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Hacia una Iglesia del testimonio, abierta y dialogante
Calculo que en Esmirna viven unos 5.000 católicos, la mayoría de ellos en el centro de la ciudad y en los centros de otras grandes ciudades. Si contamos a los inmigrantes y refugiados, la cifra puede que aumente sensiblemente, pero sin llegar a mucho más. En términos de área geográfica, nuestra archidiócesis de Esmirna es muy grande, y comprende alrededor de 100.000 km2. La última parroquia que nos pertenece es Konya, que se encuentra a unos 550 km. Su homóloga del sur sería Antalya, que está a unos 450 km. Esto os muestra cuán grandes son las distancias aquí. En general, en Turquía los cristianos no estamos siendo discriminados. Sí que de vez en cuando se producen incidentes negativos en el trato con las autoridades y órganos administrativos. Pero esto hay que entenderlo, pues la Iglesia Católica no está reconocida como entidad legal. Cuando hablamos de diálogo, yo diría que sí que hay un diálogo vivo con las instituciones turcas, sobre todo en el campo asistencial. Nuestra Caritas Diocesana, por ejemplo, tiene una oficina reconocida en cada zona de la diócesis, y a la hora de prestar servicios ayuda a todos, tanto a cristianos como a musulmanes y a cualquiera que esté indefenso. También nos reunimos regularmente con los imanes de la zona, como en el Día de la Fraternidad. Personalmente visito anualmente al alcalde de la ciudad, y aprovecho esta oportunidad para presentarle a algunos sacerdotes y entregarle en traducción turca las últimas encíclicas del papa Francisco I. También hemos traducido al turco, y promocionado mucho, la encíclica Laudato Si, sobre las cuestiones medioambientales que tanto afectan a la humanidad. En general, nuestras relaciones con el resto de iglesias cristianas son buenas. El patriarca ecuménico Bartolomé I, por ejemplo, tiene buenas relaciones con el Movimiento de los Focolares y con el nuevo vicario apostólico de Estambul, mons. Massimiliano Palinuro. Del mismo modo, aquí en Esmirna nos reunimos con los cristianos ortodoxos en diversas fiestas cristianas. Los armenios celebran su liturgia en nuestra Iglesia de San Policarpo, porque todavía no tienen su propia iglesia en Esmirna. Y con ellos estamos trabajando en Izmir para abrir una pequeña librería llamada Sociedad Bíblica. Estos son signos prometedores de un diálogo ecuménico. Para terminar, animo a todos los cristianos a venir en peregrinación a Turquía. Me gustaría recordaros que los orígenes de nuestra fe están aquí. Aquí se estableció la primera Iglesia entre las naciones, aquí tuvieron lugar los primeros concilios ecuménicos, aquí se dio forma a la fe católica y aquí tuvo su origen la misión apostólica de Pablo para evangelizar Europa. El testimonio de vida es el valor fundamental de nuestra vida cristiana, y cada uno de nosotros predica la palabra de Dios siempre que tiene la oportunidad de hacerlo. Intentamos hacerlo también en las redes sociales, y a través de varias páginas webs. Intentamos ser una Iglesia implicada, activa y viva. Nuestra misión es la misión de una Iglesia de puertas abiertas. Por esta razón, todas nuestras iglesias están abiertas al público la mayor parte del día, y casi todos los días celebramos los devocionales. Alguno de nosotros siempre permanece en cada iglesia, para recibir a los visitantes y responder cualquier pregunta que puedan tener. Éste es el camino de evangelización que hemos elegido en Esmirna y toda Turquía, a la luz de la situación actual. .
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