EFRÉN DE NÍSIBE
Discurso a Hipatio
LIBRO V
I
La verdad y la obediencia no escuchan herejías
seductoras
La verdadera obediencia es como la de una novia pura que no se deja llevar por las voces de los extraños. Por su parte, el oído que se aparta de la verdad es como la adúltera que se aparta de su consorte, y el oído que se deja llevar por todas las enseñanzas es como la ramera que se deja persuadir por todo el que la llama. Refutemos, pues, oh Hipatio, esa obediencia errada que está contaminada por las palabras del mentiroso, que en lugar del nombre del verdadero Esposo, ama el nombre de su corruptor, y ha consentido que se proclame sobre ella el nombre de Maní, y no el nombre del Mesías.
II
El hereje Mani es refutado por la Escritura
Ésta es la enseñanza que viene del partido de Marción, Valentín y Bardaisán. El último de todos ellos es escoria, y más bajo que el que está por encima de él. Por su parte, Mani es más abominable que los que le precedieron. Pero en los tiempos malos del mundo esta enseñanza ha surgido en los últimos tiempos del mundo. Y como ha luchado mucho contra la verdad, hablemos un poco contra ella, y no somos nosotros, sino la verdad los que hablamos contra ella. Pero la sustancia de esta enseñanza, aunque parezca pequeña e insignificante a aquellos simples que no la conocen, es como el agujero que el bendito Ezequiel vio en la pared. Porque aunque ese agujero era insignificante y pequeño, grandes males y numerosas abominaciones y las cosas secretas de la vergüenza estaban dentro de él (Ez 8,8). Pero ese pasaje de la Escritura que ordenó a Ezequiel cavar en la pared que era un velo sobre las cosas odiosas, por el poder de ese pasaje sagrado, quitemos también el velo de esta enseñanza inmunda para que las cosas odiadas dentro de él puedan ser expuestas. Mas no deseo hablar más de todas ellas, porque son impuras, así como el santo profeta fue incapaz de hacer de su boca un canal para la inmundicia odiosa.
III
Sobre las pinturas de Mani
Seamos como el ilustre profeta observando cómo, siempre que le era posible decir algo, lo decía. Y observemos también que no pronunció todas estas cosas, sino sólo algunas de ellas, pues las cosas que se omiten son inteligibles para los sabios por medio de las cosas que se pronuncian. Por eso la santa Voz ordenó al profeta que fuera obediente en todo, y dijo: "Entra y ve las grandes abominaciones que están haciendo aquí" (Ez 8,9). Y entró y vio todos los ídolos de la casa de Israel pintados en la pared. Así, también Mani pintó en colores en un pergamino (como dicen algunos de sus discípulos) las semejanzas de la maldad que creó con su mente, poniendo en imágenes horribles el nombre de los hijos de las tinieblas para que pudiera declarar a sus discípulos la fealdad de las tinieblas para que pudieran aborrecerlas, y poniendo en cosas hermosas el nombre de los hijos de la luz "para que su belleza pueda en sí misma indicarles que deberían desearla". Como él dijo, "las he escrito en libros y las he pintado en colores; que quien las escuche en palabras también las vea en una imagen, y que quien sea incapaz de aprenderlas, las aprenda de imágenes". Quizás, hasta él mismo realmente adora estas semejanzas que están pintadas allí.
IV
Sobre las mujeres justas entre los maniqueos
La Voz dijo de nuevo al profeta: "Vuelve, y ve abominaciones mayores que éstas" (Ez 8,13). Y Ezequiel entró y vio a mujeres sentadas y llorando por el dios Tamuz. ¿Y en qué era esta abominación mayor que las primeras, sino en que aquellas imágenes del paganismo eran consideradas imágenes del Dios viviente, mientras que aquí se adora y llora a Tamuz, ocioso y adúltero como es? Así que por eso esta abominación era mayor que aquellas. Por tanto, en correspondencia con aquellas vanas mujeres de luto que lloraban al dios Tamuz que fue asesinado a causa de su adulterio por un jabalí, a quien, además, suponen que es un dios, ven a ver aquí también a esas mujeres ociosas del partido de Mani, a las que llaman "las justas", porque multiplican la maldad. Porque ellos también están ociosos y se sientan por causa de los brillantes (los hijos de la luz), "de quienes la oscuridad salió y se tragó".
V
Sobre el culto maniqueo a las estrellas.
Enseñanza de Mani, sobre un espacio que todo lo
contiene
De nuevo el que mandaba dijo al que había recibido la orden: "Vuelve y ve abominaciones mayores que éstas" (Ez 8,15). Y Ezequiel entró y vio entre el pórtico y el altar (pues junto al pórtico estaba construido el altar de sus ofrendas) unos "veinticinco hombres de espaldas al templo del Señor". Pero con el término "de espaldas" se refiere a su desnudez. Y a causa de esta ignominia que exhibieron frente al templo del Santo, este pecado fue mayor que el de los primeros y los del medio; y éstos, se dice, se levantaban temprano y adoraban al sol. Y en el caso de éstos está escrito que adoraban sólo al sol; pero Mani continuó enseñando a sus discípulos a adorar a la luna. Porque adoran al sol y a la luna, luminarias por las cuales quienes las llevan se oscurecen. Pero cuando el sol sale al Oeste, ellos adoran al Occidente, como lo hacen los marcionitas, sus hermanos. Porque era justo que mediante este culto se manifestara el parentesco común. ¿Quien dijo que un lugar limita a quien puede ser limitado? Porque los maniqueos quieren huir de él. Además, si el cielo está encerrado por un abismo que cualquiera desea cruzar, ¡cuánto más extraordinariamente está Dios en todo lugar a quien los abismos y lugares no son capaces de contener! Estas abominaciones que vio Ezequiel, que tal vez sean alegorías, los maniqueos las creen así: que él asumió dos entidades y dos dominios, y dos elementos, y dos raíces. Por tanto, Hipatio, pregúntale acerca de los dos si sólo hay dos; porque cada uno de estos dos, por ser una sola cosa, debe ser completamente similar a sí mismo. Pero si hay en él algo que no sea similar, se le llama falsamente uno. Pues es evidente que lo que no es como él en su naturaleza no es parte de su naturaleza. Escuchemos, pues, cuando explica el cambio de uno en muchos que no son como él en su naturaleza, ni es como ellos, ni estos son como aquellos. Y en primer lugar supone un espacio, y ¿cómo es un espacio como Dios? Pues uno limita y el otro es ilimitado; y uno confina y el otro no está confinado; y uno tiene personalidad y conocimiento, y poder y sabiduría, y en él están la gracia y la libertad, y el otro no tiene ninguna de estas cosas, aunque acerca de la naturaleza del espacio hay una innegable gran discusión. Pues no sólo el espacio no es como Dios, sino que tampoco es homogéneo, siendo oscuro y luminoso como dicen que es allí. Y que la discusión se ahogue por medio de la investigación, y esta es la soga que han echado alrededor de sus propios cuellos. Te preguntarás, oh Hipatio, acerca de ese espacio si la mitad es oscura y la otra mitad luminosa, si la otra mitad es buena y la otra mitad mala, si sus lados que miran hacia el bien son como el bien y sus abismos que miran hacia la amargura son como la oscuridad. Si los maniqueos dicen que la mitad que mira hacia el bien es bien y la otra mitad que mira hacia el mal es mal, esto es difícil de aceptar; porque, siendo el espacio que los encierra a ambos uno, ¿cómo es que la mitad es buena y la otra mitad mala? Pues no pueden hacer dos espacios y suponer un tercer espacio entre espacio y espacio. En cuanto a la propiedad de este tercer espacio, hay una tercera pregunta: qué es, de quién es y a quién se parece. Porque necesariamente el espacio que encierra es uno y en medio de él se encuentran muchas diferencias y límites. Pues los límites no limitan ni limitan el espacio como si éste llegara a un fin, sino que limitan las cosas en medio del espacio, es decir. ya sean casas o ciudades o tierras o montañas o llanuras o reinos o pueblos que estén limitados entre sí por el mar o tierra seca.
