16 de Febrero

Santa Juliana de Nicomedia

Consuelo Lozano
Mercabá, 16 febrero 2024

         Nació el 285 en Cumas (Nápoles), hija de una ilustre familia romana en que su padre ejercía el cargo de tribuno y profesaba el paganismo imperial, al igual que su esposa. En dicha situación, el entorno familiar de Juliana no fue nada favorable para la vivencia cristiana que ella llevaba en secreto, y que le había llevado al bautismo clandestino. Además, había decidido entregarse enteramente a Cristo, y el casamiento no entraba en sus planes de futuro.

         La dificultad del caso comienza cuando el joven senador Eluzo se empeña en casarse con Juliana, y el padre de ésta concierta el matrimonio, comprometiendo con ello su honorabilidad.

         La supuesta novia lo recibe amablemente y cortesía, haciendo gala de su esmerada educación. Pero al llegar el momento culminante de los detalles matrimoniales, salta sobre el tapete su intención de desligarse del compromiso. "No lo aceptaré (le dice a Eluzo), mientras no seas juez y prefecto de la ciudad".

         La ilusa Juliana pensaba que eso era como pedir la luna, y que por ello se desprendería del compromiso. Pero se vio pillada por sus palabras, ya que en poco tiempo, y gracias a las influencia, Eluzo consigue la investidura de juez y pasa a convertirse en prefecto de Nicomedia. Y vuelve a recordar a Juliana sus pretensiones matrimoniales. La doncella le ofrece toda clase de felicitaciones y parabienes, al tiempo que le asegura no poder aceptar el matrimonio hasta que se dé otra condición imprescindible para cubrir la sima que los separa: debe hacerse cristiano.

         Ante tamaño disparate, es el propio Eluzo quien pondrá al padre al corriente de lo que está pasando, y de la novedad que ésta presenta. A lo que el padre de Juliana responde: "Si eso es verdad, seremos ambos juez y fiscal para mi hija". Juliana sólo sabe contestar a su padre que ansía ser la 1ª dama de la ciudad, pero que si no es cristiana, todo lo demás lo estima en nada. A lo que su padre le contesta: "Por Apolo y Diana, que más quiero verte muerta que cristiana".

         En la conversación tratará Juliana a su padre con respeto y amor de hija, pero le deja claro que "mi Salvador es Jesucristo, en quien tengo puesta toda mi confianza". Y cuando las razonas no son escuchadas, vienen los tormentos esperados, esta vez en la ciudad de Nicomedia. Estaño derretido y fuego, y cárcel para darle tiempo a pensar, y llevarla a un cambio de actitud. Finalmente, con 18 años, se le corta la cabeza el 16 febrero 308.

         Cuando llegó la paz de Constantino (ca. 313 d.C), la matrona Sofronia tomó las reliquias del cuerpo de la mártir Juliana y las llevó consigo a Roma, desde la anatolia Nicomedia (junto al mar de Mármara). Por una tempestad, tuvo que desembarcar en Pozzuoli, y allí logró que se edificase un templo en su honor, que custodiase sus reliquias.

         Siglos después, los lombardos atacaron la zona, destruyeron el templo y pusieron en peligro las reliquias (que las autoridades locales hubieron de esconder, y trasladar prudentemente a Nápoles, donde hoy reposan y se veneran con gran devoción).

 Act: 16/02/24     @santoral mercabá        E D I T O R I A L    M E R C A B A    M U R C I A