No tener miedo a los poderes de este mundo

Bkerké,.31.octubre.2022
Arzob.
.Boutros.Rai,.primado.de.Líbano

          En este último domingo del año litúrgico la Iglesia celebra la fiesta de Cristo Rey, que vendrá en gloria al final de los tiempos "para juzgar a vivos y muertos", como proclamamos en el Credo.

          En el atardecer de la vida, como hemos escuchado en el evangelio, él nos juzgará por el amor a nuestros semejantes, sobre todo en sus diversas necesidades materiales, económicas, morales y espirituales. Y esto por un único motivo: Dios se identifica con todo ser humano necesitado, y "todo lo que hicisteis a uno de estos hermanos pequeños, a mí lo hicisteis" (Mt 40, 25).

          Notemos también que dichos casos de necesidad, en los que el Señor Jesús expresa la necesidad de todo ser humano (hambre, sed, desnudez, alienación, enfermedad y prisión), no se limitan al plano material y económico, sino también al plano espiritual, moral y cultural.

          El hambriento necesita pan y comida, así como educación y trabajo. El sediento necesita agua, pero también justicia, dignidad y derechos básicos. El desnudo necesita vestido, zapatos y vivienda, y también un trabajo, un estatus y un rol en la sociedad. El extranjero está viviendo en un país diferente a su patria, pero también vive la amargura de la alienación en su patria. Una patria que no le permite estimular sus capacidades, ni lo involucra en su desarrollo, y le margina a vivir en el abandono la exclusión.

          El preso está preso tras las rejas de hierro, pero es preso también de la injusticia, de la tiranía, de la opresión y de la arrogancia de los influyentes, y de todos aquellos que detentan la decisión y el funcionamiento de las instituciones constitucionales y administraciones públicas.

          El pueblo libanés sufre a causa de estos seis casos de miseria material y moral, y por eso se ha lanzado a las carreteras de todas las regiones libanesas con todos sus niños, jóvenes, adultos y mujeres, en una revolución positiva y reformista que lleva ya 11 días en marcha.

          Estos manifestantes son pacíficos y civilizados, y no están politizados ni son imprudentes. Su levantamiento no busca un conflicto partidista ni objetivos ideológicos, sino que es un fenómeno en que todo el pueblo libanés, bajo la bandera del Líbano y en las diversas comarcas del Líbano, se ha unido en torno a una misma demanda de dignidad y justicia, exigiendo un gobierno que inspire confianza.

          Todos estos manifestantes son los "pequeños hermanos de Jesús" (Mt 29, 25), porque Jesús es solidario con sus dolores y lágrimas. Igual que ellos, Jesús experimentó la pobreza, la necesidad, la injusticia, el rechazo y la exclusión, y los unió a sí mismo a través de sus sufrimientos, "dando a sus sufrimientos un valor salvífico" (Col 1, 24).

          Estos pequeños son "el primogénito entre muchos hermanos" (Rm 28, 9), y son tan especiales que de ellos es el Señor quien dice: "Todo lo que hayáis hecho a uno de estos hermanitos, lo habéis hecho conmigo" (Mt 40, 25).

          Esta escena confirma que nuestra cultura humana es una cultura de libertad y vida digna, con una ciudadanía que integra la diversidad y no engaña a nuestros jóvenes. Es una cultura capaz de sacrificarse y saber corregir, sobre todo una práctica política que hoy en día es tan parcial, injusta y opaca.

          La cultura de la convivencia humana se basa en 3 valores básicos: la libertad, el pluralismo y la dignidad. En consecuencia, ninguna autoridad, que no sea garante ni servidora de estos valores, es legítima. Los ciudadanos son la fuente de la autoridad civil y la base de la legitimidad social. Por tanto, el poder político está obligado a escuchar sus demandas e interactuar con ellos antes de que sea demasiado tarde. El grito de los manifestantes es, por tanto, legítimo y necesario.

          Los sistemas políticos de hoy en día son democráticos y no dictatoriales, son pluralistas y no monolíticos, son nacionales y no partidistas. Y sus ciudadanos son la fuente de su poder. Nadie rebaja al pueblo y le impone su opinión o su voluntad.

          Políticos de hoy día, que buscáis la satisfacción del pueblo y su voz a la hora de las elecciones, aprended ahora a buscar a este pueblo y a escuchar lo que pide, para no perder su confianza de una vez por todas. No descuidéis este levantamiento popular, porque si lo hacéis agrandaréis las distancias y haréis descarrilar el normal camino de la convivencia, a través de saboteadores contratados en bata.

          Vosotros, políticos, estáis más preocupados por vuestros conflictos partidistas y sectarios que por el servicio a los ciudadanos. Vosotros os creéis los dueños de la vida pública, pero ahora estáis escondidos y acobardados. Por cierto, la vía pública es de todos, incluso vuestra y de vuestros familiares. Escuchad y sed sabios.

          Vosotros, líderes políticos, estáis llamados a satisfacer las necesidades del pueblo y de la juventud, a través del cuidado cariñoso a las familias. Pero no lo hacéis porque estáis atados a vuestros cálculos, ideas e intereses preconcebidos, interpretaciones estrechas y análisis torticeros. Seréis condenados por Dios y por la historia. Estad a la altura de vuestra honrosa vocación, que comparte con vosotros la realeza que hoy celebramos de Cristo Rey, que es la realeza del amor, de la verdad y de la paz.

          Os invito a vosotros, queridos fieles, a poneros de pie todos los días a las 5:30 pm, para rezar todos juntos el rosario de nuestra Señora, que es nuestra última y más poderosa arma. Sobre todo para ofrecer oraciones por todos aquellos hombres de buena voluntad, y para rezar por la conciencia de los funcionarios políticos, e inspirarlos en el camino para sacar al pueblo de esta graves crisis sobre su destino.

          Continuemos el santo sacrificio del altar, elevando nuestras oraciones a Cristo Rey para que todo funcionario sea llevado a las cumbres del Espíritu, y nuestro pueblo siga luchando para que prevalezca el amor, la verdad y la justicia social. Glorifiquemos al Dios Uno y Trino, Padre, Hijo y Espíritu Santo, ahora y siempre. Amén.

.

  Act: 31/10/22         @primados de la iglesia            E D I T O R I A L    M E R C A B A     M U R C I A