16 de Marzo
San Abraham de Edesa
Consuelo
Lozano
Mercabá, 16 marzo 2023
Nació el 417 en Edesa (Siria), hijo de ricos y autoritarios padres que deciden casar a su hijo, ya desde niño, con la hija de un matrimonio amigo (de su misma edad). Años más tarde, al joven Abraham parece que no le gusta la idea de casarse con la muchacha, e intenta convencer inútilmente a su padre de ello. El tiempo de la boda llega, y al no conseguir Abraham deshacerse de la palabra familiar contraída, no tiene más remedio que casarse.
Lo que sucedió tras la boda, tras haber celebrado la ceremonia con la grandiosidad del momento, es digno de película. Pues al sentir que estaba traicionando a Dios, Abraham decide escaparse sin que nadie se percate de ello, dejando a los convidados de piedra y a su esposa esperando en el lecho nupcial, durante toda la noche de bodas. No ha mediado una sola palabra ni ha dado explicación, y secretamente se ha retirado a una cueva cercana, que encontró y de la que hizo su nuevo hogar.
Todos han pasado 17 días de trajín andando en su búsqueda, removiendo matojos y adentrándose en los agujeros de las peñas. Y al encontrarlo finalmente, todo son ruegos, lágrimas, caricias y hasta amenazas. Pero el joven mantiene su actitud inflexible, y consigue de su joven y defraudada esposa el consentimiento para una perpetua separación, así como la promesa paterna de no interrumpir, en adelante, su voluntario retiro.
Con 20 años ha comenzado Abraham su vida de soledad, que se alargará más de 50 años a lo largo de los desiertos y montañas de Capadocia. Según su biógrafo y amigo personal San Efrén, vive Abraham en una celda con ventanilla al campo y allí se entrega a la oración y a la penitencia.
Sus bienes son una escudilla de madera (para comer y beber), una estera de juncos, un manto y un cilicio. Su alimento ordinario son las hierbas y raíces que el campo le da. Y la gente empieza a tener noticia de su existencia, primero por curiosidad y luego por interés espiritual, al encontrar en él un permanente rostro alegre, de carácter apacible.
El obispo de Lampsaco (hoy Lapseki) conoce su virtud y santidad, y como tiene en su diócesis una comarca en donde sólo impera el paganismo, piensa que el anacoreta Abraham puede ser la persona ideal, para tratar de convertirla. Pero para ello tiene Abraham que dejar su celda (que deja por amor a la Iglesia), ser ordenado sacerdote (cosa que hace) y trasladarse a su destino.
Lo 1º que hace Abraham al llegar a su destino es edificar un templo de reparación espiritual, para su propio alojamiento y para ir predicando el evangelio desde allí a toda la comarca. Pero la gente de la comarca empieza a insultarlo y apedrearlo, por lo que Abraham cree que ese estilo de vida no es para él, y pide al obispo su dispensa diocesana, para volver a retirarse a su cueva de la Capadocia.
Vuelto a la vida anacoreta, se presentan a Abraham sus 2 jóvenes sobrinas (una de ellas, Santa María de Edesa), que han decidido dejar su vida de desenfreno y lujuria, y quieren aprender a llevar una vida honrada. Y allí aprenden el camino de la santidad, de la mano de su viejo tío que, el año 487, encomienda su alma a Dios.