MACARIO EL VIEJO
Apocrítico
LIBRO I
VI
Sobre Berenice, o la mujer con el flujo de sangre
Berenice, quien una vez fue señora de un lugar famoso, y gobernante honrada de la gran ciudad de Edesa, fue liberada por Jesucristo de un flujo de sangre inmundo, y rápidamente curada de una afección dolorosa. Muchos médicos la habían tratado en muchas ocasiones, pero habían aumentado la afección a la peor de las enfermedades, sin mejoría alguna.
Nuestro Salvador la hizo así célebre y famosa en la historia en Mesopotamia. O mejor dicho, en todo el mundo, pues tan grande fue su experiencia al ser sanada por un solo toque del borde del manto del Salvador. No mucho tiempo después de lo sucedido, dicha mujer recibió el obsequio de su pueblo, al registrar su hijo su hecho en una estatua en bronce, por tratarse de algo extraordinario.