Buscar la cercanía de Dios. Él se acercará

Maguncia,.7.agosto.2023
Arzob.
.Peter.Kohlgraf,.primado.de.Alemania

          Querido candidato Jens Ginkel, has elegido una frase de la carta de Santiago para tu oración consacratoria: "Buscad la cercanía de Dios, y él se acercará a vosotros" (Sant 4, 8). Sé por experiencia personal que hay mucho trabajo involucrado en elegir un versículo bíblico para estos casos, sobre todo porque lo que se busca es que tal verso nos ofrezca su fuerza y orientación.

          En Santiago, este versículo se ubica en el contexto de un capítulo que enseña cómo se relacionan la fe y la vida. El apóstol observa cómo el deseo, la envidia, la lucha y el egoísmo caracterizan la vida de la Iglesia y desafían su credibilidad. Dios ve al hombre como una criatura con dos almas. Por un lado, el hombre quiere creer y estar a la altura de lo que Dios le ha asignado. Por otro lado, otras cosas y actitudes siempre toman el lugar de Dios, para que el hombre no pueda seguir siempre los caminos de Dios.

          En mi opinión, esta declaración de que la fe y la vida han de ir juntas es de vital importancia para un cristiano. La importancia que Dios tiene en la vida de un creyente es particularmente visible a través del comportamiento cotidiano. Al final, la vida misma debería ser un testimonio convincente.

          En estos tiempos, el cristiano es posiblemente la única biblia que la gente puede leer y entender. Según la Carta de Santiago, la vida cristiana no requiere inicialmente logros ascéticos extremos. Más bien, se trata de dejar que la fe moldee la vida diaria, especialmente observándola e implementándola en las pequeñas cosas y comportamientos cotidianos. ¿Qué alma da forma a la vida cotidiana? ¿Egoísmo o atención a las necesidades? ¿Alegrías y esperanzas, o sufrimientos y dudas hacia la otra persona? Santiago nos recuerda el valor y el significado espiritual de la vida cotidiana y de la convivencia diaria.

          Tú, querido candidato a la ordenación, has sido enviado a un mundo que necesita personas que construyan puentes, que recuerden el valor de la caridad y la vivan, que siembren paz en lugar de odio, que fortalezcan la atención y el aprecio contra el egoísmo. Y también será trabajo tuyo motivar a las personas de la Iglesia para que sean constructores de estos puentes. Para esto tendrás que adquirir la forma con que Jesús veía a las personas, incluso a los que parecen más difíciles. No se puede ser sacerdote o cristiano sin querer estar cerca de la gente.

          La búsqueda de Dios de la que habla Santiago se consigue mediante el esfuerzo cotidiano por aprender a amar al mundo y a las personas. Dios nos habla con desafíos y esperanzas, y tendremos que aprender una y otra vez a descubrir en los demás el señorío de Dios, que se ha acercado a nosotros en Jesucristo, que permanece con nosotros y que quiere hablar a través de nosotros a los demás.

          Ama la vida cotidiana como lugar de búsqueda de Dios, y experimentarás que Dios está cerca de ti. Ayuda a construir una Iglesia que muestre este interés por las personas, y así no se crearán dicotomías entre Dios y el pueblo que le ha sido confiado.

          La búsqueda de Dios no consiste únicamente en la especulación filosófica, incluso aunque la razón del hombre sea un medio dado por Dios para acercarse a él. El padre de la Iglesia San Agustín ocupó toda su vida en la búsqueda de Dios, y al final descubrió que el detonante para encontrar a Dios era la inquietud del alma, que sólo encuentra paz en Dios. En última instancia, esto sólo será posible en el cielo, pero mientras permanecemos en la tierra hemos de intentar alcanzar esa trascendencia.

          La fe, por tanto, es el requisito previo para la búsqueda de Dios. Así como lo es la verdad, cuya búsqueda ha de ser cada vez mayor. Una vez que uno avanza en la búsqueda de Dios, habrá que seguir buscando y haciéndose preguntas, porque la realidad de Dios nunca encuentra un final que sea consecuente con nuestras propias experiencias.

          En la entrevista que hiciste en el periódico diocesano, querido diácono Ginkel, describes cómo luchaste por tu vocación, y que aunque al principio no querías aceptarla, finalmente te dejaste llevar por el camino que Dios te quisiera llevar. Me temo que, incluso como sacerdote, no podrás descansar hasta que hayas encontrado la paz en el camino de la búsqueda de Dios, al menos según San Agustín.

          Dios sigue buscando a los humanos, y humanamente hablando también tiene un corazón inquieto que busca y corteja. Así que, quien busca a Dios, encontrará su presencia una y otra vez en la oración, en la meditación y en la celebración de los sacramentos. Si el hombre se esfuerza por acercarse a Dios, Dios se esforzará por acercarse a él.

          Las personas necesitan testigos que irradien la alegría de la fe y de la vida en Dios, y hasta los más alejados necesitan esta agua de vida. Por eso, estimado diácono Ginkel, haz posible que las personas busquen a Dios de una manera sensata, condúcelos a los manantiales de la vida.

          Querido candidato a la ordenación, deseo que continúes buscando a Dios en la vida cotidiana, en el pensamiento teológico, en la predicación, en la oración y en el testimonio personal. En cualquier caso, Dios te buscará a ti todos los días, y si le dejas hacer él te llevará y te acompañará.

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  Act: 07/08/23         @primados de la iglesia            E D I T O R I A L    M E R C A B A     M U R C I A