Responsabilidad prospectiva, que exige sopesar las consecuencias futuras de las decisiones presentes, para elegir siempre el bien común en proceso. La responsabilidad prospectiva nos libera del inmediatismo egoísta, y el Tú eterno es el camino.

2º Misericordia creativa, que nos conduce a descubrir lo bueno que hay en nosotros mismos y en los demás, para curar las deficiencias producidas por el mal, con la abundancia vivificante del bien. La misericordia nos libera del pesimismo y de la tiranía, y el Tú eterno es la verdad.

3º Fraternidad dignificante, que nos impulsa a generar relaciones basadas en la dignidad. La fraternidad nos libera de la violencia y de la indiferencia, y el Tú eterno es la vida.

4º Austeridad agradecida, que nos lleva a valorar y cuidar lo básico para todos: familia, salud, vivienda, trabajo y casa común. La austeridad nos libera del despilfarro y de la depravación, y el Tú eterno es amor, servicio y solidaridad.

          En medio de las cosas pasajeras, y de una manera casi imperceptible, camina el Tú eterno. Él caminó en el sí de la joven María, en la valentía de José, en el niño envuelto en pañales, en el agua convertida en vino, en el pan de cada día, en una semilla sembrada en el campo, en aquel que estaba tirado en el campo, en el mandato "amaos unos a otros como Yo os he amado", en la promesa de que "el Espíritu Santo os conducirá a la verdad plena", en una voz que desde la cruz nos dijo "hoy estarás conmigo en el paraíso", en el anuncio consolador "Yo estaré con vosotros todos los días", en la pregunta insistente a Pedro "¿me amas?" y en aquella invitación acogedora "quédate con nosotros".

          Oh San José, concédenos la gracia, la misericordia y la valentía, y defiéndenos de todo mal.

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  Act: 18/04/22         @primados de la iglesia            E D I T O R I A L    M E R C A B A     M U R C I A