VI
Los impíos himnos al espacio de Bardaisán
La preeminencia que las enseñanzas maniqueas dan al espacio, la enseñanza verdadera se la da a Dios, porque él es su propio espacio. Porque mayores son las alabanzas que Bardaisán pronunció acerca del espacio que las que pronunció acerca del Dios en medio del espacio, que alabanzas no son adecuadas para el espacio, sino para Dios. Porque si son adecuadas para el espacio, su espacio se considera más excelente que su Dios. Pero la palabra piedad exige alabanzas como exige actos de adoración, y se las presenta al único Ser grande y adorable. Porque así como no es correcto adorar ídolos para que no haya muchos dioses junto con el Uno, tampoco es correcto otorgar el título de existencia al espacio junto con Dios. Y así como no es correcto postular otro poder que sea capaz de comandar a Dios, tampoco es correcto postular un espacio que sea capaz de limitar a Dios. Pues si se le somete en un aspecto, esto es una gran blasfemia. Pues así como no manda a todos si se le manda, tampoco limita a todos si se le limita. Pues si el título de comandante es necesario para su señorío, también lo es el título de espacio. Pues si todos los comandantes están bajo su mando, como se dice, también todos los lugares están incluidos en su grandeza, como decimos nosotros, es decir, como exige la verdad.
VII
Mani hace depender a Dios de una tierra luminosa
Mani continuó diciendo que Dios tiene también una tierra luminosa, y que él mora en ella. Y como lo hizo depender del espacio, lo hizo depender de una tierra. Porque no dijo que la tierra fuera una cosa hecha y dispuesta para el bien de sus posesiones, como el verdadero profeta dijo acerca del verdadero Dios: "No en vano la creó, sino para que su creación pudiera morar en ella" (Is 45,18). Y como él hizo la tierra para los seres inferiores, hizo los cielos para los seres superiores, y esas cosas y éstas existen para el bien de los seres creados, espirituales y corpóreos. Porque él antes de su creación no dependía de un cielo en el que morar, ni de un espacio (o dominio) dentro del cual estar.
VIII
Dios y el espacio en las herejías maniqueas.
Respuestas a las opiniones de Marción, Mani y Bardaisán
Contra Mani (primero) y Marción (después), con Bardaisán en el medio, se dirige una sola cuestión: Si esos cielos existen realmente para el Extraño, está claro que él no es una entidad, sino dos entidades diferentes entre sí. Y si un espacio lo rodea, entonces nuevamente hay tres entidades, y el espacio no es como los cielos, ni ambos se parecen a Dios. Se descubre que Dios es débil e inferior a los dos. Porque se descubre que un espacio lo rodea como siendo inferior, y que los cielos lo sostienen como débil, sin mencionar otras cosas que no explicaremos en detalle, que de hecho también refutan a Mani. Porque nombra un espacio y una tierra junto con Dios como una existencia real. Pero Bardaisán, que estaba en el medio y era inteligente, eligió uno y rechazó el otro. Esto lo hizo para poder refutar de ese modo a su prójimo, y no sabía que aquello de lo que se avergonzaba es el compañero de aquello que afirmaba. Porque dijo acerca de Dios que él está en medio del espacio, pero no atribuye existencia real a los cielos como lo hizo Marción ni a una tierra luminosa como Mani. Sin embargo, en su enseñanza, como ellos, limitó a Dios. Porque hizo que el espacio sostuviera a Dios y no sabía que hay algo fuera de Dios que lo rodea; y que hay algo debajo de Dios que lo sostiene, un espacio autoexistente como Dios. Porque ambos existen también, de modo que o bien el último se disolvió como el primero, o bien el primero se estableció como el segundo.
IX
¿Cómo pueden los cinco elementos de Mani venir de una misma raíz?
De nuevo, Mani continúa inventando muchas cosas, como las cinco naturalezas a las que él llama "las brillantes". Y ¿cómo, si él supone dos raíces, puede haber muchos seres confinados en medio de cada una de ellas? Porque ¿cómo de una fuente pueden venir objetos tan diversos como la luz y el agua, el viento y el fuego? Estos muestran acerca de su naturaleza como también el agua y la luz muestran que su raíz no es una sola. El creador de esta enseñanza era tonto aunque fuera inteligente. Porque dice que hay dos raíces para que nosotros no podamos decirle como dijo Bardaisán, que hay cinco raíces una encima de la otra. Mani divide una naturaleza en muchas naturalezas, las cuales son compuestas. Ésta es la refutación de esas dos: que el agua y el fuego, y las otras naturalezas brillantes, se dañarían mutuamente si existieran juntas como vecinas. En efecto, sin el contacto de la oscuridad que él representa (como el opuesto de las entidades), esas entidades se encuentran como dañinas entre sí si realmente existen. Porque así lo exige su existencia, y así lo prueba la experiencia. Pero si fueron creadas de la nada, la voluntad del Creador es capaz de hacerlas estar en paz unas con otras, y separarlas con ira una de otra, cuando estaban dañando y siendo dañadas.
X
¿Cómo podrían dichas entidades estar en contacto entre sí,
si el espacio fuera infinito?
Investiguemos brevemente ahora, oh Hipatio, acerca de estas dos raíces, dejando de lado muchas dudas sobre sus afirmaciones. Y preguntemos a Mani si las entidades estaban en contacto entre sí, o si estaban lejos una de la otra, o si una estaba debajo o encima de la otra. Si dice que una estaba opuesta a la otra, entonces Marción y Bardaisán son más sutiles que él. Porque Bardaisán supone que la oscuridad estaba debajo, debajo de todo; y Marción representa al Extraño como estando por encima de todo. Por lo tanto, si ese espacio en el que todos habitan es uno, y si la longitud de ese espacio es inmensurable, y su anchura infinita, ¿qué se quiere decir, al decir que todas esas entidades vivían en el mismo vecindario, y una encima de la otra o una detrás de la otra? ¿No había una posibilidad de que estuvieran dispersas y lejos unas de otras en ese espacio que es infinito?
XI
¿Por qué los falsos maestros tienen afinidades entre sí?
