30 de Octubre
San Marcelo de León
Consuelo
Lozano
Mercabá, 30 octubre 2025
Semblanza
Nació en el s. III en León (Hispania), hijo de un militar romano destinado al campamento legionario romano de León, bajo la Legión Trajana de Hispania. Así mismo, ingresó Marcelo en el cuerpo militar romano de León, ocupando el cargo de centurión de la Legio VII Gemina Pía Félix.
Siendo joven se casó el soldado Marcelo con la bella Nonia (Santa Nonia de León), con la que tuvo 12 hijos (Claudio, Lupercio, Victorico, Facundo, Primitivo, Emeterio, Celedonio, Servando, Germán, Fausto, Jenaro y Marcial) en su casa de la calle Ancha, junto a la Puerta del Poniente de la muralla leonesa (en la que hoy se conserva la Capilla del Cristo de la Victoria).
Según la Passio o relato de su pasión, el 21 julio 298 se celebraba una fiesta imperial del emperador Diocleciano, y Marcelo debía participar en los festejos, como centurión que era. Uno de esos festejos consistía en echar incienso en el brasero colocado al pie de la estatua del emperador, y mostrarle adoración.
Para un cristiano, esa actitud de adoración estaba reservada sólo para Dios, así como el ritual del incienso. Por ello, cuando a Marcelo le llegó su turno, el santo no lo dudó, y en lugar de echar el incienso se quitó su espada y su sarmiento de vid (insignias distintivas de centurión) y arrojó ambos al pie de la estatua, en señal de desaprobación. Renunciaba así a su cargo (con el que se ganaba la vida) y se declaraba abiertamente cristiano, adorador del único Dios del cielo y de la tierra.
Bien sabía Marcelo las consecuencias, humanamente funestas, de aquel gesto heroico. En principio, renunciaba al ejército del emperador para servir sólo en el ejército de Cristo. Y en 2º lugar vinieron los interrogatorios condenatorios.
El día 28 julio 298 fue conducido ante el presidente Fortunato para el primer interrogatorio. Pero Fortunato, ante la gravedad del delito y su notoriedad pública, renunció a proseguir el interrogatorio y lo puso en manos de su superior en jerarquía: el vicario del prefecto pretoriano Aurelio Agricolano, que se hallaba en ese momento en Tinginia (Tánger), sede romana de la provincia de Africa.
El día 30 octubre 298, Marcelo comparecía en Tánger ante Aurelio Agricolano, quien lo condenó a la pena capital de la decapitación.
Tras la Paz de Constantino (ca. 313), fue levantada una capilla en honor a San Marcelo en la ciudad de León. Un códice del archivo de la catedral de León asegura que Ramiro I de Asturias (ca. 842) "restauró la Iglesia de San Marcelo" tras su Reconquista de León, la cual se encontraba en estado ruinoso en los extramuros de la ciudad. Y consta que, junto a la iglesia, se construyó un famoso monasterio de canónigos regulares de San Marcelo, en el que se formó, vivió y escribió el sabio leonés San Martino.
En el s. XII se dedicó a San Marcelo un hospital de nueva planta en la capital leonesa, y se pidió formalmente a Tánger el traslado de los restos del mártir africano (cosa que hizo el mismo rey Fernando el Católico, el 29 marzo 1493). Hoy día, el alcalde de la ciudad conserva una de las llaves del arca que contiene los restos del santo centurión, junto a una imagen de su esposa (Santa Nonia) y sus 12 hijos.
Act:
30/10/25
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