4 de Abril

San Benito de Palermo

Consuelo Lozano
Mercabá, 4 abril 2024

         Nació en 1524 en San Fratello (Sicilia), hijo de esclavos africanos (quizás nubios) que trabajaban en una propiedad cercana a Mesina, y que le transmitieron por herencia la esclavitud. No obstante, en su juventud su amo le dio la libertad, y Benito compró con sus ahorros un par de bueyes, y empezó a trabajar por su cuenta.

         A los 24 años se unió a un grupo de eremitas franciscanos, convirtiéndose a partir de entonces en un fidelísimo seguidor del ejemplo del santo de Asís. Por razones no muy claras para la historia, aquel grupo se dispersó en torno a 1564 y, dependiendo del biógrafo que se lea, Benito funda o llama a las puertas de un convento. Sea lo que fuere, se le ve hecho todo un franciscano en el Convento de Monte Pellegrino, a poca distancia de Palermo. Eso sí, no sabe leer ni escribir, y trabaja en la cocina de los frailes como hermano lego.

         En todas las épocas sucede que al hombre le gustó la buena mesa y disfrutar de manjares suculentos y los frailes no son especiales para eso. Es verdad que la disciplina franciscana regula el disfrute de los alimentos y recorta apetencias nobles en honor de la virtud y en procura de méritos para el fraile y para la Iglesia; pero, por lo que cuentan, no estaba el convento a la altura de esas exigencias en aquel tiempo.

         Fue Benito un cocinero especial. ¿Qué bien condimentados guisos saldrían del anafe del fraile negro? ¿Qué exquisitos postres angélicos preparó la cocina del repostero de color del carbón? ¿Qué deleitables menús saldrían de las manos recias y teñidas del cocinero lego? La historia culinaria no hace memoria de ello. La singularidad de Benito estriba en que, además de ser buen cocinero, es admirable por su piedad, por su humildad y por las curaciones milagrosas que prodigaba.

         En 1578, los frailes le eligen superior del convento, a pesar de ser lego y no tener conocimientos de letras ni experiencia en el gobierno. El hecho tiene su importancia, y da idea de por donde iban las ideas y la vida del fraile de su tiempo. Desde luego, no fue elegido Benito para el cargo por los buenos platos que preparó cuando era guisandero. Sino que algo más debieron ver aquellos buenos frailes en la persona del lego.

         Costó mucho convencer a Benito para que aceptara el cargo de prior (ca. 1578), y puede que más de un fraile se arrepintiera de haberle convencido, porque llegó a establecer la interpretación más estricta y austera de la Regla franciscana.

         Más tarde dejó de ser propuesto para prior, y pasó a ser maestro de novicios, e incluso otra vez cocinero, que era lo que él amaba. Fue, en el sentido más estricto, un santo entre pucheros. ¿Qué importa el color? La gente enferma asaltaba la cocina conventual (la "cocina del negro") para pedirle su curación, y encomendarse a su rezo infalible y su gesto de taumaturgo (entre los humos del fogón, los olores de las ollas y el vaho de las cacerolas).

         Fue fray Benito un hombre de una bondad extraordinaria, y de una oración sublime. Falleció el 4 abril 1589 en su Convento Santa María de Palermo, permaneciendo su cuerpo incorrupto siglos después. Fue beatificado por Benedicto XIV en 1743, canonizado por Pío VII en 1807, y declarado patrono de los afro-americanos, con especial culto en Colombia y Venezuela y hasta en Estados Unidos.

 Act: 04/04/24     @santoral mercabá        E D I T O R I A L    M E R C A B A    M U R C I A