Esto demuestra que la enseñanza maniquea es fruto de un elaborado plan de los hombres. La causa de esta proximidad de sus dioses, que están cerca unos de otros, es evidentemente la siguiente: los falsos maestros están cerca unos de otros, por lo que reúnen a sus dioses. Y como están aprisionados en medio de un solo hueco de la creación, han aprisionado a sus dioses en un solo espacio. Y como no pueden salir de este mundo, para que no se les presente el argumento de "¿de dónde habéis percibido a sus dioses?", han logrado construir causas que dan lugar a que sus dioses estén en medio de este mundo, de modo que el efecto sea que de estos dioses hayan recibido la enseñanza revelada sobre sus secretos. Y como los niños que juegan en una amplia escalera, cuando uno se sienta en el escalón más bajo, su compañero, para enfadarlo, se sienta en el escalón del medio, y para resistirse a ambos, otro se sienta en el escalón superior, así son los heraldos del error. Para resistirse mutuamente han nombrado lugares, algunos de los cuales son más bajos que otros, y dioses que son más altos que sus compañeros. En el juego de los niños se encuentra la misma historia. Porque los niños que son mayores que otros tienen rangos uno sobre otro. Pero los maestros han nombrado dominios vacíos y dioses ociosos que no existen, e historias fútiles que no tienen raíz.
XII
Enseñanza de Mani, sobre sus dos raíces colocadas "una frente a la otra en un
nivel"
Como Mani vio que delante de él estaban sus dos hermanos mayores (a saber, Marción y Bardaisan), y que uno había dicho abajo y el otro arriba, se percató que si decía abajo, eso ya se había dicho; y si decía arriba, vio que no era nuevo. No sabiendo, pues, cómo debía representar las dos entidades que introdujo, cuando vio que la disposición de ellas arriba y abajo había sido tomada, las representó como siendo una opuesta a la otra en un nivel.
XIII
Enseñanza de Mani, sobre el cuerpo
Mani también profetizó por el espíritu de sus hermanos, e introdujo su propia doctrina del cuerpo (lit. materia) como algo común en todos ellos. Es decir, como algo siempre malo. De hecho, dicha visión del cuerpo (como algo malo) es algo predicado por todas partes, y sólo en la Iglesia es donde no se predica, porque tampoco esa visión se encuentra en las Escrituras. Así, pues, el cuerpo pertenece a la existencia malvada, según los maniqueos, en su conjunto y en sus partes.
XIV
¿Por qué Marción introdujo la materia en su enseñanza?
Si Mani y Bardaisán han llamado Dios al Creador, tal vez podría habérseles ocurrido llamar también a la materia Dios, porque para ellos fue la causa de la creación. En cuanto a Marción, ¿que lo obligó a rasgarse de nuevo la túnica, y bailar con la libertina? Porque si dice acerca del Extraño que él no es el Creador, esto sería suficiente para ponerlo en error. Porque dijo que el Ser bueno vino (él, que no hizo cosas) y dio vida a los hijos del Creador; y como no tenía propiedad en el reino del Creador, no sería necesario que se hiciera cargo de la causa de la materia. Y si para demostrar que el Creador engañó a la materia, el Extraño mismo no le mantuvo la fe cuando vino, y transfirió mediante ayuno y oración los cuerpos que eran materiales, y después de haber realizado toda esta obra en ellos los envió por muerte al reino de la materia, los sacó al elevar los cuerpos de Enoc y Elías al cielo, y prometió la resurrección en sus Escrituras, cuando le dijo a Daniel: "Ve, descansa hasta el fin, y estarás en tu tiempo al final de los días" (Dn 12,13). ¿Y quién obligó a Marción a introducir el tema de la materia, excepto la materia misma, porque ella, que es predicada, no podía dejar de hacer una revelación sobre su nombre por boca de sus predicadores?
XV
El tema del cuerpo, común en los tres herejes
El cuerpo material es, por tanto, una señal puesta sobre todos estos herejes, de modo que por una señal puesta sobre todos ellos se pueda saber que todos son uno. Pero los asnos salvajes son débiles contra un león fuerte. Cuando lo ven, en verdad se reúnen contra él como si fuera uno solo y victorioso, pero él desgarra a uno y, en cuanto a los muchos que se han reunido, los dispersa a todos por medio de uno. También la verdad en su esplendor, cuando vence a uno de los falsos maestros, por medio de aquel que fracasa, derrota a todos los que se han reunido. Porque todos los que están en el error son miembros unos de otros. Pero cuando un cuerpo es atrapado por uno de sus miembros, también los miembros que no están atrapados son atrapados por el que está atrapado. De hecho, está escrito acerca de aquellos engañadores anteriores: "Todos los que han venido son ladrones y salteadores". Bienaventurado, en cambio, aquel que es capaz de soportar el insulto, y bienaventurado también aquel a quien el insulto de ellos no le alcanza en absoluto, como para perturbarlo.
XVI
¡Qué locura suponer que el bien se refina y asciende!
¿Qué insulto es mayor que el de los herejes, que dicen que el bien se va refinando poco a poco y va subiendo? ¡Oh locura indecible! Pues sería justo que se añadiera algún otro bien al primero, para que el mal constituyente fuera más débil y no prevaleciera sobre él y anegara al mundo. Pero son como frutas cuyo exterior, cuando están secas, engaña a quienes las ven. Pero cuando se las aprieta entre dos cosas duras, entonces se revela convincentemente la sequedad que hay en su interior. También a los hombres se les coloca entre dos palabras verdaderas, de modo que toda su larga fabricación se disuelve brevemente.
XVII
Enseñanza de Mani, sobre cómo se puede vencer al malvado constituyente
Si el mal que está mezclado en nosotros, como dice Mani, nos daña, entonces una de estas dos cosas puede ser: o que ese mal pueda ser separado de nosotros para que no nos dañe, o que el bien constituyente pueda aumentar en nosotros (para que el mal que está en nosotros pueda debilitarse, para que no nos mate).
XVIII
Si el bien sube, ¿cómo podrá aquí vencerse al mal?
Si el elemento bueno está mezclado en el elemento malo, las almas existirían en una condición mala, pues ¿cómo pueden existir en una condición buena cuando la fuerza del mal aumenta en ellas? Porque en proporción a que el bien "se refina y sube", así el mal se vuelve feroz y desciende. Y así como ese bien que ha sido refinado y ha subido es victorioso y reina, así también ese otro bien que se deja atrás es derrotado y sofocado. Porque la victoria que obtienen aquellas almas que han sido refinadas y han subido sólo ha aumentado la derrota de aquellas almas que se quedan atrás. Porque en proporción a que todas las partes de la luz se han mezclado en el mal disminuirían el mal por su cantidad para que no las sofocara. Por lo tanto, así como aquellas almas que son "refinadas y suben" son victoriosas y exultantes, así también aquellas almas que son dejadas atrás son derrotadas y sofocadas. No obstante, ni siquiera ahora las almas son capaces de ser refinadas y de subir, porque la inmundicia del mal pesa pesadamente sobre ellas.
XIX
Ningún poder semejante a las almas podría liberarlas, sin ser
abrumado
Puesto que ese otro poder del bien viene y no se confunde, está claro que no es de la misma naturaleza que esas almas que están sofocadas. Y en lugar de venir esas almas que lucharon con el mal, ¿por qué al principio no vino ese poder cuya naturaleza no puede ser abrumada por las "inundaciones del mal"? Pero si se descubre que ese poder es de la misma naturaleza que esas almas que están abrumadas, es evidente sin discusión que por medio de esa inmundicia que las intoxicó, el que viene está perturbado.
XX
Si el cuerpo es esencialmente malo,
¿cómo puede la verdad venir de maestra, vestida con tal cuerpo?
