No tener miedo al mundo post-coronavirus

Panamá,.4.abril.2022
Arzob.
.José.Domingo.Ulloa,.primado.de.Panamá

          Hermanos y hermanas, el evangelio de hoy nos enseña que Jesús está en nuestro medio, pero no sabemos quién es, ni dónde está, ni le reconocemos. Los discípulos de otrora tampoco lo reconocieron, porque estaban confusos, y mezclando los sentimientos de la fe con sus propias inseguridades y miedos.

          Y es que cuando la confusión o angustia se apodera de nosotros, nuestra visión interior se bloquea, nos va convirtiendo en ciegos y no consigue ver la realidad como ella es. Y si dejamos que la confusión vaya creciendo, la distorsión de la realidad se irá apoderando de nuestra vida, y estaremos buscando por todas partes lo que luego resulta estar delante de nosotros.

          No permitamos que el corazón y el alma estén divididas. Porque hoy en día tenemos en una mano el teléfono móvil, y con la otra estamos tiramos del mando a distancia. Y porque nuestra cabeza va para un lado, y el corazón va para otro. Todas estas confusiones aniquilan el alma y el corazón. ¿Y dónde está Jesús? Intentando calmar y purificar todas estas confusiones, que están dentro de nosotros.

          En medio de la angustia que vivimos hoy en día, calma tu corazón y purifica tu alma. Y permite que Jesús hable contigo, y que sea él quien marque las órdenes de tu vida. Así encontrarás el sentido y la razón de vivir, y no estarás lanzando las redes hacia el lado equivocado.

          Es necesario escuchar la voz de Jesús, y lanzar la red en la dirección que él nos dice. Jesús dijo: "Lanza la red a la derecha de la barca, y allí encontrarás". Pero ¿dónde está a la derecha? ¿Dónde está al lado correcto? Está en escuchar, obedecer y creer a Jesús.

          Si hacemos esto, podemos tener la seguridad de que tendremos pescas abundantes, de que nuestro corazón tendrá paz abundante, y de que podremos dar, distribuir y sembrar en todos los lados. No podemos seguir viviendo con un corazón confuso, lleno de inquietudes y perturbaciones, e incapaz de encontrar la dirección de la vida.

          El mundo conocido nunca volverá a ser el mismo. El Coronavirus está atacando a todos por igual, y no entiende de clases sociales, de razas ni de ideologías. Ni el dinero, ni el poder, ni la fuerza, ni la inteligencia, ni la fama, pueden hacerte escapar de esta pesadilla, y la salud mental está en juego. Todos somos iguales ante la ley de muerte que está dictando el Coronavirus.

          Esta situación desconocida provocará y está provocando consecuencias a todos los niveles: sanitario, económico, político, demográfico... Pero sobre todo provocará consecuencias a nivel espiritual y psicológico.

          Para vencer al miedo y superar la incertidumbre que está provocando está crisis, ¿qué podemos hacer para para afrontarla? Os dejo algunos puntos para tener un equilibrio espiritual y psicológico:

1º huye de la sobreinformación,
2º acepta la incertidumbre,
3º vive el momento presente,
4º no te exijas más de lo que puedes,
5º evita el estrés y trabaja de manera saludable,
6º cumple con los horarios,
7º no pienses de más.

          Miremos este tiempo del Coronavirus como un tiempo de gracia y no de desgracia, pues nos está dando un tiempo de calidad para estar en familia, hablar con nuestros hijos, o llamar a los amigos y familiares de quienes nos habíamos desconectado. En este tiempo de crisis, es una exigencia tener los pies bien puestos sobre la Tierra, para afrontar estos momentos con mucha valentía y la fuerza de la fe, que nos ayuda a salir adelante ante cualquier situación.

          Por eso último, invito a todos a orar, a hablar con Dios, a tener confianza y mucha calma, así como llevar lo sagrado a cada rincón de nuestra casa, rezando el Rosario o la Coronilla de la Divina Misericordia en familia. Sobre todo, déjate ayudar por Dios.

          La Archidiócesis de Panamá, con la finalidad de acompañar a las personas que estén atravesando situaciones de soledad o confusión, ha habilitado una línea telefónica, donde todos pueden comunicarse. Es un hecho que la soledad de muchas personas se ha acentuado a causa del Covid-19,, generando sensaciones de angustia y de inestabilidad emocional. Y para la gente de fe también existe también un vacío espiritual, al verse desorientados a la hora de vivir esta pandemia desde la confianza en Dios.

          Estas son las razones que nos han impulsado a la iniciativa de abrir una línea de acompañamiento espiritual, para ofrecer ayuda psicológica y emocional a quienes sienten ansiedad, angustia o estrés.

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  Act: 04/04/22         @primados de la iglesia            E D I T O R I A L    M E R C A B A     M U R C I A