19 de Diciembre
Nemesio de Alejandría
Arzob.
de Madrid
Mercabá, 19 diciembre 2025
Nació el 201 en Alejandría, siendo a lo largo de su vida un ciudadano egipcio más ("de origen, costumbres e idioma", según San Dionisio de Alejandría), sin oficio distinguido ni condición social acreditada (pues de haberlos tenido, se hubiesen sabido). Posiblemente había formado familia y estaba cabalmente casado, desarrollando en la misma su condición de hombre fiel y maduro, así como cristiano practicante.
Eso sí, Nemesio era estimado en Alejandría, refiere San Dionisio, por su conducta justa y costumbres sanas, por su bondad y ética intachable, como cabía esperarse en todo seguidor de Jesucristo.
Llegada la persecución del emperador Decio (ca. 250), parece ser que los enemigos del cristianismo acusaron a Nemesio de pertenecer a una banda de ladrones de la zona, y como tal fue encarcelado y llevado al tribunal. El juez declaró ajena a Nemesio la causa que se le imputaba, y probó así que el alejandrino tenía enemigos, que no dudaban en levantar calumnias contra él.
Como el orgullo es perverso, aquellos calumniadores repiten ante el magistrado la acusación, esta vez acusando a Nemesio de otros cargos: "Tristes estamos (le dicen) por haber perdonado a un reo como Nemesio. Te ha engañado, porque es hábil y conoce todo tipo de engaños. ¿No sabes que es cristiano?".
No cabía duda. La causa presentada no era esta vez inventada, y ponía al juez contra las cuerdas, sobre todo tras el Edicto de Decio del 250 en que se decía que:
"Se requiere a todos los habitantes del imperio que hagan sacrificios ante los magistrados de su comunidad. Por mayor seguridad del imperio, éste se hará el día __ en el lugar de ____, y __ días después que cada comunidad reciba este Edicto. Cuando cada ciudadano haga el sacrificio, podrá obtener un certificado (libellus) documentando, que confirme el hecho de que ha cumplido la orden".
Se trataba, pues, del peor de los delitos. Pues Nemesio no había cumplido esa orden imperial, ni había ofrecido ningún sacrificio pagano, ni tenía el libellus (certificado) de liberación. Y la ley de Decio era implacable, y de estricta observancia para todos los jueces del Imperio Romano.
Tras haberse confesado y declarado cristiano ante el juez de Alejandría, Nemesio fue remitido al gobernador de Egipto que residía en Alejandría, llamado Sabino. En un nuevo juicio se vuelve a demostrar la identidad cristiana de Nemesio, y éste se muestra firme a la hora de no renegar de Dios, sin dejarse conmover por las promesas o los castigos. Finalmente, el gobernador decreta su condena a muerte, y lo entrega a la hoguera para que muera quemado, en una que ya había preparada para algunos asesinos de su tiempo. Era el 10 septiembre 251.
La leyenda termina narrando que Nemesio se sintió muy reconfortado, cuando supo que iba a morir entre malhechores, como lo había hecho el Maestro.
Act:
19/12/25
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