Según esta refutación infalible, y esta evidencia innegable, y esta demostración incontestable y esta experiencia que ni yerra ni hace errar, Marción, Mani y Bardaisán, porque estaban revestidos del cuerpo que representan como proveniente del elemento del mal, no pudieron ser buenos en él, porque, como dicen, proviene del Maligno, ni podían ser rectos, porque es vicioso; ni podían ser verdaderos, porque miente; ni podían ser puros, porque es turbio. Y que no se enojen porque hayamos dicho estas cosas contra ellos por nosotros. Porque su boca los derriba, no nuestra lengua; y su enseñanza, no nuestra voluntad; y su error, no nuestra libre elección. Porque dijeron que el cuerpo proviene del elemento del mal y miente; Y es evidente que, como sus almas tocaban esta arpa odiosa, la "inmundicia embriagadora del cuerpo" no permitió que la melodía de la verdad sonara en sus cuerdas. Por lo tanto, han decidido en contra de sí mismos que son predicadores del error, debido al hecho de que están mezclados en el cuerpo que proviene del error según su decisión. Porque el cuerpo habla en contra de ellos.
XXI
La verdadera enseñanza sobre el cuerpo, como instrumento y compañero del
alma
Si el alma puede oír la verdad, y decir lo que es justo por medio de los sentidos del cuerpo (pues a nosotros, que somos hijos de la Iglesia, nos corresponde propiamente la función de enseñar, puesto que confesamos, según la predicación de los profetas y apóstoles, que el cuerpo es afín a todas las bellezas del alma y es compañero suyo en todos los bienes, puesto que puede aprender por medio de él y enseñar por medio de él)... el cuerpo es como una trompeta para ella, pues por su boca predica la verdad en el mundo y es un arpa pura para ella, por medio de la cual hace sonar la verdad en la creación. Pues junto con él se adorna el alma, así como junto con él se mancha. En efecto, son iguales en cuanto a ganancia y pérdida, y en todo, como amigos, se convienen entre sí. En efecto, acuden a la lucha como compañeros y a la corona del vencedor como socios, aunque se crea que el alma lucha contra el cuerpo. Pero a un sabio no se le escapa que el triunfo es de ambos. Pues cuando el cuerpo es casto y el alma casta, es una ganancia común, así como también cuando el alma es impura y el cuerpo impuro, es una pérdida común. Y la naturaleza muestra acerca de esto que cuando son malos, ambos son llamados con un mismo nombre de maldad, y cuando son justos, ambos son llamados con un mismo nombre de bondad. Por otro lado, por los miembros visibles del cuerpo los movimientos invisibles de la mente son conocidos.
XXII
Cuerpo y alma son vitalmente uno
Así como el cuerpo está al lado de su sombra real, así también el alma está al lado del cuerpo. Pues la sombra del cuerpo no tiene poder alguno aparte de su cuerpo, sobre su movimiento es dependiente, ni el cuerpo tiene poder alguno aparte del alma, sobre su guía en todo. Es más, si la sombra se muestra como sirviente del cuerpo, también proclama quién puede influir en él según su poder. Mas ¿por qué se ama a la sombra tanto como se ama al cuerpo? Porque la sombra no puede oír ni ver como el cuerpo, y el cuerpo vive con el alma y es visto por medio de ella. Pues la sombra no puede ver ni oír, ni con el cuerpo ni separadamente de él. Pero el cuerpo ve sin su sombra, y sin el cuerpo oye y habla. No existe con ella ni por medio de ella; no se cuelga de ella cuando está cansado. Pero el alma y el cuerpo existen uno en el otro, y uno de ellos no puede existir separado de su compañero.
XXIII
Sobre la intimidad del alma y del cuerpo
Introduzcamos ahora, oh Hipatio, algunos temas en medio de otros temas para que todos ellos tiendan a la edificación. Preguntemos a los herejes que se apoderan del alma y abandonan el cuerpo, aunque el alma en su amor y conducta no haya abandonado al cuerpo. Pero el cuerpo existe entre los dos, entre el alma y la sombra, una invisible dentro, la otra fuera de ella; ambas están unidas en este vaso intermedio. La sombra es el objeto despreciable, pero el alma es el objeto glorioso. Pero si el cuerpo es algo dependiente, no depende de la sombra como para tomar prestado algo de las sombras, pues utiliza sus propios miembros como objetos reales. Pero el alma, que es grande y perfecta, ¿cómo puede depender completamente del cuerpo? Porque no puede hacer nada sin él. El oído entra en ella por los oídos, el olfato por la inhalación del cuerpo, ve las formas por los ojos del cuerpo, prueba los sabores con la boca del cuerpo, con el corazón del cuerpo discierne el conocimiento y con todo el cuerpo todo tipo de cosas. Con el tacto de sus dedos obtiene una percepción grande y sutil, toca con el dedo las venas y aprende cosas que son invisibles. Describe todo lo que hay en un cuerpo enfermo como si el alma hubiera entrado en él. Describe al enfermo cosas invisibles que están ocultas en él. De él aprende la verdad sobre su enfermedad que tiene, el enfermo no deja de entender, el dedo se convierte en como si fuera la boca que habla; cuando llama, nadie oye, porque llama en silencio; habla con él, mientras que los que están cerca no lo oyen. Le describe su sufrimiento y le cuenta su pena. Y hay un pasaje donde dijo engañosamente: Así mismo, cuando llega el fin, el alma aprende todas estas percepciones por medio del cuerpo; y así como estas cosas que están aquí se aprenden por medio de él, así también estas cosas que están por venir se adquieren en conjunción con él. Y si estas cosas que están por venir son más sutiles que el cuerpo de acuerdo con los lugares en los que están, así el cuerpo sufrirá cambios. Porque esa voluntad que lo hizo burdo para el propósito burdo que está aquí presente, hizo para él esa morada espiritual que está allá. Cuando Elías estaba en la tierra, vivió como un terrenal, y fue llevado a la morada espiritual desde la esfera terrenal a los cielos. Durante cuarenta días disciplinó su cuerpo con el rigor del ayuno, y no tuvo hambre ni sed cuando estaba huyendo de Jezabel. Él fue veraz por las Escrituras, y recibió la verdad por experiencia, y quien es veraz, por las Escrituras declara la verdad. Porque la mente era suficiente para el alma aparte del cuerpo; la mente no encuentra el cuerpo aparte del alma; el alma no le bastaba; adquirió entendimiento a causa del cuerpo, y el cuerpo no lo pone fin, ya que por medio de su alma el cuerpo adquirió vida animal, por medio del otro se adquieren el uno para el otro, y son un espejo el uno del otro. Y así como ambos se percibieron mutuamente por la mezcla de ambos juntos, así también por medio de la muerte ambos se olvidan mutuamente.
XXIV
¿Por qué el alma se vistió de cuerpo?
Si el alma tiene pensamiento sin cuerpo, ¿tiene también necesidad? Y si el movimiento y la acción existen, tampoco tiene necesidad del cuerpo. Y si no tiene necesidad de él, ¿cómo se vio obligada a revestirse del cuerpo? Y si se vistió del cuerpo porque fue obligada, el alma espera a su cuerpo en la resurrección, para que en ambos mundos el cuerpo pueda ser para ella un hermano, un sirviente y un compañero. Pero si tiene un alma de su naturaleza, ¿por qué depende de un cuerpo ajeno? Y si a la vida animal le agradó ponerse el manto de piel, ¿sobre quién se coloca su piel, ya que su piel está relacionada con la piel? ¡Qué agradable fue para la naturaleza sutil del alma ponerse el manto grosero del vil cuerpo! Pero era vil según su explicación. Pero no era vil porque el alma alaba a quien la vistió con la cobertura racional de los sentidos inteligentes para que uno pudiera regular al otro mediante el conocimiento. ¿Y qué puede darle ese sentido extraño que está mezclado en él, ya que, como dicen, es una naturaleza extraña? Y si es extraña, se opone a ella. Mas si le hubiera dado ceguera y no vista, entonces le estaría privando de la vista.
XXV
¿Por qué el alma es tan íntima con el vil cuerpo?
El cuerpo tiene una sombra; como cosa despreciada que no la llama a sus cosas buenas ni la lleva a sus cosas malas. Pero ¿qué le ha sucedido al alma que hizo del cuerpo su compañero y lo convierte en una persona tan íntima? Y aun el sueño que el alma ve aparte del cuerpo cuando el cuerpo está dormido, cuando despierta el alma requiere que el cuerpo cuente el sueño que ha visto. El sueño, realmente, viene de ambos, Por lo tanto, el sueño que ve aparte del cuerpo, el alma no lo ve realmente aparte de él, y por él y con él y en medio de él tiene su sueño. Es decir, dependen uno del otro, en el sueño y en el dormir no están separados uno del otro, y están mezclados entre sí. Pero en la muerte están separados uno del otro, en la esperanza de su resurrección. Anhelan su resurrección como un sueño, de modo que así como después de su sueño el recuerdo llega a ambos, así también después de la muerte el alma anhela los sentidos del su cuerpo, y se vuelve como la forma ideal y pura que dejó atrás. En el otro mundo, si su compañero lo dejó cuando estaba racional y se fue a dormir, el alma perdió toda su memoria; cuando entró en el cuerpo y se revistió de los sentidos, entonces ganó percepción, y ve incluso en un sueño porque tiene el cuerpo; pero pierde sus sentidos en la muerte. Ni tampoco lo que dejó atrás viene a él. Porque si el sueño privara al alma de toda su memoria, ¿no lo haría la muerte? ¿Cómo entró el alma en el cuerpo y se vistió con su grosería? Porque es correctamente claro que el cuerpo no ayuda al alma a ascender, que él le atribuye, ni recibe de él su ascenso, que él proclama. ¿Cuál puede ser entonces la causa de que el alma descienda de la casa de la luz, de modo que nazca en el cuerpo grosero? En cuanto al alma, el anhelo de su casa la perturba, como dicen los maniqueos, y toda su búsqueda pertenece a la deficiencia, porque "el alma pura vino al cuerpo turbio, de modo que aunque era una cosa que no era deficiente, ganó a través del cuerpo una deficiencia muy grande".
XXVI
Sobre la preexistencia del alma, y su entrada en el cuerpo
Si el alma vino de un lugar, como dicen los maniqueos, quienes no saben lo que dicen, ¿cómo y por qué no es capaz de regresar a su lugar natural? Pues si fue enviada cuando era niña, fue aquí donde recibió el entendimiento, y ese lugar que estaba privado de inteligencia fue abandonado por ella. Y si cuando poseía el conocimiento fue conducida en su camino, ¿cómo dejó atrás el entendimiento? Y si el cuerpo la perturbó y por lo tanto olvidó, mientras esté asociada con el cuerpo es olvidadiza. Y si es olvidadiza, ¿cómo le enseñan los falsos maestros a recordar algo que ha olvidado? En realidad, perdió su conocimiento y una voz prestada le enseña de nuevo; perdió todo su entendimiento y un zumbido en el oído le hace recordar. ¿Y cómo el cuerpo no perturba esa voz que lo enseña, ya que se encuentra entre dos cuerpos (es decir, entre el que habla y el que escucha)? Porque sale de la boca del cuerpo y entra en el oído del cuerpo. Y si la débil voz de la enseñanza no se ahoga en los innumerables oídos de los oyentes, es decir, no se confunde hasta el punto de proclamar el error en lugar de la verdad (pues, como suponen, proclaman la verdad a sus oyentes), ¡cuánto más, por tanto, el alma, que es más fuerte que las palabras, podría purificar el cuerpo en el que habita, si habita en él sin impureza! Además, un alma no necesita de otra alma para aprender o enseñar. Así como las fieras no dependen unas de otras, porque la vida animal forma parte de su naturaleza, así tampoco un alma depende de otra en materia de conocimiento, porque su conocimiento esencial es el mismo, si, como dicen, la esencia de todas las almas es una. Pero si su conocimiento no es uno, su esencia no es una.
XXVII
Toda enseñanza ha de partir de la verdadera naturaleza de los cuerpos
En todas las refutaciones a Mani, la misma verdad vence y es coronada, en que si el alma es vencida por el cuerpo, mucho más fallaría la enseñanza dada por el oído. Y si la enseñanza no falla, mucho menos falla el alma. Oh, entonces, que los herejes no enseñen, porque la enseñanza es inútil. Porque si el maestro no yerra, ¿cómo yerra la enseñanza, ya que ambos están revestidos de cuerpos? Y si el maestro y la enseñanza provienen de una raíz y ambos están cubiertos con la carne, ¿cómo es que uno es amargo y otro agradable, cómo uno se extravía y otro enseña, uno vaga y otro guía? Y si su raíz es agradable y (sin embargo) su perturbación es amarga, o son amargos como el cuerpo o agradables como la buena raíz, o todos son amargos, y uno de ellos no es dulce, o uno de ellos no recuerda. ¿Cómo, pues, escapa quien escapa, y cuál es la causa de que encuentre la liberación, si todos son de una misma familia y de una entidad?
XXVIII
¿Cómo pueden provenir diversas almas de una sola raíz?
¿Y cómo es una sola existencia cuando de ella se desprende un bien y otro el mal? Si hay recuerdo en toda la raíz, entonces no hay error en toda la esencia. Y en cuanto a los hijos de esta esencia, ¿cómo fracasa uno y triunfa otro? Su esencia no es la misma. Pues, ¿cómo yerra el que yerra y su compañero que está con él no yerra si su naturaleza es afín a la naturaleza del otro? Si son de la misma naturaleza, en la contienda son compañeros. Y si a causa de este cuerpo con el que está revestido, se extravía, entonces ¿cómo su maestro que está revestido del cuerpo no se extravía como él? Y si el maestro, a pesar del cuerpo que es capaz de enseñar, muestra en lo que se refiere a su alma que existe por su poder (pues sabe que si enseñara como su compañero, sería humillado), ¿cómo nos enseña que el mal no es el mismo puesto que de él proviene uno que es feroz también en la parte que conquista?
XXIX
El alma preexistente, y su lugar
¿Cómo enseñan los falsos maestros estas moradas y lugares? Porque los lugares son creados en sus mentes, y no son vistos. Si el alma ha venido de un lugar, ¿cómo olvidó su lugar? Pero si el cuerpo la perturbó, y olvidó su lugar permanente en el que moraba, ¿cómo no perturba las imágenes de la mente?
XXX
Un ascenso continuo de almas dejaría, a los que quedan atrás, abrumados por el
mal
Si una cantidad de vino embriaga y extravía, ¡cuánto más embriagará y extraviará una cantidad de error! Pero si, como dicen, el número de almas disminuye constantemente de día en día porque se "refinan y suben", ¿cómo pueden vencer las almas que se quedan atrás, viendo que se quedan en medio de una cantidad de mal que no pueden vencer? ¿Por qué no unen todas sus fuerzas contra el mal? ¿No está claro para los ciegos que cuando un rey va a luchar una batalla feroz contra una fuerza numerosa, une su fuerza con otras fuerzas? Pues bien, si los reyes añaden sabiamente fuerzas a sus fuerzas, en esta batalla que, como dicen los maniqueos, es más feroz que estas batallas nuestras, ¡mirad cómo el número de las almas va disminuyendo tontamente!
XXXI
El método correcto para separar el bien del mal
Considera, oh Hipatio, cuán necia es la sabiduría de la enseñanza maniquea, y no saben cómo ocultar su falsedad. Pero ¿cómo puede la falsedad esconderse de la faz de la verdad? Así, en lugar de lo que afirman los maniqueos (que "el bien se refina y sube"), sería justo que el mal se consumiera y fuera eliminado poco a poco y arrojado a otro lugar, pues de esta manera habría habido ventaja para ambas partes. Además, el mal que fuese eliminado de allí no sería capaz de vencer debido a su derrota, y el mal que quedase atrás habría podido ser fácilmente vencido debido a su pequeñez. Pues en la proporción en que las partículas del mal fueran arrancadas de día en día y eliminadas, así las partículas del Bien habrían sido fortalecidas de hora en hora, y habrían vencido.
XXXII
La maldad puede ser disminuida por un aumento de bien
En lugar de estas dos cosas deseables que acabo de mencionar, he aquí que, por el contrario, se hacen dos cosas odiosas. Porque las partículas buenas que han sido refinadas son atormentadas y luego escapan, y las Partes que quedan, mira, son atormentadas y no pueden escapar. Porque su pequeñez es absorbida por la abundancia del mal. En cuanto a aquellos, por lo tanto, que dicen que el mal y el bien están mezclados, y que estos constituyentes vencen y son vencidos, no es correcto que debiliten el mal con leyes y mandamientos. Porque de esta manera el mal no se debilita. Pero deberían hacerse medidas y pesos, y dondequiera que vean que el constituyente malo es grande en un hombre, que más bien viertan en él dos medidas de bien para que el constituyente supere al otro. Porque así lo enseña la experiencia en las mezclas. Porque las cosas frías se mezclan con las cosas calientes para que el calor se mezcle y, cuando el calor haya sido disminuido, no puede volver de nuevo a su fiereza.
XXXIII
Sobre cómo el bien puede quedar desbordado
Debe ser, por tanto, que, como dicen los maniqueos que las almas son "refinadas y suben", así también el mal gana poder, porque las numerosas partes del bien son "refinadas y suben" hacia aquellas partes que quedan atrás. Si esto es así, ¿cómo puede vencer el bien? Pues he aquí que la inmundicia de todos estos compañeros suyos que han sido refinados se les ha añadido. ¿Y qué boca se atreve a decir que estas almas pueden escapar del mal? ¿Y qué boca se atreve a decir y a fabricar esta enseñanza? De modo que el alma fue tragada por el "mar amargo".
XXXIV
Sobre la fuerza relativa del bien y del mal, cuando se mezclan
Fácilmente miente la falsedad, mas fácilmente es desenmascarada por la verdad. Así, si los falsos maestros se preparan de nuevo otras salidas, de nuevo se les preparan otros lazos. Porque aunque esa oscuridad sea grande en el sentido de que cubre todos los lugares, sin embargo la luz es mayor que ella, en el sentido de que la expulsa de todos los lugares. Pero para que sepas que cuando una gran cantidad del bien se mezcla con el mal, entonces el mal es capaz de vencer, preguntémosles de nuevo: ¿por qué de todas estas partículas que están mezcladas actualmente con el mal, sólo una gota no estaba mezclada con el mal desde el principio? Si los maniqueos dicen que una sola parte de todas las partes que están mezcladas en la actualidad sería capaz de vencer al mal, ¿cómo es posible que la mayoría de las partes sean vencidas por el mal? Pero si dicen que el bien se ha mezclado con el mal sólo para que éste pueda vencer a la gran cantidad del mal, confiesan, aunque no lo quieran, que cuando ese componente bueno predomina en su cantidad, entonces se vence la ferocidad del mal. Por lo tanto, fácilmente falla toda doctrina que diga que el bien se refina y asciende a partir del mal, pues sería necesaria una adición, y se añadiría el bien para que, por la cantidad del bien, se pudiera disminuir la ferocidad del mal.
XXXV
Sobre la procedencia de las almas, y sus manifestaciones tan diversas
Que el error sea azotado por las investigaciones de la verdad, para que sus discípulos también se confundan cuando se les convenza y se les haga ver cuán grandes son sus errores. Porque si, como dicen, todas las almas son de una sola naturaleza, y su naturaleza es pura y hermosa, ¿cómo puede haber en ellas dos tendencias que se dividen una contra la otra? Porque hay entre las almas algunas que se equivocan y otras que no se equivocan; algunas que pecan y otras que son declaradas justas; algunas que aman el bien y otras que lo odian. Que nos digan, pues, cuál es la causa de esta división, de modo que las almas están divididas unas contra otras, de modo que no son muy distintas ni concuerdan con la fuente de la que proceden. Si su esencia no es como su naturaleza, se descubre que su fuente está dividida contra sí misma. Y he aquí que, en virtud de lo que es, un gran mal habita en ella, y la perturbación que hay en ella no puede ser purgada porque es una esencia cuya inmundicia, en virtud de lo que es, no puede ser refinada. ¿Por qué entonces, oh Mani, las almas no vinieron de esta buena parte para hacer guerra con las tinieblas, ya que antes de la guerra habían tenido una gran guerra en su propio dominio, puesto que su esencia estaba dividida contra sí misma?
XXXVI
Sobre las almas que abandonan la bondad
Aun en el caso de estas almas puras, hay que decirlo de una vez: su naturaleza no es siempre pura, pues también a ellas les sucede que a veces pecan. E incluso en el caso de que esta tendencia de su naturaleza al pecado no siempre permanece en ella, siempre producirá frutos amargos y dulces.
XXXVII
¿Puede el libre albedrío cambiar la esencia de las cosas?
Si los maniqueos dicen que las almas tienen libre albedrío, ¿cómo se descubre que su libre albedrío blasfema contra su esencia? ¿Y cómo es posible que su voluntad se divida contra su raíz? ¿Y cómo puede una entidad ser lo opuesto de sí misma? Comprueba, oh Hipatio, que cuando la mitad de ella compite con su otra mitad, por su voluntad dividida, ¡cuánto más da evidencia de que en el fruto dividido que sale de ella se indica su carácter contradictorio! Pues bien, si esa raíz es homogénea y sus partes homogéneas, ¿cómo el libre albedrío que sale de ella trae reproche por sus frutos al Padre de las almas?
XXXVIII
La buena voluntad no puede ser afectada por Satanás
Si los maniqueos dicen que las almas tienen este libre albedrío, y que este libre albedrío proviene del Puro, y que por la astucia de Satanás este libre albedrío se extravía, y que por la enseñanza de una voluntad sabia (¿la suya?) se puede obtener otro libre albedrío, y otra voluntad... ¿cómo es posible persuadir a esta voluntad que no es capaz de ser persuadida? Mas si la separación de estas cosas ocurrió por la fuerza, y el mal regresó a su raíz, y su voluntad también regresó con él, y el Bien también fue a su naturaleza y su libre albedrío fue arrastrado con él, mientras que esta limpieza se piensa que es algo bueno, luego se reduce a la nada. En efecto, entre los falsos no hay fundamento verdadero, y por eso lo que se construye con dificultad se derrumba después sin dificultad. Pues, he aquí, la opinión de los falsos es que, por su voluntad, olvidan siempre y para siempre. ¿Y cómo es que la buena voluntad que está mezclada en ellos no les recuerda? Y no bastaba con que no les recordara en absoluto, sino que el mismo recordatorio se olvidó junto con ellos. Y además, ¿cómo hay otros que no olvidaron, y la voluntad del error no fue capaz de hacerles olvidar? Y si éstos que olvidaron, olvidaron a causa del cuerpo con el que estaban revestidos, he aquí que también éstos que no olvidaron fueron revestidos de la carne.
XXXIX
¿Por qué el alma no puede resistir a Satanás?
Para que sepas que la voluntad del alma es siempre odiosa, oh Hipatio, ya que el libre albedrío existe en virtud de su propia naturaleza, aunque no sea bueno; porque Satanás no intoxicó a las almas por medio de la inmundicia de su fuerza para que el alma no supiera cuando hace el mal que estas cosas son malas. Incluso si hubiera sido así, es digno de gran censura, ya que, así como algo que proviene del Puro tiene una naturaleza que puede errar y hacer errar, y Satanás se burla de él como uno se burla de un borracho (y seguramente fue él quien embriagó al alma y se burló de ella), el alma no lo embriagó con su aliento para que pudiera burlarse de él. Y en cuanto a aquellos que como enemigos se burlaban de Sansón (diciendo: ¿Era un nazareo de Dios, ya que toda inmundicia se burlaba de él? ¿Era un hombre fuerte, ya que una mujer lo humilló y se burló de su cabello?), los que se burlaban de Sansón se burlaban de ellos, porque una investigación justa se burla de ellos cuando exige y busca saber cómo esta alma que procede del Bien, y este ser santo que procede del Puro, y este ser sabio que procede del Saber, y este ser casto que procede del Venerable, ¿cómo el Maligno embriagó al alma, por medio de su inmundicia, y todo este mal se burló de ella, y avergonzó su castidad y volvió despreciable su venerabilidad e hizo errar su sabiduría y profanó su pureza? Y lo que es más importante es el hecho de que hizo de ella un discípulo y le enseñó a insultar a Dios, a quien llaman el Padre de las almas; y Sansón estaba tan lejos de blasfemar que en realidad oró a Dios. Pero el alma pura, aunque proviene de Dios, injuria y maldice su raíz y vilipendia a su Padre, rebelándose contra él y convirtiéndose en su enemiga. Tampoco todas aquellas almas a quienes esto les sucedió aquí vinieron de allí, porque procedieron de su Padre para no venir aquí y extraviarse de él y blasfemar contra él. Y si desde el momento en que vinieron aquí se extraviaron, tal vez habría una excusa antes de que vinieran, porque todo pertenece a Dios, y el Ser bueno habría mostrado su conocimiento previo como quien todo lo sabe.
XL
Sobre el conocimiento previo del alma rebelde, y lo que ésta indicaría
Si aquellas almas que vinieron y se rebelaron, vinieran también de allá, sabrían antes de venir que cuando vinieran se rebelarían contra él. Y no sólo se rebelaron desde el momento en que llegaron aquí, sino que también cuando estaban allí junto a él se descubre que se rebelaron contra él, en la medida en que poseían un conocimiento rebelde. Porque es necesario que una de dos cosas, o que lo supieran o que no lo supieran. Si lo supieran, entonces serían desleales hacia él, y si no lo supieran entonces, por otro lado, habrían estado en el error allí antes de venir aquí, y siempre había lugar para la deslealtad y el error en él; y no podría estar tranquilo de la lucha incluso cuando el enemigo fuera de él no lo molestara. Porque si sus enemigos lo dañan porque son desleales hacia él, entonces es una división dentro de él la que es capaz de contender con él. Y si no lo era, entonces sería una división dentro de él la que podría luchar contra él. desleal a sí mismo, ¿cómo son desleales a él las almas que vienen de él?
XLI
Resumen refutatorio contra los maniqueos
¿Quién podrá detener esta fuente de preguntas, si las cosas que se han dicho son muchas y las que se mantienen no son pocas? Cuanto más se contradice esta enseñanza falsa, más se descubre que los fracasos se agolpan en ella y, por lo tanto, que, según sus palabras, su maestro estaba borracho, en verdad. Porque lucha como un borracho que cae dondequiera que se vuelve. Mas de momento, oh Hipatio, sometámonos y aceptemos de ellos lo que la verdad no puede aceptar. Porque les haremos creer que han venido a vencer para que puedan permitirse ser derrotados con justicia.
XLII
Sobre el parentesco de las almas con el Maligno
Si el Maligno embriagase realmente a las almas extraviadas, ¿no es evidente que lo que embriaga nuestra naturaleza es afín a ella, y que ésta no puede ser cautivada por la avidez ni embriagarse por nada, a no ser que le agrade en extremo? El exceso en la bebida nos demuestra lo agradable que es el vino, pues, como es muy agradable, se ha bebido en grandes cantidades, y como se ha mezclado mucho con la bebida, el bebedor se ha perturbado mucho en su ánimo. Si se nos da a beber vino, licor fuerte o cualquier cosa que nos resulte agradable, nos embriaga. De la misma manera, el Maligno y Satanás embriagan al alma por medio de las cosas que le son agradables, es decir, por la falsedad, el orgullo y la arrogancia, junto con todas las cosas odiosas. ¿Y cómo podrían ser aceptables para el alma las cosas ajenas a su naturaleza? Si los borrachos son cautivados por medio del vino, el vino es el único medio para que los ebrios se sientan atraídos por él. Si en un momento de gran necesidad recibimos medicinas que se oponen ferozmente a nuestra naturaleza, puesto que en ellas hay un beneficio para nuestros dolores, ¿cómo se complace el alma con las cosas malas y placenteras por medio de las cuales seguramente se enferma?
XLIII
El Maligno no embriaga al alma, porque ésta recuerda los mandamientos, aunque los
quebrante
Las cosas que nos embriagan también nos quitan la memoria, de modo que los borrachos que se extravían no son culpados, porque no saben que se extravían con seguridad. Pero el Maligno, que embriaga al alma con cosas placenteras, no puede quitarle el recuerdo de los mandamientos y las leyes. Pues considerad a los que cumplen el mandamiento cuando lo conocen, y a los que se rebelan contra la ley y que están familiarizados con la ley: no por falta de conocimiento las almas pecan, sino a causa de la arrogancia, ya sea de su naturaleza, como dicen los falsos maestros, o de su libre albedrío, como enseñan los verdaderos. Porque, aunque saben lo que es la justicia, hacen el mal; y aunque conocen la rectitud, cometen locuras; y aunque conocen la verdad, son negados; y aunque son conscientes de la pureza, se vuelven impuros. Y aunque un nombre malo les resulta odioso, se complacen en la obra del Maligno; y aunque confiesan al Benigno, están lejos de las buenas obras. ¿Cómo, pues, el Maligno los emborrachó como dicen, siendo que existen en toda esta percepción? Y si no lo supieran, entonces no serían culpables; pero es una cosa muy mala que, aunque lo sepan, no hagan, y aunque sean conscientes, no practiquen.
XLIV
Sobre el alma y las obras de las tinieblas
¿Cómo aprenden a obrar sabiamente las malas almas que no están acostumbradas a aprender, y cómo se descubre que las buenas almas que son sabias por su conocimiento son inhábiles en la práctica? Pues el alma no está entrenada en lo que le concierne, y su adversario es muy astuto, pues incluso... obliga a los hombres, pues esta alma que ellos llaman luz, cuando practica las acciones de la vergüenza, va a la oscuridad para pecar. ¿Y cómo apartó su rostro de la luz, su pariente, y en la oscuridad realizó las acciones de la oscuridad?
XLV
Sobre el alma y las estrellas
Los maniqueos ven al sol en su ceguera, y ellos realmente lo adoran, y a la luna (tal es su locura) la magnifican grandemente y la llaman "nave de luz que lleva la carga de sus refinamientos a la casa de la vida". Además, respecto a estos resplandecientes que llevan las cargas, ¿no llevaron y trajeron armas victoriosas a las almas que fracasaron en la guerra, que fracasaron porque eran débiles, y no porque su voluntad no quiso vencer?
XLVI
El alma, suficientemente fuerte para resistir a Satanás
Si los maniqueos son tan débiles en su naturaleza, su naturaleza se avergüenza. Y si se extravían por su conocimiento, desprestigian su raíz. Y si por su voluntad son capaces de vencer, ¿por qué dicen acerca del alma que se emborrachó, y que fue Satanás quien la obligó a emborracharse por la fuerza? Porque el alma es más fuerte que Satanás, y cuando practica el mal, en verdad niega el mal e injuria a Satanás. En efecto, Satanás no la condujo ni la llevó cautiva por la fuerza, porque los cautivos no están acostumbrados a injuriar al rey que los toma cautivos, y los sirvientes tienen miedo de sus señores y los discípulos de sus maestros. Pero ¿cómo no tiene miedo el alma de reprender a su amo?, y he aquí, es un amargo huésped cuando se queda con él en su amada casa. Porque el cuerpo, como dicen los maniqueos, es su casa, y casa del Maligno. Así, si el Maligno es dueño de su propia casa, ¿cómo permite que el alma lo insulte? En la controversia del verdadero horno esto no puede sostenerse, porque no le daría lugar para insultarlo con palabras. Pero el alma es más fuerte que Satanás por su libre albedrío, como también es más fuerte que él por sus palabras y porque es capaz e descubrir al que es la causa del mal.
XLVII
El libre albedrío es independiente, y no proviene de un elemento
ligado
Si el libre albedrío tiene el carácter de una "naturaleza ligada", ¿cómo hay en él sentimientos que son diferentes entre sí? Y se encuentra que no hay dos entidades que compitan entre sí, como dice Mani, ¿por qué son una cosa consecuente a otra cosa? Porque según los maniqueos la libertad no tiene una voluntad independiente, y está ligada a algo de lo que ha venido. Y si fue creada de una entidad, la libertad del alma depende de las entidades. Si son buenas, ella es buena, así como si son malas, ella es mala. Y si los entes son buenos o malos, ella es como ellos. Y por necesidad, un libre albedrío como éste no es en absoluto libre albedrío, sino una sombra de los entes o de las "naturalezas ligadas", de modo que dondequiera que se vuelvan, el libre albedrío gira con ellos de la misma manera. Pero ese libre albedrío que fue creado de la nada no está ligado a esa nada, porque ni siquiera existe. Y por esta razón no se convierte como una "sombra ligada", sino que se transforma como un libre albedrío independiente. Refutémosles un poco, oh Hipatio, porque para corregirlos basta con refutar mucho. Como las almas proceden de algo, como dicen, se descubre que su libre albedrío también está ligado a algo, y no se descubre que sean agradables ni odiosas, sino que, si esta verdadera raíz es agradable, están mezcladas con ella. Pero si dicen que, mientras la fuente es pura, su voluntad se ve perturbada por su naturaleza libre, entonces, sin el mal y Satanás, en virtud de lo que es, el libre albedrío es capaz por su propio poder de producir muchos males. Y reconocen de mala gana la verdad de que el libre albedrío tiene poder para cambiar sus deseos, ya que sus deseos no están ligados a una esencia buena o mala. Porque si está ligado a una naturaleza buena o a una raíz mala, sus deseos no tienen poder libre, sino que son canales por los que fluyen la amargura y la dulzura desde las raíces a las que está ligado.
XLVIII
Las almas no están condicionadas por la naturaleza de los cuerpos
Si los maniqueos dicen que hay cuerpos más malos que otros y cuerpos corpóreos más viles que otros, porque unos cuerpos son más feroces que otros, las almas que se encuentran por casualidad en cuerpos perturbados se perturban más que las que se encuentran en cuerpos apacibles. Pero donde creen haber vencido, se ven más causas cautivas. Porque si a causa del mal que había en esos cuerpos, por eso las almas que están en ellos se vuelven extremadamente odiosas, esa es la razón. argumento que mencionamos arriba, a saber: que las almas no pueden recordar, "porque la contaminación del error es demasiado grande para ellas, a menos que dulces inundaciones hayan venido de su hogar por segunda vez, y hayan disminuido la amargura en la que estaban morando", o de lo contrario debe ser que las almas que han sido "refinadas, y han subido", desciendan nuevamente para que puedan venir a rescatar a sus compañeros que han sido abrumados para que todos puedan rescatar a todos y volver pacíficamente a su dominio; para que así como todos vinieron a la lucha juntos, así puedan subir de la lucha juntos, y no separarse unos de otros.
XLIX
Los cuerpos no son uniformemente malos
Además, ¿cómo es que, siendo el mal una sola esencia, no concuerda consigo mismo? Pues la parte que no es mala como sus compañeras es mejor que sus compañeras.
L
Resumen refutatorio y conclusión
En definitiva, la doctrina que se fabrica por medio del error suele destruirse por sí misma. Y quienes blasfeman contra Dios, su Creador, blasfeman contra sus propios cuerpos, y contra sus propias almas, y contra el matrimonio entre ambos. Quienes hacen esto ayunan según el error, puesto que sus palabras son contra el Verdadero que dice que "los conoceréis por sus frutos" (Mt 7,20), queriendo decir con esto que por sus palabras los reconoceréis. Pues es verdad que sus obras son como nuestras obras, y su ayuno como nuestro ayuno, mas su fe no es como nuestra fe. Por lo tanto, en lugar de ser conocidos por el fruto de sus obras, se distinguen por el fruto de sus palabras. Porque sus obras pueden extraviar y, sin embargo, parecer hermosas (pues su amargura es invisible), mas sus palabras no pueden extraviar, y sus blasfemias son evidentes. Y así como quien adora ídolos no adora madera ni piedra, sino demonios, así también quien reza con los maniqueos reza con Satanás, y quien reza con los marcionitas reza con la legión, y quien reza con los seguidores de Bardaisán reza con Belzebú, y quien reza con los judíos reza con Barrabás, el ladrón.